Siguen los coletazos del que podría ser catalogado como uno de los casos más emblemáticos del último tiempo en materia de discriminación por razones de orden político hacia un funcionario municipal en el país, luego que se interpusiera una nueva demanda millonaria en contra de la Ilustre Municipalidad de Ancud en agosto pasado y no se llegara a acuerdo conciliatorio el 5 de octubre. Esta vez, otro arquitecto enfrenta al ente liderado por Soledad Moreno Núñez.
Los hechos se gestan tras el despido injustificado del arquitecto don Mario Hernández Sacaan y la posterior contratación de don Ramón Enrique Velásquez Marín en ese cargo mediante el Decreto alcaldicio n°.646 del 4 de febrero de 2015, con lo que este profesional pasó a formar parte de la planta municipal por haber ganado el concurso público de Arquitecto grado 9.
Así, Velásquez Marín, a fin de incorporarse al municipio ancuditano, renunció a su cargo de Director de Obras Municipales de la Ilustre Municipalidad de Calera de Tango y a 11 años de ejercicio como arquitecto en el ámbito municipal, y se trasladó con su familia a Ancud. Luego, el 25 de septiembre de ese mismo año la encargada de personal del consistorio de la ciudad del Pudeto, Adriana Yáñez, le notificó la emisión de un nuevo Decreto alcaldicio, el n.°4.584, donde se dejaba sin efecto el nombramiento en calidad de titular en la planta de personal debido a que la Corte Suprema había confirmado definitivamente que el despido de Hernández Sacaan era injustificado y que debía ser reincorporado.
En efecto, tal y como reveló La Opinión de Chiloé el año pasado, la corte fue enfática en indicar dentro de su fallo que «(…) se concluye que las razones que se han tenido para destituir al funcionario Mario Hernández son de orden político, por su pensamiento contrario al de la actual administración, lo cual está expresamente proscrito en el artículo 2° incisos 3 y 4 del Código del Trabajo».
En la sentencia, se le exigió que reincorporaran a don Mario en su cargo dentro de la Dirección de Obras con todos y cada uno de los beneficios que correspondan, debiendo pagarle todas las remuneraciones por el tiempo en que fue alejado de sus funciones más una indemnización de nueve remuneraciones con los respectivos reajustes e intereses más las costas personales por $1.000.000.- (un millón de pesos). En total, se le ordenó al municipio desembolsar alrededor de 25 millones de pesos.
Hernández Sacaan se preparó para volver al municipio porque demandó y ganó. Ello generó un enorme problema porque no se podía tener a dos personas en el mismo puesto, por lo que se decidió que fuera reincorporado «en calidad de contrata sin solución de continuidad», pero la Corte le advirtió al consistorio que estaba incumpliendo un fallo, decidiéndose entonces dejar sin efecto la contratación de don Ramón, transformándose de un día para otro en cesante.
Según el escrito que tuvo a la vista La Opinión de Chiloé, el ahora ex funcionario quedó sin trabajo «por el actuar ilegal, negligente y culposo [de la municipalidad] (…) pues ha visto truncado su proyecto de vida y carrera funcionaria en el ámbito municipal, avalado por más de 11 años de excelente y reconocida trayectoria, que lo llevó incluso a desempeñarse por varios años como Director de Obras Municipales de la Ilustre Municipalidad de Calera de Tango, Región Metropolitana, cargo al que renunció en aras de una mejor calidad de vida para él y su familia (que comprende su cónyuge, madre e hija de 4 meses de edad), que por supuesto y de acuerdo a lo expuesto anteriormente, se vio frustrado, encontrándose en lo actualidad cesante y dañado física y psicológicamente, al extremo de haberse visto incluso sujeto o tratamiento psiquiátrico».
En vista y considerando, el ahora ex trabajador de planta demandó a la Ilustre Municipalidad de Ancud por la suma de $80.000.000.- por concepto de daño moral.
Desde el consistorio en tanto, respondieron ante la corte negando cualquier responsabilidad en los hechos, aunque de manera subsidiaria, y ante la eventualidad que se acredite que sí la tiene, pidieron que para determinar la existencia de un eventual daño moral se analice el trabajo que Velásquez Marín había dejado varios meses atrás, ya que según ellos los problemas psicológicos se derivan de la gran cantidad de trabajo que tenía en Calera de Tango, descartando que sean producto de haber perdido su trabajo, de que esté cesante, de que haya perdido 11 años de trayectoria en otro municipio o de que haya renunciado a un puesto de planta con un sueldo de 1,5 millones mensuales para irse a Ancud. Es más, según pudo comprobar La Opinión de Chiloé, don Ramón decidió viajar a la isla por menos sueldo.
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