Una delicada diligencia policial sin la venia de la familia realizó la mañana de este lunes la Brigada de Delitos Sexuales y Menores (Brisexme) de Ancud en el Cementerio Municipal de la misma ciudad tras exhumar los restos de un pequeño bebé nonato sepultado hace poco más de dos semanas y que eventualmente sería el resultado de una violación cometida en contra de una menor de 14 años en el sector rural de Puntra.
De acuerdo a los antecedentes de la causa recopilados por La Opinión de Chiloé, la medida fue tomada por la Fiscalía de Ancud luego que se descubriera que la escolar estaba embarazada sin que se pudiera identificar al padre, todo en el marco de una presunta «normalidad» por parte de la familia que jamás denunció el hecho a pesar que en la ley actual lo ocurrido podría ser calificado como violación.
La niña abortó el bebé por causas naturales aparentes, por lo que se decidió realizar la correspondiente sepultura sin informar de ello al Ministerio Público; así, este último decidió elevar una solicitud al Tribunal para pedir la autorización de exhumar el cadáver toda vez que la familia, incomprensiblemente, objetó la diligencia. Dado que los padres no habrían realizado denuncia alguna, la Fiscalía decidió iniciar una investigación de oficio, es decir, por propia iniciativa tras tomar conocimiento personal o presencial de la presunta comisión de un virtual delito de violación infantil.
El secretismo del círculo familiar respecto al eventual padre llevó a que se decidiera practicar una serie de exámenes de ADN a varios sujetos, no descartándose que se esté ante un nuevo caso de un pederasta que busca quedar en la impunidad gracias a la sorpresiva protección de los padres de la víctima. Las muestras biológicas del bebé fueron tomadas en el Servicio Médico Legal de Ancud, y serán cotejadas con la de los sospechosos.
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