Ancud: turno de Unidad de Diálisis a cuarentena por casos COVID-19. 12 pacientes en la mira

Véase también:
Ancud: confirman nuevo caso de COVID-19 y uno está hospitalizado, el primero en Chiloé.
Ancud: pescador y fletero serían los casos con COVID-19; familiares bajo sospecha.
Ancud y Castro suman cuatro nuevos casos COVID-19. Hay 10 diagnosticados en Chiloé.

ANCUD (La Opinión de Chiloé) — Preocupación existe al interior de la Unidad de Diálisis del Hospital San Carlos de Ancud luego que se confirmaran los dos primeros casos de pacientes diagnosticados con COVID-19 en la ciudad chilota, todo tras señalarse que ambos eran asistentes regulares del nosocomio local.

De acuerdo a antecedentes recopilados por La Opinión de Chiloé, los dos varones de 42 años concurrían regularmente a terapia renal sustitutiva tras la pérdida de la función normal de sus riñones por fallo renal. Lo que se sabe es que eran parte del denominado cuarto turno, sistema rotativo donde trabajan cuatro técnicos paramédicos, dos enfermeras, una médico y un auxiliar, asistiendo además a lo menos otros tres pacientes.

Confirmada la existencia de los dos casos positivos, se instruyó una cuarentena preventiva para todos los funcionarios involucrados en ese cuarto turno, estando actualmente en vigilancia epidemiológica. El familiar de uno de ellos también está con COVID-19 (ver nota relacionada).

El detalle de quiénes son no está completamente claro dado que mientras el Servicio de Salud Chiloé asegura que en realidad son seis funcionarios, fuentes al interior del nosocomio afirman que son ocho los partícipes del sistema de cuarto turno.

En este contexto, al menos a esos seis se les realizó el test para determinar si estaban contagiados con el virus SARS-CoV-2 (causante del COVID-19), sumándose otros tres pacientes que habrían mantenido contacto con los dos positivos. Al cierre de esta nota, todos habían dado negativo. Cabe precisar eso sí que el turno en comento habría atendido hasta doce pacientes.

A lo anterior se suma que según lo consignado por La Opinión de Chiloé, uno de los contagiados ya diagnosticado con el nuevo coronavirus está internado ocupando una cama básica; se encuentra en buenas condiciones de salud y en constante monitoreo. El otro paciente, está con aislamiento en su domicilio concurriendo regularmente a la hemodiálisis siguiendo los protocolos para este caso.

Más allá del estado actual de los dos varones, hay preocupación, especialmente respecto a los pacientes que concurren a la Unidad de Diálisis ya que poco se sabe sobre la evolución de la enfermedad en este tipo de personas y lo que ocurre si se da la presencia de neumonía.

Un estudio publicado en el Clinical Journal of the American Society of Nephrology por ejemplo, acota que «en los pacientes con uremia que requieren hemodiálisis a largo plazo se hace más difícil prevenir y controlar enfermedades infecciosas que en la población general…», asegurándose tasas de prevalencia en torno al 10% en los dializados y 6,4% en el personal de la salud. 

Otro reporte publicado en Kidney Medicine asegura que para este tipo de pacientes «es probable que sean más susceptibles a la neumonía por síndrome respiratorio agudo severo por virus coronavirus 2 (SARS-CoV-2) que la población en general (…). Debido a que los pacientes de hemodiálisis tienen trastornos de la función de las células B y T, pueden presentar síntomas atípicos…».

Puede que no tenga fiebre, dolor de garganta, congestión nasal, malestar general, dolor de cabeza o mialgia, pero si tos y disnea (dificultad para respirar), siendo relevantes acá los exámenes imagenológicos del tórax para un diagnóstico certero y a tiempo.

Así, dada la alta prevalencia de afecciones comórbidas y que pueden existir síntomas que difieren del positivo común, «la neumonía por COVID-19 en pacientes en hemodiálisis depende de la epidemiología clínica, los hallazgos radiográficos y las pruebas de ácido nucleico viral», dicen, por lo que tienen que estar en constante monitoreo del equipo clínico porque la probabilidad de presentar un cuadro grave sin ser detectado a tiempo es alta.

Según la Sociedad Chilena de Nefrología, se «recomienda que la diálisis de casos confirmados se efectúe en centros COVID-19 donde se deben dializar idealmente en habitaciones o boxes separados (si están disponibles). Si no es así, se debe asegurar las condiciones de aislamiento de contacto y gotitas». El protocolo seguido en el Hospital de Ancud no debiera diferir de esto.

Aseguran que «la infección por COVID-19 presenta desafíos particulares para los pacientes en hemodiálisis. Los pacientes urémicos son vulnerables a la infección y pueden presentar mayores variaciones en los síntomas clínicos y mayor letalidad que la población general. En el centro de Hemodiálisis aumenta significativamente el riesgo de transmisión de la infección, incluso para el personal médico y los trabajadores de las instalaciones, los propios pacientes y familiares».

«Los pacientes con confirmación de infección por COVID-19 no deberán entrar en contacto directo con otros pacientes susceptibles (no deben compartir áreas comunes con el resto de los pacientes», acotan. Así, no se debiera usar traslado en furgón, si compartir sala de espera, ni reutilizar filtros y líneas.

Una editorial realizada por T. Alp Ikizler que trabaja en la Unidad de Nefrología del Vanderbilt University Medical Center y que se publicó en la revista American Journal of Kidney Diseases confirma lo anterior diciendo que «los aspectos logísticos aumentan aún más el riesgo de transmisión de enfermedades, como la presencia física recurrente en los centros de salud y la proximidad física de los pacientes durante la hemodiálisis. Por lo tanto, es crucial utilizar rápidamente estrategias preventivas apropiadas en instalaciones de hemodiálisis para pacientes ambulatorios».

Ikizler menciona que por ahora es complejo proporcionar información detallada sobre el curso clínico de la enfermedad en este tipo de personas debido a la estandarización de los criterios diagnósticos que puede limitar una adecuada comprensión sobre su epidemiología. 

Desde el Servicio de Salud Chiloé se asegura que en el Hospital están tomando todas las providencias para evitar más contagios y para realizarles un seguimiento exhaustivo a los positivos (y los otros dializados del turno en cuestión). Lo que ocurrió en Ancud está siendo observado con cautela dado que como se viene diciendo, a nivel internacional todavía no es posible describir con precisión la incidencia de la infección por COVID-19 en pacientes con falla renal crónica grave. 

Los dos casos en la ciudad chilota son de bastante interés en el Departamento de Epidemiología del Ministerio de Salud.

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