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Ancud: peatón con severas lesiones tras atropello en Chacao; chofer se fugó.
BUTAMANGA, ANCUD (La Opinión de Chiloé) — Tratando de mantener todo en secreto para que se olvide, así se ha mantenido al interior del Hospital San Carlos de Ancud una serie de dolorosas situaciones que vivió una humilde familia campesina de la comuna de Ancud que el pasado mes de julio vio fallecer a uno de los suyos tras ser víctima de un accidente de tránsito en Chacao, y cuyo responsable aún se encuentra prófugo.
De acuerdo a lo reportado por La Opinión de Chiloé, fue durante la noche del sábado 6 de julio que un conductor desconocido pasó a embestir con su vehículo a un peatón a la altura del kilómetro 1.082 de la Ruta 5 Sur, dándose a la fuga y dejando a la persona con lesiones de carácter grave a un costado de la vía.
Personal del Centro de Salud de Chacao concurrió al lugar y derivó al paciente hacia el Hospital San Carlos de Ancud donde quedó internado dada la severidad de sus heridas. Sin embargo, tras agonizar varios días, el transeúnte falleció gatillando una serie de hechos que se han mantenido entre cuatro paredes hasta hoy, cuando La Opinión de Chiloé los pasa a exponer.
En particular, Roly Damián Millán Villegas (39 años) falleció alrededor de las 1.30 horas de la madrugada del 12 de julio por un traumatismo craneoencefálico severo. Posterior al deceso, una de las auxiliares del nosocomio pidió a los deudos que lo vistieran y que retiraran el cuerpo hacia la capilla del mismo hospital; uno de los familiares que prefirió mantener el anonimato confirmó aquello a La Opinión de Chiloé indicando que lo hicieron «en una camilla que ella misma nos consiguió y ahí esperamos al otro día la urna (…) amanecimos con mi hermano en una camilla con una sábana hasta las 11.30 cuando pudimos retirarnos».
Agregó que «uno de mis sobrinos preguntó si había que hacer algo más y si le harían la autopsia, pero la respuesta fue que no», algo completamente irregular porque Roly Damián murió por un tercero que se fugó existiendo una investigación penal por parte del Ministerio Público, sin embargo, de manera inexplicable no se siguió el protocolo para este tipo de casos ya que no se informó con diligencia a la fiscalía el deceso. La Opinión de Chiloé preguntó si no encontraron rara la respuesta, a lo que la familiar respondió «no nos dimos cuenta, por primera vez pasábamos por algo así y fue todo tan rápido, estábamos en ese momento en shock por su muerte».
Pues bien, alrededor de las 11.30 horas los deudos salieron de la capilla con el fallecido y procedieron a trasladarlo al sector rural de Butamanga donde se hizo el velorio en la Sede Social. Sin embargo, la fuente indicó que «alrededor de las 21.00 horas llegó Carabineros y el Servicio Médico Legal prepotentemente y alzando la voz por el retiro del cuerpo de mi familiar diciendo que el hospital se había equivocado porque tenían que haber hecho la autopsia sí o sí«.
Agregó que «llegaron [ese viernes] sin una orden judicial al lugar, todos nosotros nos pusimos mal ya que ¿cómo iban a hacer eso en su velorio habiendo mucha gente conocida de él, familiares que estaban presentes despidiéndolo (…) el funcionario del Servicio Médico Legal se comportó irrespetuosamente y querían llevárselo a la fuerza por un error del hospital donde nosotros no teníamos culpa«. La familia se negó en esa oportunidad, aunque «al otro día [sábado] sí llegaron con la orden y ahí ya no podíamos hacer nada» dijo.
En efecto, La Opinión de Chiloé confirmó que el cadáver fue retirado hacia Castro para la realización de las pericias tanatológicas, y alrededor de las 17.00 horas entregaron los restos a la familia, otra vez. Los funerales fueron al día siguiente.
Al cierre de esta nota, aún no se sabe quién fue el responsable del accidente y posterior deceso de Roly Damián. Sobre el error que se cometió en el hospital, y ante la consulta sobre si alguien se ha acercado a explicar lo que pasó y a disculparse, la fuente indicó: «no nada, nadie se ha presentado para hacerlo y eso que los teléfonos los tenían ya que nos pidieron entregarlos porque teníamos que quedarnos a cuidar a Roly».
La Opinión de Chiloé tuvo a la vista el certificado médico de defunción n.°2736347 con la firma del médico responsable y timbre del hospital, documento que resultó ser improcedente y que gestó todo el periplo doloroso de la familia en comento. Los nombres se mantendrán en reserva a la espera de las determinaciones que puedan tomar los parientes del fallecido.
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