Ancud: impacto por desechos hospitalarios a pasos de viviendas. ¿Hasta jeringas con VIH habrían?

Fotografía: Celedonio Barría.

ANCUD (La Opinión de Chiloé) — Preocupación ha causado en la comunidad ancuditana la difusión por redes sociales de una serie de fotografías donde se observa que el Hospital San Carlos de Ancud estaría depositando sus desechos junto a la basura domiciliaria en calle Huaihuén, a metros de viviendas, una escuela, un hogar de menores y de ancianos.

Lo anterior rememora una antigua práctica de este recinto que hacía lo mismo hace más de 20 años atrás cuando era posible encontrar jeringas, agujas, vías con sangre, guantes y bolsas de sangre, entre otros desechos, en el mismo lugar y bajo las mismas circunstancias de las registradas en las fotografías de hoy.

En las imágenes expuestas este jueves, de manera sorpresiva, se observa que incluso hay desechos etiquetados con nombres y apellidos de pacientes.

Desde la representante de la Autoridad Sanitaria en Chiloé se confirmó que ya tenían conocimiento de este tema, y que se remite a varios días por lo que ya hay un sumario sanitario en curso.

Sin embargo, a pesar de la fiscalización, las fotografías de hoy dan cuenta que no se realizaron acciones correctivas por parte del nosocomio local por lo que volvieron a enviar a funcionarios de la Seremi de Salud para levantar otra acta que se sumaría al sumario en curso y/o para abrir uno nuevo.

Las dudas arrecian al interior la Autoridad Sanitaria dado que existe un protocolo específico en los recintos de salud con el objeto de disponer de estos residuos.

Se ha pedido a la población que evite manipular la basura en comento para minimizar cualquier riesgo. Según el Minsal, entre un 10% y 25% de los desechos hospitalarios podrían ser potencialmente dañinos, por lo que en todos los casos una empresa especial es contratada para su traslado y disposición en un vertedero habilitado.

Sólo a modo ilustrativo, respecto al VIH, el Ministerio indica que la posibilidad de contagio después de una exposición por accidente (tras manipular agujas por ejemplo) es en promedio de 0,3% para sangre contaminada, aunque estudios realizados a desechos hospitalarios indican que la probabilidad de encontrar una aguja que tenga rastros de VIH oscila entre el 0,003% a 0,01%. Además, entre el 90 y 99% del VIH existente en un fluido fuera del organismo se inactiva en el plazo de unos minutos a unas horas.

Para otras patologías, el Minsal acota que la posibilidad de contagio después de exposición es 1,8% (0%-7%) para hepatitis C, y entre 6% y 30% para hepatitis B, a modo de ejemplo.

Grosso modo, el protocolo indica que los desechos cortopunzantes deben ir en receptáculos especiales para evitar que sean manipulados por terceros, pero en las imágenes se aprecia el uso de bolsas violando toda la normativa interna del nosocomio.

Lo interesante de todo es que comúnmente se realizan capacitaciones a los pacientes que usan jeringas (y agujas) en sus viviendas (diábeticos o personas con medicamentos biológicos), explicando paso a paso cómo deben eliminar sus residuos en receptáculos como botellas plásticas o similares. Sin embargo, ¿por qué el hospital no practica lo que enseña a los pacientes y usa cajas o contenedores clínicos? 

Por otro lado, los desechos contaminados deben ir en bolsas amarillas rotuladas para REAS, pero en las imágenes se aprecia el uso de bolsas negras, algo enormemente irregular que pone en entredicho, incluso, la forma en cómo se realizan las labores de atención de pacientes en el Hospital de Ancud.

Los residuos hospitalarios pueden producir contaminación y enfermedades si no se los maneja adecuadamente. Según estimaciones de la Organización Mundial de la Salud (OMS), sólo la exposición ocupacional del personal de la salud puede llegar al 40% para hepatitis B y 2,5% para VIH. La exposición de la población general a los desechos aumenta significativamente.

El Ministerio de Salud ha estimado que el 1% de los accidentes con elementos cortopunzantes afecta a trabajadores hospitalarios que pudieran tener alguna participación en el manejo de los desechos después de su uso clínico, cifra que se incrementa fuertemente si el manejo es realizado por funcionarios que no son de la salud o por la ciudadanía.

Eduardo Delgado, dirigente de la Fenats unitaria del centro de salud ancuditano, dijo a La Opinión de Chiloé que la probabilidad de VIH, hepatitis u otra patología siempre es latente, aunque las probabilidades sean bajas. «Es un gran riesgo y un trabajador del aseo se pinchó y ahora recién notificaron al alcalde» dijo.

Añadió que es evidente el «cero protocolo con los residuos cortopunzantes y fluidos con sangre de laboratorio y diálisis».

Fotografía: Celedonio Barría.
Fotografía: Celedonio Barría.
Fotografía: Celedonio Barría.
Fotografía: Celedonio Barría.
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