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Ancud: bestial golpiza de guardias en Unimarc deja a joven con lesiones graves.
ANCUD (La Opinión de Chiloé) — Con medidas cautelares menos gravosas quedaron dos guardias de seguridad que desempeñan funciones dentro del Supermercado Unimarc, todo luego que una denuncia los sindicara como presuntos autores de una violenta golpiza en contra de una persona, la que supuestamente habría protagonizado un hurto.
Según antecedentes judiciales que tuvo a la vista La Opinión de Chiloé, el Ministerio Público de Ancud solicitó que se formalizara a P.D.U.G. y S.J.V.C. como presuntos autores en grado de consumado de un delito de lesiones graves descrito y sancionado en el artículo 397 n.° 2 del Código Penal, luego que la víctima acusara que fue agredida al interior de una especie de pieza del recinto en comento.
Para el fiscal Javier Calisto, los imputados «en su rol de guardias de seguridad del Supermercado Unimarc de Ancud, detuvieron a la víctima por un hurto falta, la trasladaron a una sala sin cámaras al interior del supermercado, y allí procedieron a golpearlo fracturándole dos incisivos centrales».
Lo interesante de este caso es que aparentemente el accionar desproporcionado de los encargados de la seguridad no sería aislado, ello porque según fuentes policiales consultadas por La Opinión de Chiloé, en enero de este año funcionarios de la Primera Comisaría de Ancud concurrieron al recinto tras una denuncia que acusaba a un guardia de haber golpeado y apuñalado a un joven saliendo del supermercado, coincidentemente justo en un punto ciego donde, aparentemente, las cámaras no filmaban.
Aquél incidente también se ha mantenido bajo secreto, accionar que habría sido apoyado por la Administración. En aquella oportunidad, el guardia fue formalizado como presunto autor en grado de consumado del delito de lesiones graves, previsto y sancionado en el artículo 397 n.°2 del Código Penal.
Curiosamente, la víctima habría expresado posterior a la denuncia que después de hacerla, un grupo indeterminado de personas habría comenzado a coaccionarlo para que la retire, repitiéndose varios nombres que actualmente se han volcado a difundir distintas versiones de lo que pasó el jueves pasado.
En efecto, tras la publicación del caso por La Opinión de Chiloé, distintos colegas de los dos formalizados que trabajan en el recinto junto a algunas de sus parejas y supuestos testigos salieron a referir diferentes versiones de lo que ocurrió tanto en redes sociales como a través de un grupo cerrado de WhatsApp donde, en medio de fuertes epítetos y groserías, incluso se habló de un supuesto apuñalamiento.
Aunque algunos de ellos no estaban en el lugar cuando ocurrió todo, se presume que el origen de sus versiones se remitiría a otros dos guardias ya identificados (y que no son los formalizados), uno de los cuales fue el que precisamente había estado involucrado en el otro incidente a comienzos de este año.
Dada la gravedad de las afirmaciones proferidas, varios de ellos están en la mira de las indagatorias dado que hacen suponer que incluso podría haber concertación para atacar a la víctima y/o para difundir, a través de diversos espacios, no sólo su identidad, sino que también parcialmente su domicilio y versiones que intentarían desacreditar la denuncia para que la retire con aseveraciones que serían falsas, y que se remite a un grupo específico de sujetos.
Éstos, habrían realizado lo mismo tras el incidente de enero que dejó herido de gravedad a otro joven. Algunos, además, tienen antecedentes policiales a su haber.
A este respecto, cabe mencionar que la víctima del caso de marras ya anteriormente ha sido objeto de horrorosas golpizas en Ancud en circunstancias disímiles, que han incluido también pérdida de piezas dentales y fracturas, por lo que el caso está siendo investigado con cautela porque se podría transformar en un lío de proporciones por razones que La Opinión de Chiloé mantendrá bajo reserva.
Tras la formalización, se puede acotar que la pena que podrían enfrentar partiría desde los 541 días a los 3 años y un día de presidio. Sin embargo, hay una agravante que se está evaluando, por lo que de acreditarse, la eventual condena aumentaría en un grado con lo que se estaría hablando de hasta 5 años. En cualquier caso, existe la posibilidad para los aludidos de reconocer los hechos y acceder a una salida alternativa, o bien, que la víctima decida retirar la denuncia.
Pues bien, en algunas de las versiones se aludía a que las lesiones eran producto del proceso de forcejeos y reducción de la víctima antes de llevarla a la sala de retención (algunos clientes vieron eso), mientras que en otras, se confirmaba que todo pasó dentro de la sala aunque se decía que las heridas habrían sido autoinfligidas; eso sí, no hay registro de lo que ocurrió cuando la víctima y los guardias entraron a la pieza porque no existen cámaras.
Uno de los trabajadores que forma parte de la seguridad de ese lugar así lo confirmó asegurando que «la sala no tenía cámaras porque se estaba remodelando», reconociendo implícitamente que dentro de las supuestas «testigos» que no estaban en el lugar estaba su pareja, quien salió a entregar una versión de oídas por redes sociales que posteriormente eliminó.
En este marco, y sobre lo que pasó el jueves pasado, el asunto se vuelve algo difuso entre los mismos trabajadores del Unimarc: unos dicen que sólo había un guardia afuera y que la puerta estaba semicerrada; otros dicen que habían dos, uno anotando en el libro de acta y el otro vigilando; un tercero asegura que estaba afuera viendo y escuchando todo; otro dice en medio de insultos que estaba comprando y que desde lejos pudo ver por la pequeña abertura de la puerta todo, aunque este último sería uno de los partícipes de un grupo de WhatsApp donde se ha estado comentando el caso.
Más allá del presunto incidente relatado en la denuncia, lo cierto es que no hay registros audiovisuales sobre los dos guardias y la víctima al interior de la pieza. Una de las hipótesis que se trabaja es que al entrar, al menos uno de ellos le propinó —antes de salir— patadas en el rostro dañándole su dentadura a sabiendas que no quedaría registro del ataque. La indagatoria en manos del Ministerio Público dirá.
Hay que precisar que no es relevante la existencia o no de antecedentes por algún eventual hurto, dado que las potenciales facultades que tenga un guardia al interior de un Supermercado están bastante definidas en el artículo 15 de la Ley del Consumidor.
La juez de garantía fijó un plazo de investigación de 60 días, odenándose la libertad de los dos sujetos. Se determinó como medidas cautelares la estricta prohibición de aproximarse a la víctima, su domicilio, lugar de trabajo o estudio, igualmente todo tipo de comunicación por celular o redes sociales.
El artículo 15 de La ley del consumidor establece que «los sistemas de seguridad y vigilancia que, en conformidad a las leyes que los regulan, mantengan los establecimientos comerciales están especialmente obligados a respetar la dignidad y derechos de las personas».
Dice además que «en caso que se sorprenda a un consumidor en la comisión flagrante de un delito los gerentes, funcionarios o empleados del establecimiento se limitarán, bajo su responsabilidad, a poner sin demora al presunto infractor a disposición de las autoridades competentes. Cuando la contravención a lo dispuesto en los incisos anteriores no fuere constitutiva de delito, ella será sancionada en conformidad al artículo 24″.
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