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Castro: alarmante estado de vertedero municipal revela «vista gorda» de varias instituciones.
CASTRO (La Opinión de Chiloé) — Bastante molestia causó al interior de la Ilustre Municipalidad de Castro un reportaje publicado el 16 de agosto pasado por La Opinión de Chiloé donde se reveló una serie de graves incumplimientos a la normativa ambiental al interior del Vertedero Municipal ubicado en el sector rural Punahuel, y que además demostraría que las fiscalizaciones a ese lugar han sido escasas o nulas durante meses.
La publicación trajo consecuencias, algunas de público conocimiento y otras bien silenciosas. Lo visible fueron las declaraciones del alcalde de Ancud, Carlos Gómez Miranda (Ind), quien llamó a la Seremi de Salud y a la Superintendencia de Medio Ambiente (SMA) a realizar fiscalizaciones a todos por igual (Puntra El Roble es visitado semanalmente mientras que al resto prácticamente nadie los inspecciona), o la réplica del alcalde de Castro, Juan Vera (UDI), quien sin referirse al fondo, sorpresivamente se abocó a proferir un agresivo ataque personal a su colega por redes sociales, algo bien raro a nivel de las alcaldías en Chiloé donde la camaradería en público ha sido la tónica desde el retorno a la democracia.
Pues bien, de manera muy reservada, el 18 de agosto pasado una funcionaria de la SMA y tres de la Autoridad Sanitaria se apersonaron en el recinto castreño para concretar una fiscalización, luego de un largo tiempo sin hacer inspecciones, verificando lo que La Opinión de Chiloé ya había revelado.
Fue la Jefa de la Oficina Regional de la SMA, Ivonne Mansilla Gómez, quien posteriormente informó al Superintendente del Medio Ambiente, Cristóbal de la Maza, sobre los hallazgos de ese día, asegurando de manera lapidaria que la Municipalidad de Castro no ha avanzado en un Plan de Mejoras al que se comprometió tras una fiscalización anterior (en 2018) que observó graves infracciones a la norma, y donde incluso el mismo alcalde de Castro se comprometía a un presunto «proceso de cambio en el tratamiento de la basura», que dos años después, habría resultado en una mera estrategia comunicacional para instalar la idea de un supuesto Plan para «transformar a Castro en una comuna Verde, en una comuna sustentable», decía.
Luego, precisa que en la inspección de agosto se constató que «las condiciones de operación del vertedero son de alto riesgo sanitario y ambiental».
La aludida, que por meses mantuvo silencio sobre lo que estaba pasando en Castro, detalló al Superintendente lo que La Opinión de Chiloé expuso: había una falta de cobertura de los residuos por varios meses «generando mal olor y gran cantidad de vectores tanto dentro como en los alrededores del vertedero (jotes principalmente)», además del mal manejo de los lixiviados «que se observan en el talud y en la base de la torta de residuos, y que escurren por el canal de aguas lluvias hasta una piscina de lixiviados no impermeabilizada».
Confirmó además que en lugar de disposición municipal de residuos llegan alrededor de 15 camiones al día (de día y de noche), los que simplemente depositan la basura para que después sea «acomodada» por máquinas retroexcavadoras, dejándola susceptible a la acción de la lluvia, el viento y animales.
Mansilla aseguró que en la actividad de fiscalización «se constató gran cantidad de residuos descubiertos, tanto en superficie como en el talud, apreciándose una masa continua de residuos dispuestos con la consecuente presencia de vectores (…) y la generación de mal olor, característico de la degradación de residuos orgánicos».
«Lo anterior constituye un riesgo ambiental y sanitario, con afectación a la salud de las personas debido a que la falta de cobertura y compactación diaria de los residuos favorece la proliferación de vectores y la volatilidad de elementos livianos, además de aumentar la probabilidad de generación de lixiviados y posible contaminación de aguas subterráneas, debido al contacto de las aguas lluvías con los residuos descubiertos», añadió la Jefa de la Oficina Regional de la SMA, todo lo que La Opinión de Chiloé ya había constatado en terreno.
La autoridad aseguró, además, que «la falta de compactación y cobertura aumenta la probabilidad de riesgo de deslizamiento de la masa de residuos, al permitir el ingreso de las aguas lluvias, favoreciendo la saturación de la masa de residuos, lo que repercute en la disminución en la estabilidad y resistencia de la celda (lugar actual de disposición final de residuos)».
