RÍO DE JANEIRO (La Opinión de Chiloé/Agencias) — Durante este viernes se confirmó el deceso de Felipe Andrés Santander Muñoz (35 años), chileno que se encontraba internado con riesgo vital en un recinto asistencial de Río de Janeiro, Brasil, tras ser diagnosticado con fiebre amarilla.
Felipe Andrés se convierte así en la primera víctima chilena por esta enfermedad. El joven estaba de vacaciones junto a su pareja desde el 29 de diciembre de 2017, y comenzó a sentir síntomas hace una semana tras ser picado por un insecto en la localidad de Isla Grande sin consultar a algún médico hasta que se agravó; fue ahí cuando su pareja pidió ayuda a unos pescadores que lo trasladaron en bote hacia un hospital confirmándose el diagnóstico y un compromiso multiorgánico que terminó con su deceso.
Su hermana, Daniela Santander, confirmó en Mega que él era antivacunas: «el se oponía a vacunarse por un tema ideológico de él. Mi padre le manda un correo cuando empieza a ver en los medios que esto se estaba haciendo latente y saliendo a flote y él no accedió a la vacuna, de hecho, allá ya no habían dosis. Pero él de todas maneras no lo iba a hacer«. Tras el revuelo causado por la decisión de su hermano, salió a rectificar: «si bien él no estaba vacunado, en los medios se ha dicho que él era un joven antivacunas. Eso no es así, por ningún caso es así».
En Radio Cooperativa en tanto, Daniela indicó que su hermano le respondió a su padre cuando leyó el correo: «una vez que leen este correo, en ese momento no deciden vacunarse porque logra responderle a mi papá que allá en Brasil no se hablaba de eso, le dio a la impresión de que era una información falsa del Estado (de Chile) para comprar la vacuna, pero nunca se imaginó que una situación tan grave y nunca se imaginó que era verdad».
El joven habría dicho: «papá, eso solamente se habla en Chile y uno que otro país, pero acá la gente vive normal y hacen su vida normal, porque de hecho no hay ni vacunas de eso que tú me nombras»; sin embargo, según se puede apreciar en los medios brasileños, ya en enero la fiebre amarilla era un tema nacional. En efecto, a mediados de ese mes el secretario de Salud del Gobierno de Río de Janeiro, Luiz Antônio de Souza Teixeira, llamó a la calma declarando en la cadena O’Globo que había vacunas para todos y pedía a la población que acuda a los centros médicos a vacunarse de forma tranquila y escalonada tras aglomeraciones en hospitales pidiéndola. Tales incidentes, fueron ampliamente cubiertos por diversos medios masivos de Brasil.
El periodo de incubación del virus de la fiebre amarilla es de tres a seis días, por lo que el chileno debió haberse contagiado recientemente. Algunos de sus síntomas son fiebre, dolor de cabeza, náuseas y vómitos; en casos graves, pueden presentarse trastornos renales, hepáticos y cardíacos fatales, algo que le pasó a Felipe Andrés.
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