
SANTIAGO (La Opinión de Chiloé) — En medio del trabajo para controlar el orden público tras la serie de incidentes violentos en distintas ciudades del país, Carabineros ha revelado algunas cifras de aquellos aprehendidos por saqueos y los desórdenes graves en la vía pública (y donde se incluyen detenidos en Ancud, Castro, Chonchi y Quellón), en el marco de las manifestaciones.
Descontando a las grandes cadenas, según la Asociación de pequeños emprendedores, desde que comenzó la crisis socio-política en el país, al menos 8.200 pymes han sido saqueadas, vandalizadas o destruidas completamente en 276 comunas. Las policías siguen trabajando para detener a los responsables. Del total de 13.300 personas capturadas a lo largo del país, un gran porcentaje tiene una impresionante «carrera delictual», ya que un 77,7% ya tenía en su registro detenciones previas: de ellos, un 66,6% tenía más de cinco aprehensiones anteriores, un 21,2% de dos a cuatro detenciones anteriores y un 12,2% una captura anterior cometiendo ilícitos.
Tal es el caso, por ejemplo, de I.G.D.M. quien detenido en Castro por participar en destrozos en la Gobernación Provincial de Chiloé y que tenía varios arrestos, entre ellos un incidente ocurrido en Dalcahue en 2017 tras ingresar a la vivienda de un vecino y amenazarlo con un arma; o el caso de D.A.Ch.G., miembro de una conocida familia de Dalcahue implicada en robos, hurtos, dos homicidios, abusos sexuales, violaciones, daños y amenazas.
Respecto a los detenidos por saqueos durante estas cuatro semanas de manifestaciones en Chile, se ha verificado que el 87,7% ya tenía historial de aprehensiones por la comisión de delitos.
En particular, un 51,3% de saqueadores tenía cinco o más arrestos previos, 26,4% de dos a cuatro aprehensiones y 22,3% una detención tras actos delictuales anteriores.
Respecto de los detenidos por desórdenes públicos, el 62,5% ya tenía antecedentes de haber sido sorprendido perpetrando delitos antes de octubre; el 30% tenía mas cinco detenciones anteriores, el 32,5% poseía de dos a cuatro aprehensiones previas, mientras que el 37,5% contaba con una captura.
Dentro del 37,5% que no poseía antecedentes policiales, interesantemente abundan asiduos a ayudas sociales; a modo ilustrativo, dos jóvenes detenidos en Ancud y formalizados por incidentes cerca de la Feria Municipal, registran ayudas estatales cifradas (en valor actual) en torno a los 50 millones de pesos.
Los datos no consideran eso sí los detenidos en varios incidentes adscritos a la supuesta broma tras los cortes al libre tránsito bajo el eslogan «¡El que baila pasa!», método de coacción que no se veía desde la Alemania Nazi y que ha sido cubierto por varios medios internacionales. Ese método, ampliamente documentado en la literatura, fue una común «broma» entre 1939 y 1940 en Polonia, donde a los judíos se le pedía cantar y bailar para circular por las calles en medio de celebraciones, risas y filmaciones de turbas de espectadores, todo por supuesto antes que comenzara la matanza de 6,8 millones de judíos en ese país.
NOTA DE LA REDACCIÓN: Para «¡El que baila pasa!» en época nazi, véase:
- Ringelblum, E. (1992). Polish-Jewish Relations During the Second World War. Evanston, IL: Northwestern University Press.
- Bergen, D.L. (2012). Social death an international isolation: Jews in Nazi Germany 1933-1939. En R. Klein (Ed), Nazi Germany, Canadian Responses. Confronting Antisemitism in the Shadow of War, pp. 3-45. Montreal: McGill-Queen’s Uniersity Press.
- Prokovsky, M. (1942). Ghettos in Nazi Poland. Nuea York: [s.n.].
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