Ancud: las decenas de millones en «cuentas secretas» del municipio; ¿quién las maneja?

ANCUD (La Opinión de Chiloe) — No es para nadie un secreto el espantoso desorden al interior de la Dirección de Administración y Finanzas de la Ilustre Municipalidad de Ancud que reveló una auditoría encargada por la gestión de Carlos Gómez Miranda a Fortunato & Asociados. Este trabajo fue relativamente distinto al realizado por otra empresa en la Corporación Municipal de Castro por ejemplo (donde incluso en el equipo auditor había un falso Ingeniero Comercial), ya que en Ancud se contrató a una empresa con un largo historial y prestigio (la de Castro era nueva, sin experiencia), por lo que en la ciudad del Pudeto se llegó al punto de exponer hechos que avergonzarían incluso a contadores novatos, y que en el mundo privado podrían significar hasta un potencial delito.

Se descubrieron errores tan básicos que no dejan de sorprender como por ejemplo: no ajustar correctamente los Estados Financieros al IPC, cálculos erróneos en los saldos iniciales de caja de los Balances de Ejecución Presupuestaria, no entrega de decretos de pagos para revisión, leaseback mal contabilizado, errores en la actualización del patrimonio o en el cálculo de depreciaciones, entre otras materias; y no son problemas de unos cuantos pesos, sino que de «equivocaciones» que en algunas cuentas superan los 100 millones y/o que se arrastran por casi media década.

En el sector privado, errores de ese calibre se pagan con despidos y recursos judiciales de carácter penal más demandas civiles exigiendo compensaciones económicas por daños y perjuicios, algo que en el Municipio eventualmente sería fuente de carcajadas porque la existencia de algún sumario administrativo profundo y raudo no se avisora ¿cómo no si hasta la Contraloría prendió las alarmas el año pasado por más de 100 procedimientos sumariales durmiendo?, por cierto ¿cómo podría alguien investigar si aparentemente nadie maneja cosas simples en el ámbito financiero y que se han mantenido por casi media década? ¿o más? Y si se encontraran responsabilidades ¿sería válida la sanción «repase contabilidad básica»? Hay que mencionar que no se ha realizado una auditoría tributaria.

La Opinión de Chiloé procedió a indagar en este tema como parte de una serie de reportajes en preparación vinculados a hechos poco conocidos por la opinión pública que han ocurrido al interior de la Municipalidad de Ancud, pero dada la enorme cantidad de problemas, errores, omisiones, no entrega de información, complejidad de exposición, estado de situación patrimonial vergonzosamente arcaico y simplón para los miles de millones que se mueven, datos poco confiables y otras materias, sólo algunos elementos podrán ser desarrollados, mientras que otros están en stand by.

Las cuentas «secretas»

Uno de los primeros descubrimientos dentro de todo el desorden encontrado se remite al hallazgo de una serie de cuentas aparentemente ocultas de los estados financieros con decenas de millones de pesos, y de las que al menos hasta el 6 de junio de 2017, o sea, en plena Administración del alcalde Carlos Gómez Miranda, no se tenía conocimiento en la Dirección de Administración y Finanzas (DAF) al mando de Claudia Lorena Cárdenas Videla. Tal unidad es la que está a cargo de llevar la contabilidad municipal y manejar las cuentas bancarias respectivas para realizar erogaciones, entre otras materias, en virtud de lo que señala la Ley n.°18.695 Orgánica Constitucional de Municipalidades (artículo 27).

Así, dentro del proceso de conciliaciones bancarias, sorpresivamente aparecieron por lo menos dos cuentas corrientes de las que «nadie» tenía conocimiento. Se trata de las cuentas 94016330 y 94001171, ambas del Banco BCI, que curiosamente no estaban registradas en la contabilidad, por lo que se encontraban en un limbo al interior del consistorio, vale decir, desde el Departamento de Administración y Finanzas se adujo que no tenían idea de su existencia, y en consecuencia, los movimientos millonarios que registraban les eran desconocidos.

Lo anterior trasgrediría la Normativa del Sistema de Contabilidad General de la Nación que textualmente indica «los estados contables deben contener toda la información necesaria para una adecuada interpretación de las situaciones presupuestaria y económico-financiera de las entidades contables», mientras que el artículo 27 de la Ley n.°18.695 no se estaría cumpliendo.

