ANCUD (La Opinión de Chiloé) — A un avenimiento llegaron finalmente el Seminario Conciliar de Ancud y el exdirigente sindical de los profesores de tal establecimiento, Víctor Medina Parada, luego que este último interpusiera una acción judicial por despido injustificado tras 21 años de trabajo ininterrumpido, y en cuyo escrito dejó entrever eventuales razones no ajustadas a la Ley Laboral para su desvinculación.
El docente ocupó varios cargos dentro de la institución, entre los que se destacan su labor en pro de los derechos laborales de sus colegas como secretario del Sindicato de trabajadores del Colegio Seminario Conciliar en los años 2001, 2007, 2008, 2009, 2010, 2011 y 2012, asumiendo luego como presidente del mismo por los años 2013, 2014 y 2015. Como dirigente, lideró una demanda colectiva en contra del Obispado de Ancud el año 2011 que como sostenedor del colegio se negaba a pagar el bono de subvención adicional especial (bono SAE) descrito en la ley n.°19.410 y restablecida en las leyes n.°19.933 y n.°20.158, salvo hasta que la Corte Suprema la obligó a desembolsar los dineros que el Estado había destinado a mejorar las remuneraciones de los profesores.
Lo anterior puso en entredicho al Obispo de Ancud, Juan María Agurto Muñoz, que en tribunales aseveraba «el Colegio Seminario Conciliar ha pagado de acuerdo a los cálculos que exigen las leyes involucradas».
En noviembre del 2015, Medina decidió no ir a la reelección como presidente del sindicato de trabajadores a pesar de la solicitud de la asamblea para que continuara en su cargo; así, y según lo indica la norma, perdió su fuero sindical en el mes de junio del año 2016. Luego, el 27 de diciembre recibió en su vivienda una carta certificada de término de contrato de trabajo por «necesidades de la empresa», agregándose dentro de la explicación que «se denota en su quehacer cotidiano carencias en cuanto a dar testimonio con su actitud y trabajo de los valores que sustentan el Programa Educativo Institucional, y el nulo compromiso con la misión de educar siguiendo los lineamientos de la Iglesia Católica, tal y cual como ha sido abordado en diversas ocasiones y asumido en conversaciones con la Dirección del colegio».
Sobre este último punto, el profesor indica que en una reunión a fines del año 2013 con la Directora, hermana Inés Bello, «se me preguntó por mi condición religiosa a lo que respondí no tener religión y ser agnóstico, para el año lectivo siguiente no me asignaron curso como profesor jefe cosa que me llamó la atención pues normalmente lo habitual es que un profesor esté un año sin serlo pero al siguiente se le asigne una jefatura. Durante el transcurso del año 2013 continúe como profesor de aula pero ya comencé a sentir el peso de las palabras de la dirección y del obispo que en reiteradas oportunidades en las que le hablaba al profesorado en alguna reunión enfatizaba en que el colegio era de iglesia y si alguien no se sentía parte de esta y, por ende del proyecto educativo de carácter católico, debía tomar otro rumbo«.
Dadas estas situaciones, el docente demandó en procedimiento Ordinario por despido injustificado y cobro de prestaciones laborales al colegio, representada legalmente por el Obispo Juan María Agurto Muñoz. Tras ello, y solo para efectos de poner término al juicio, el colegio llegó a un acuerdo y decidió pagar una suma adicional a la indemnización por años de servicios que ya había sido desembolsada.
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