Siguió explicando al Superintendente que se verificó que las chimeneas de ventilación de biogás están en malas condiciones, algunas deformadas, todas incumpliendo la norma técnica y que están cubiertas con tierra y rocas «sin permitir el cumplimiento de su función principal», aseguró.
Detalló que esto «constituye un riesgo ambiental y a la salud de las personas, debido a que la falta de ventilación del biogás generado en la torta de residuos provoca una acumulación de gases, aumentando la probabilidad de riesgo de incendio al interior del vertedero, o fugas por lugares no controlados, pudiendo generar efectos nocivos en las personas que operan diariamente en el lugar».
En cuanto a los lixiviados, simplemente se confirmó lo que La Opinión de Chiloé había adelantado, esto es que «la falta de cobertura de los residuos provocó el escurrimiento de lixiviados por gravitación hacia la zona este de la base de la torta, llegando a la zanja de aguas lluvias que conduce hacia la piscina de lixiviados, la cual no se encuentra impermeabilizada, además de generar zonas con apozamiento de lixiviados mezclados con aguas lluvias».
Dice Mansilla que «lo anterior constituye un riesgo de contaminación a las napas subterráneas del sector, pudiendo afectar la calidad de las aguas debido a que la celda no cuenta con impermeabilización del suelo sumado a que en un radio de 2 km a la redonda, existen siete (7) derechos de aprovechamiento de aguas subterráneas constituidos, siendo uno de ellos otorgado al Comité de APR Putemún, ubicado a aproximadamente 1,6 km de distancia del vertedero».
Así, acusa un riesgo a la salud de las personas, confirmando de paso que el Municipio no ha realizado la construcción de pozos profundos de monitoreos de las aguas que consumen los vecinos del sector, a pesar que se comprometió a aquello.
Junto con ello, y respecto a las aguas superficiales, confirma que en estas décadas de funcionamiento, aún no se ha realizado un estudio hidrológico en el área de emplazamiento del vertedero «que permitan conocer su ubicación, extensión y relación de las napas subterráneas con los cursos de aguas superficiales», acotando que es posible establecer también un riesgo a la salud de las personas por contaminación de aguas superficiales, particularmente en el caso del Comité de Agua de Puacura Bajo.
Así, dados estos graves antecedentes, pidió al Municipio que implemente varias medidas provisionales, entre ellas que implemente de inmediato un sistema e compactación y cobertura diaria de los residuos, exigiendo que se envíen como medio de verificación fotografías fechadas y georreferenciadas de cada día para evitar declaraciones engañosas del tipo «estamos trabajando», cuando en realidad no es así.
También ordenó retirar los líquidos lixiviados mezclados con aguas lluvias, y que éstos sean trasladados y dispuestos en un lugar autorizado. También pidió que se incluyan fotografías fechadas y georreferenciadas del estado inicial, de las acciones ejecutadas para su control y posterior eliminación, y del estado final. Deben también informar sobre el volumen diario total extraído, la caracterización de los lixiviados e información sobre el lugar de disposición final, entre otros, todo para hacer que el Municipio realmente cumpla.
Por otro lado, se instruyó habilitar las chimeneas de ventilación, monitorear el biogás e implementar un sistema que evite el ingreso de aguas lluvias. Pidió que se envíen fotografías fechadas y georreferenciadas del avance.
Además, y en vista del riesgo que podría existir para los vecinos del APR Putemún, instruyó que se realice a la brevedad mediciones de la calidad de las aguas subterráneas.
Hay que recordar que el Vertedero Municipal Castro se encuentra funcionando desde el año 1994 sin Resolución Sanitaria como tal. Luego, mediante la Resolución de Calificación Ambiental n.°453 del año 2009 de la COREMA de Los Lagos, se aprobó un Plan de Cierre y Sellado que, valga la redundancia, consideraba un cierre progresivo del vertedero el que supuestamente debía concretarse a fines del año 2012 y que ocho años después, aún no se concreta.
Su funcionamiento en condición de ilegalidad es evidente ya que con la entrada en vigencia del Decreto n.°189 del 18/08/2005 del Ministerio de Salud que aprueba el Reglamento sobre Condiciones Sanitarias y de Seguridad Básicas en los Rellenos Sanitarios, el lugar no se ajusta a los requerimientos considerados en dicha normativa. Así lo ha indicado la Contraloría General de la República, sin que hasta la fecha se haya dejado de acumular las miles de toneladas de basura en el lugar.



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