QUEMCHI (La Opinión de Chiloé) — Durante este jueves, el Departamento de Estadísticas e Información de Salud (DEIS) del Ministerio de Salud liberó su nueva base de datos semanal con la actualización de las defunciones ocurridas en el país, y que incluye entre otras cosas, a los que tienen como causa básica de muerte al virus SARS-CoV-2, contabilizando al menos hasta el lunes 25 de enero un total de 50 fallecidos COVID-19 en Chiloé, vale decir, que tenían PCR positivo (aplica criterio U07.1 CIE-10).
Prácticamente todos esos casos ya habían sido informados por La Opinión de Chiloé en distintas notas durante esta semana y la que recién pasó, por lo que no serán reiterados. Sin embargo, llamó la atención la inclusión tardía de un nuevo fallecido por esta enfermedad con residencia acreditada en Quemchi, el que sería su segunda defunción por coronavirus según el DEIS; eso sí, también quedó de manifiesto la omisión de otras dos muertes para la misma zona, y cuyo trámite de ingreso a los registros nacionales aún está pendiente, incluso a pesar que uno de ellos ya fue reconocido por el equipo de epidemiología del Cesfam local. Vale decir, la comuna de Coloane ya sumaría cuatro víctimas de la pandemia.
Lo que está pasando con los registros de personas que mueren en Quemchi debido al COVID-19 podría ser ilustrativo de los eventuales problemas que estarían ocurriendo en algunas comunas del Archipiélago, y que ha generado un desfase evidente en la entrega de datos fidedignos de la situación de mortalidad existente, provocando incluso que en ciertos casos salgan deudos a negar a través de redes sociales que sus parientes realmente tenían el virus.
Lo cierto es que el DEIS, como organismo técnico, es el encargado final del proceso de depuración, revisión, validación y codificación de la causa de muerte de cada persona en el país, proceso que sigue estándares internacionales, y que incluye no sólo los datos dispuestos en el certificado médico de defunción, sino que además datos de laboratorio y los registros existentes en la plataforma EPIVIGILA, entre otros.
Luego, en varias ocasiones algunos dolientes en Chiloé se han enterado en puntos de prensa que sus parientes murieron por COVID-19, e incluso varios han acusado directamente a la Seremía de Salud de Los Lagos de no haberles informado, con casos que se han repetido en Ancud, Dalcahue, Chonchi o Quellón por ejemplo, alimentando de paso a algunos seguidores de teorías conspiranoicas. La presencia del certificado de defunción no es suficiente para definir la causa básica de fallecimiento, ya que el DEIS indaga más allá y verifica si el paciente tenía PCR positivo; eso sí, el paso inicial es que ese certificado de defunción sea inscrito por el deudo ante el Registro Civil, algo que en Quemchi se estaría demorando más de la cuenta.
Pues bien, durante esta semana el DEIS incluyó para Quemchi a su segunda víctima de la pandemia, aunque de forma tardía, tratándose de un varón de 56 años de edad que había muerto hace casi cuatro semanas atrás mientras estaba internado en el Hospital San Carlos de Ancud.
La defunción fue constatada alrededor de las 13.34 horas del domingo 3 de enero de 2021, y según fuentes consultadas por este medio, la demora en su ingreso al registro nacional tuvo que ver principalmente con la existencia de un burocrático proceso administrativo que implicó gestionar desde la ciudad de Coloane un requerimiento para que en el Registro Civil de Ancud se genere el denominado «registro único» en su base de datos, que luego queda a disposición del DEIS.
En el certificado de defunción que tuvo a la vista La Opinión de Chiloé de esta nueva víctima fatal se explica que la causa inmediata de muerte, que se refiere a la enfermedad o condición que produjo directamente el fallecimiento, fue un tromboembolismo pulmonar; en cuanto a la causa originaria, o sea, enfermedades, lesiones, tipos de accidentes u otro que haya ocasionado la causa inmediata, se menciona la presencia de una policitemia (un tipo de cáncer a la sangre); mientras que como segunda causa originaria, apartado disponible para otros motivos de este tipo, se menciona la existencia de un síndrome de apnea.
Cabe mencionar que el tromboembolismo pulmonar es un tipo de complicación que puede ocurrir hasta en 1 de cada 5 pacientes con COVID-19 hospitalizado, y la literatura científica es consistente con reafirmar una alta prevalencia en pacientes con PCR positivo. El quemchino tenía uno.