Aunque la forma en que se mueven esas cuentas eran «secretas» hasta que Fortunato & Asociados las reflotaron, los saldos a fin de año para ambas corresponden a $39.027.000.- en 2013, $45.909.000.- en 2014, $52.236.000.- en 2015 y $81.243.000.- en 2016. Casi todos los fondos se circunscriben a la cuenta corriente 94016330, dado que la cuenta corriente 94001171 siempre mantuvo un saldo final de $10.000.- ¿Dónde han ido a parar los dineros que se han movido en tales cuentas? ¿a remuneraciones?, pero si los encargados de llevar la contabilidad no lo sabían, ¿entonces quién o quiénes? ¿con qué saldo terminó 2017?

Consultada a la Dirección de Administración y Finanzas (DAF) por esta situación, señalaron su desconocimiento de la existencia para la 94016330, mientras que no se sabe a qué corresponde el saldo de la 94001171. Tras varios años aparentemente ocultas, se habría procedido a reconstruir su historia para anexar a la contabilidad, algo que sólo una nueva auditoría podrá confirmar.

La cuenta «secreta» al estilo barril sin fondo ¿o agujereado?

En ese proceso, apareció una tercera cuenta corriente, aunque tratada como una subcuenta asociada a la 94016330, y que es la 25532014 del Banco BCI. Esta, recibía millonarios cheques emitidos en Tesorería Municipal desde otra cuenta del mismo banco, por lo que los dineros salían de una cuenta si contabilizada a otra que no lo era, desconociéndose las maniobras administrativas o documentos de conciliación usados para justificar la «teórica desaparición» de esos dineros. Aparentemente, los depósitos a dicha subcuenta «secreta» se usaban para el presunto pago de remuneraciones que de manera insólita, no eran sujeto de conciliación bancaria ni estaba registrada en la contabilidad.

En términos prácticos, en esta tercera cuenta que no existía en los registros contables se depositaban dineros provenientes de la cuenta corriente BCI 1120 que mueve centenares de millones de pesos al año, y que si estaba en los libros del Departamento de Administración y Finanzas, para ir a parar al presunto pago de sueldos no conciliados con esta cuenta en ninguna parte de la contabilidad porque no existía en los libros. La 25532014 del BCI aparentemente era instrumental, ¿pero de quién o quiénes? ¿qué sueldos se pagaban? ¿cuáles eran los montos? ¿si Tesorería emitía los cheques, por qué la cuenta de destino no existía en la contabilidad? ¿cómo justificaban las salidas de dinero?

¿Que dice el municipio?

Fuentes al interior de la municipalidad consultadas aseveraron que las cuentas que ellos confirmaron desconocer a mediados del año pasado hoy no son consideradas secretas, y que se han revisado durante todos los años sus movimientos y no habrían errores que informar. Además, se considera que es un tema administrativo que no sería de resolución de la Dirección de Administración y Finanzas (DAF) al mando de Claudia Lorena Cárdenas Videla, quien señaló escuetamente a La Opinión de Chiloé preferir abstenerse de responder preguntas y que daría explicaciones en un eventual sumario administrativo, que cabe indicar, son secretos por Ley hasta que se cierran. Desafortunadamente, y como ha sido la tónica en un número significativo de procedimientos sumariales en Ancud, existe una alta probabilidad de que se sepan sus explicaciones en el año 2021 o 2022, literal.

Al cierre de esta nota, La Opinión de Chiloé envió una consulta al Municipio para que indique por escrito las razones por las que no han estado registradas en la contabilidad para los años 2013, 2014, 2015 y 2016 las dos cuentas principales aludidas, además de señalarse si para el año 2017 y 2018 ya fueron ingresadas. Además, se consultó respecto al nombre (o nombres) de quien o quienes manejaron aquellas cuentas a partir del año 2013. La respuesta aún no es recibida.

Sobre la subcuenta corriente 25532014 del BCI, se pidió el listado de funcionarios que recibieron dineros y los montos promedio mensuales para cada uno: la respuesta acaba de llegar durante las últimas horas y podría sorprender a la comunidad; sin embargo, aún no se puede revelar a la espera de lo que pasará con la respuesta para las dos principales y un recurso de amparo interpuesto por La Opinión de Chiloé ante el Consejo de Transparencia, el que está por iniciar trámite.

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