
BERLÍN (La Opinión de Chiloé/Agencias) — Una dura medida para los padres antivacunas es la que implementará a partir del mes de marzo de 2020 el gobierno alemán con el fin de controlar la escalada de casos de sarampión en el país; para aquellos que no deseen inocular a sus hijos, enfrentarán fuertes multas en virtud de una reciente ley aprobada por el Bundestag.
La medida se da tras un proyecto de ley propuesto a comienzos de año por el Ministro de Salud, Jens Spahn, a la canciller Angela Merkel, quien a su vez remitió al parlamento para su evaluación.
La norma señala que todo aquél menor que desee asistir a preescolar debe demostrar que ha sido inmunizado o corre el riesgo de perder su cupo. Los niños de 6 años o más, que están obligados por ley a asistir a la escuela, también deben mostrar alguna prueba de haber recibido la vacuna.
Los funcionarios de salud en Alemania han registrado 501 casos de sarampión sólo en la primera mitad de este año, a pesar de la existencia de vacunas que han demostrado ser seguras y efectivas. Según la Organización Mundial de la Salud, los brotes de la enfermedad han aumentado en los últimos años en todo el mundo, incluso en los países desarrollados donde se había erradicado en gran medida.
En un discurso ante el Parlamento previo a la votación, Spahn aseguró que el sarampión es un «riesgo innecesario» y rechazó las críticas de ciertos sectores que acusaban que la medida viola los derechos individuales. «Mi comprensión de la libertad no se detiene en mi nivel como individuo (…) también es una cuestión de si estoy poniendo innecesariamente a otros en riesgo» dijo.
«La libertad también significa que no estaré innecesariamente en riesgo y esa es precisamente la razón por la cual, desde el punto de vista de preservar la libertad, esta ley es una buena ley, porque protege la libertad y la salud», agregó.
«Queremos proteger a tantos niños como sea posible de un contagio con sarampión. Porque el sarampión es altamente contagioso y puede tener una evolución muy mala, a veces fatal», argumentó. Se aspira alcanzar una cobertura de al menos el 95%.
Según la ley, también se requerirá la vacunación para todos los adultos nacidos después de 1970 que trabajan con niños en instituciones públicas, como guarderías, escuelas u hospitales. Solo se permitirán excepciones por razones médicas las que deben ser corroboradas por un especialista.
Los niños mayores que ya asisten a las escuelas tendrán hasta el 31 de julio de 2021 para demostrar que han sido vacunados. Las escuelas y otras instituciones públicas tendrán que denunciar a los padres que se nieguen a vacunar a sus hijos ante las autoridades sanitarias locales, que luego serán autorizadas a tomar medidas caso a caso. La decisión obligará también a vacunar a los menores en centros de refugiados.
En casos extremos, los padres podrían enfrentar multas de hasta 2.500 euros (alrededor de $2.143.748.- chilenos).
A nivel mundial, se estima que la vacuna contra el sarampión salvó 21 millones de vidas entre 2000 y 2017, según los datos citados por los Centros para el Control y la Prevención de Enfermedades de Estados Unidos. Pero todavía hay más de siete millones de casos y 100.000 muertes al año, señaló la agencia, muchos en países en desarrollo donde las personas carecen de acceso a la vacuna. La mayoría de los que mueren son niños menores de 5 años.
Incluso en los países desarrollados, los brotes se han intensificado en los últimos años a medida que un número creciente de padres ha rechazado la inoculación. Algunas de las razones se relacionan a la religión, otros al supuesto vínculo de las vacunas con el autismo, y que se basa en una investigación falsa de 1998 donde supuestamente se analizaron 12 casos de niños con esa enfermedad.
En el primer semestre de este año, el número de casos de sarampión en Europa alcanzó alrededor de 90.000, el doble del total en el mismo período en 2018, dijo la Organización Mundial de la Salud en agosto.
Albania, Gran Bretaña, la República Checa y Grecia, que habían declarado la eliminación del sarampión, se unieron a otras 12 naciones, incluidas Francia, Alemania, Polonia, Rumania y Rusia, donde la enfermedad ahora es considerada endémica.
Incluso en países europeos donde ya se requiere la vacuna contra el sarampión, incluidos Bulgaria, Francia, Italia, Croacia, República Checa, Hungría, Letonia, Polonia, Eslovaquia y Eslovenia, el número de casos ha ido en aumento.
La enfermedad también ha resurgido en los Estados Unidos, con 1.276 casos individuales de sarampión confirmados en 31 estados hasta ahora en 2019, informaron los CDC este mes.
En Chile se eliminó el virus en 1992, lo que en términos prácticos significa que desde entonces, el microorganismo no circula de manera natural en el país; sin embargo, aún hay casos y los pocos que se registran corresponden a personas (chilenos o extranjeros) que se contagiaron fuera del territorio nacional o que estuvieron en contacto con otras personas provenientes de países vecinos.
Luego, si entre 1899 y 1900 se estimaban alrededor de 10.000 muertos por sarampión en el país con una cantidad de enfermos oscilante entre 40.000 y 60.000 personas, al finalizar el primer semestre 2019 (casi 120 años después) sólo se registran 28 casos, casi todos importados.
El Programa Nacional de Inmunización contempla una primera dosis a los 12 meses de edad, la que protege contra el sarampión, rubéola y paperas, con un refuerzo en primero básico (6 años).
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