Además, padecía otros estados morboso concomitantes que contribuyeron a la defunción, pero fuera de la cadena causal, tales como obesidad y diabetes mellitus tipo 2.
Por otro lado, durante este lunes 25 de enero de 2021 se reportó la que sería la tercera víctima de la pandemia de Quemchi, una adulta mayor de 80 años de edad que estaba internada en el Hospital San Carlos de Ancud con severas complicaciones respiratorias.
Mayores antecedentes de su deceso por ahora no están disponibles dado que en el Registro Civil de Ancud aún no se ha procesado la inscripción de la defunción y/o no se ha generado todavía el denominado «registro único» en su base de datos que activaría las labores de cotejo del DEIS. Trascendió que tuvo una insuficiencia respiratoria aguda por neumonía por SARS-CoV-2.
El caso de esta mujer generó cierta controversia entre sus familiares dado que el mismo día lunes, y mientras se realizaba el velorio, arribó al lugar un representante de la Autoridad Sanitaria a notificar que la otrora paciente tenía un PCR positivo, y que por tal razón debían acelerarse los funerales, siendo sepultada rápidamente.
El domingo 27 de diciembre de 2020 en tanto, se informó la que sería la cuarta víctima del COVID-19 en Quemchi, un adulto mayor de 72 años de edad que estaba internado en el Hospital San Carlos de Ancud con dos tipos de neumonía, las que no pudo soportar falleciendo.
Su deceso fue confirmado a las 11.04 horas de ese día mientras que el martes 29 de diciembre de 2020, el equipo epidemiológico del Cesfam de Quemchi lo incluyó en sus estadísticas locales.
Este caso aún no es incluido por el DEIS en su base de datos nacional debido al mismo problema anterior, vale decir, que al menos hasta esta semana seguía pendiente el requerimiento para que el Registro Civil de Ancud genere el denominado «registro único» en su base de datos, y con ello se active el trabajo a nivel central.
En el certificado de defunción que tuvo a la vista La Opinión de Chiloé de esta nueva víctima fatal se explica que la causa inmediata de muerte, que se refiere a la enfermedad o condición que produjo directamente el fallecimiento, fue una neumonía nosocomial; en cuanto a la causa originaria, o sea, enfermedades, lesiones, tipos de accidentes u otro que haya ocasionado la causa inmediata, se menciona la presencia de una neumonía por COVID-19.
Acá hay que ser precisos, la neumonía nosocomial es una infección que se manifiesta transcurridas alrededor de 72 horas o más del ingreso de un paciente a un hospital, y que al momento de su internación en el centro de salud no estaba presente ni tampoco en período de incubación.
O sea, el oriundo de Lliuco adquirió un tipo de neumonía intrahospitalaria, que probablemente se vincularía a una mala praxis médica. Esa podría ser una de las razones por las que el DEIS no lo ha incluido todavía, ergo, la Autoridad Sanitaria aún no lo ha «oficializado».
Fuentes consultadas por La Opinión de Chiloé indicaron que más allá del estado de salud que podría haber presentado este paciente, podría darse una relación causal entre su deceso y una eventual falta de prolijidad y potencial negligencia manifiesta en los cuidados dentro del centro de salud, algo que está dentro de la propia esfera de resguardo médico para evitar que contrajera neumonía nosocomial con el consecuente agravamiento.
En efecto, existe amplia jurisprudencia donde se ha determinado que el personal médico tiene la obligación técnica y ética para evitar situaciones negligentes, las que se darían acá. En otros casos, ya el Hospital de Ancud ha sido encontrado responsable por un actuar inoportuno y negligente en la muerte de pacientes, y por la cual ha sido condenada a millonarias sanciones. Acá, podría darse un caso similar por falta de servicio, de conformidad a lo previsto en el artículo 2314 del Código Civil, artículos 1, 6 y 38 de la Constitución Política de la República, Ley N° 18.575 y Ley N° 19.966.
Adicional a aquello, en este caso el proceder podría revelar un actuar culposo del personal médico que atendió al paciente, pues no resulta coherente afirmar que se siguieron los protocolos médicos que evitaran una neumonía nosocomial que lo llevó a la muerte. Ello salpicaría al Servicio de Salud Chiloé, ya que sería razón suficiente para potencialmente responsabilizarla por un actuar negligente debido a su falta de servicio oportuno y adecuado.
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