
ANCUD/CASTRO (La Opinión de Chiloé) — El 16 de febrero, y mediante el oficio n.°14-2018, la Fiscalía Judicial remitió un informe respecto de las visitas realizadas por los Fiscales Judiciales a los Recintos Penitenciarios del país durante 2017, donde se exponen una serie de problemas entre los que se encuentran altos índices de hacinamiento, sobrepoblación penal y excesivas horas de encierro en algunas cárceles, entre otros.
Según el reporte que tuvo a la vista La Opinión de Chiloé, de los 53 recintos visitados, en 25 había sobrepoblación de distinta magnitud. Entre esas 25, se encuentran los Centros de Detención Preventiva de Ancud (54 cupos) y Castro (82 cupos) con 62 y 121 internos respectivamente, lo que significa un porcentaje de hacinamiento de 14,8% y 47,6% respectivamente.
Las cifras se contraponen a los centros de Osorno y Puerto Montt, ya que las tasas de ocupación ahí alcanzan el 76,9% y 62,4%. Ambos son recintos carcelarios con infraestructura y equipos de Gendarmería para reos de baja, mediana y alta peligrosidad, donde existen 92 y 642 plazas disponibles aún.
Hay que aclarar eso sí que a pesar que las cárceles de Ancud y Castro no están preparadas para internos de alta peligrosidad, si los albergaba al momento de la visita: entre internos condenados por delitos menores se encuentran también pederastas seriales (incluyendo uno en Castro de la región del Bío-Bío condenado a presidio perpetuo calificado) y varios homicidas sanguinarios (algunos reincidentes como el caso de un dalcahuino que mató a un transeúnte y al poco de haber salido de prisión, asesinó a su abuelo) e incluso peligrosos traficantes de drogas o secuestradores trasladados desde otras cárceles.
¿Por qué no cumplen condena en lugares ad hoc? porque varios de ellos han solicitado no ser separados de sus familiares, por su avanzada edad, o bien, por otras razones más curiosas como el caso de un conocido reo con un impresionante historial que tras clavarse la boca en una cárcel de Chillán y estar en huelga de hambre seca por presuntos «tratos injustos» de la justicia, fue trasladado a Castro. Lo interesante es que tras su arribo, al menos dos internos han iniciado huelgas de hambre alegando el mismo discurso: un condenado por homicidio en Quellón que posteriormente la depuso sin resultados, y otro formalizado por robo con violencia que actualmente mantiene tal medida de presión.
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