CASTRO (La Opinión de Chiloé) — El pasado 3 de diciembre de este año asistieron al Concejo Municipal de Castro un grupo de funcionarios y padres y apoderados de la Escuela Los Girasoles de la comuna de Castro, establecimiento privado que atiende a una treintena de niños y jóvenes con necesidades educativas especiales de la capital provincial, y que anunció su cierre para 2020.
Esa comunidad educativa ha venido sosteniendo reuniones con el alcalde de Castro, Juan Vera (UDI), para evaluar algún tipo de reubicación que podría ser en la Escuela Diferencial Antü Kau, que es de dependencia municipal y que tendría cupos, o el uso de la infraestructura donde funcionaba la ex Escuela rural de Llicaldad.
En este contexto, el martes de la semana pasada concurrieron al concejo algunos miembros —previa solicitud invitación— donde expusieron, grosso modo, la preocupación que tenían respecto al cierre y las posibilidades que se manejaban para que los niños y niñas que asistían, continúen en otra escuela.
Sin embargo, en medio de la conversación, al menos dos personas profirieron graves acusaciones hacia la Escuela Antü Kau, que no sólo generaron revuelo, sino que también trajeron consecuencias por parte de la Corporación Municipal y del Director Raúl Catalán Treimun, y que derivó en un recurso que comenzó tramitación en sede judicial ayer tras declararse admisible una querella criminal.
En particular, durante el concejo, una de las educadoras diferenciales dijo: «…hoy día, justo hoy día se celebra el día de las personas con discapacidad y están hablando de la inclusión, lamentablemente nosotras como educadoras y como papás de niños con discapacidad no tienen otra opción, solo les queda la Antü Kau».
Prosiguió diciendo «…a muchos papás no les gusta la Antü Kau, y es lamentable, no les gusta porque ya es muy grande, han pasado cosas también de bullying, de abuso, no sé, independiente, hay muchos temas que ustedes a lo mejor como Concejales deberían saber por la corporación…».
A lo anterior, se sumó una apoderada quien señaló: «hablo de mi parte y de los apoderados, estamos muy angustiados porque a nosotros nos dijeron a último momento. Yo tengo un hijo especial que tiene parálisis cerebral. Si usted me pregunta no me gustaría que mi hijo vaya a la escuela Antü Kau. Imagínese lo que está pasando en la Escuela Aytué que son niños que pueden hablar, a mí, mi hijo no me va a decir me paso esto, mi hijo no me va a decir me tocaron, uno se va a dar cuenta cuando ya esté lo peor…».
Ante esa intervención, el concejal Julio Álvarez le dijo «perdone, una sola pregunta, ¿por qué tienes tú esa duda de la Antü Kau?, ¿por qué dices que podrían ser objetos de bullying u otra cosa?».
Ante eso, la aludida responde «porque algunos apoderados que han estado en el Antü Kau y han ido a nuestro colegio. Hay niños que han sido violados, disculpando la palabra, que feo, pero han sido violados, han sido toqueteados, han sido denunciados. Yo tengo un sobrino que tiene Síndrome de Down, que él hacía, orinaba lo más bien pero empezó a tener problemas y ahora se empezó hacer pipí y él no quiere ir al colegio, no quieren que lo toquen».
«Es que esto siempre de conversa entre los apoderados, pero hay apoderados que han hecho reclamos y creo que no han quedado en nada. Entonces yo estoy súper angustiada en ese sentido, y yo igual había pensado, como decía bien la tía, en vez de arrendar algo como decían en la escuela Llicaldad en vez de colocar container como decían en Antü Kau», asestó.
Sobre estos dichos, Raúl Catalán Treimun dijo en el Canal de TV de la Corporación: «en esta situación que se planeó ante el concejo de parte de un grupo de apoderados de otro establecimiento, nosotros quedamos un poco asombrados porque no somos parte del problema ni tampoco somos parte de la situación que ellos exponen, pero si nos nombraron a nosotros como funcionarios del establecimiento Antü Kao con algunas dificultades o algunas necesidades e incluso algunas acusaciones que son bastante graves».
Añadió la fuente que «nosotros en este caso conversamos con don Marcelo, conversamos con los apoderados, en realidad con nuestra comunidad completa de que no nos podemos quedar en silencio ante una situación que encontramos que es grave, más porque tiene que ver con el prestigio que la escuela se ha ido ganando en el tiempo».
«Nosotros mantenemos una comunidad de más de 100 estudiantes, con un un grupo de apoderados que está por sobre los 200, y que no tenemos ninguna acusación por parte de ellos que pudiésemos plantear y que dé mérito a una acusación como se estableció en este concejo del 3 de diciembre», agregó.
Planteó además: «queremos que esto de alguna forma se aclare por las formas correspondientes, primero aclarando públicamente que nosotros no tenemos ninguna situación y segundo, acciones judiciales que ya están establecidas».
El asunto generó bastante molestia al interior de la Corporación Municipal, que a través de un comunicado de su Secretario General, Marcelo Fuentes García, rechazó tales dichos que calificó como «imputaciones infundadas y con publicidad, menoscabando el prestigio de nuestra institución y de los directivos, docentes y asistentes de la Educación de la Escuela Especial Antü Kau».
En este contexto, el miércoles la abogada de esa repartición decidió ingresar una querella criminal por injurias y calumnias en contra de las dos mujeres, teniendo como eventual ofendido al Director Raúl Catalán Treimun.
Fuentes consultadas por La Opinión de Chiloé indican que en este caso la acción más apropiada debería haber sido un recurso de protección ante la Corte de Apelaciones dado que la acción penal privada podría no ser la instancia apropiada para aclarar los dichos, en el entendido que ambas mujeres no individualizaron de manera precisa al director cuando hablaron.
Sin embargo, desde la corporación municipal se optó por la vía penal aunque no se observaría en el tramo de sus relatos dónde se calumnió o injurió al Director, sino más bien se hablaba de manera genérica sobre la escuela; habrá que ver el curso progresivo de los autos porque si la querella queda en nada, podría poner en aprietos al eventual ofendido con la potencialidad de recibir querellas de vuelta, pero eso lo determinará la juez (o jueces) que vean la causa.
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