CASTRO (La Opinión de Chiloé) — En medio de la aparición de los primeros casos de COVID-19 en la Provincia de Chiloé y una evidente inacción que se ha venido observando en la zona (desde que se declararon los primeros diagnosticados en Chile) en cuanto a mejorar el equipamiento de la red de salud para afrontar un potencial aumento de la demanda asistencial por la pandemia, tímidamente se han comenzado a tomar medidas al respecto, cuya efectividad sólo podrá ser analizada en el mediano plazo.
De acuerdo a información que tuvo a la vista La Opinión de Chiloé, luego de un informe técnico que alertaba a las distintas autoridades respecto a la enorme debilidad de la red en cuanto a la disponibilidad de camas críticas y la falta de insumos en el Archipiélago, desde el Servicio de Salud Chiloé se han comenzado a tomar algunas decisiones luego del cambio de su Director y Subdirector Médico.
Desde esta perspectiva, se han estado realizando algunos preparativos para enfrentar la mayor demanda asistencial que se podría generar ante la eventualidad de un aumento de casos de COVID-19 en Chiloé.
Junto con la reorganización de algunas áreas de servicios hospitalarios en los dos principales centros asistenciales de la provincia (Ancud y Castro), también se están implementado medidas para adquirir equipamiento e insumos que permitan responder a la contingencia sanitaria de mejor manera.
Así, el 24 de marzo reciente, y tras una consulta del Servicio, la empresa PV EQUIP S.A. remitió la cotización n.°89626/2020 donde detalla el costo potencial que tendría la adquisición de 18 ventiladores mecánicos de cuidados críticos que se distribuirían en los hospitales en comento, y cuyo uso sería para adulto e infantil.
Según indica el documento que tuvo a la vista La Opinión de Chiloé, el costo alcanzaría los $835.489.242.- (ochocientos treinta y cinco millones cuatrocientos ochenta y nueve mil doscientos cuarenta y dos pesos), e incluría un total 18 Ventiladores Mecánicos Carescape R860 con dos juegos de válvulas exhalatorias más dos sensores de flujo y opcionales en cada unidad como kit nebulizador, módulo CO2, base humidificadora Aircon Gen 2 Wilamed, Cámara de Humidificación C200R, SpiroDynamics, módulo de medición O2, CO2, espirometría y Gasto Energético, entre otros.
El costo unitario es $46.416.069.-, desglosándose en $24.633.000.- para el ventilador R860 propiamente tal, mientras que los otros 21 millones y fracción corresponden a los opcionales que son necesarios dado que los hospitales carecerían de ellos para poner en funcionamiento las nuevas unidades.
En efecto, el respirador mecánico consta de una pantalla, una unidad de ventilador y un compartimento para módulos opcional, por lo que es necesario invertir los $21.783.069.- adicionales en cada uno para añadir los otros componentes para habilitar la monitorización de los pacientes con el ventilador.
Cabe mencionar que sólo el Hospital Dr. Augusto Riffart de Castro tiene una Unidad de Paciente Críctico (UPC) con una capacidad de ocho camas críticas con sus respectivos ventiladores mecánicos. Son éstas las disponibles actualmente para atender a personas diagnosticadas con COVID-19 que se agraven en Chiloé, aunque debe compartirse con otros pacientes graves por causa diversa.
¿Qué significa cama crítica? En las Unidades de Paciente Crítico (UPC) del sector público existen las denominadas «camas intensivas» y las «camas intermedias». Las primeras tienen una cama clínica con monitor, ventilador mecánico, fármacos y equipo de profesionales para atender al paciente (un médico y kinesiólogo cada seis camas y una enfermera cada dos o tres camas); en las segundas, se observa lo mismo salvo que no tienen ventilador mecánico.
Desde el Servicio de Salud Chiloé se decidió, dado lo que está pasando en el país, aumentar la capacidad de camas críticas hasta por lo menos 24, por lo que se ha proyectado que la red estaría reforzada ya durante la segunda semana de abril.
En dicho contexto, por primera vez en su historia el Hospital San Carlos de Ancud vería la creación de su propia Unidad de Paciente Crítico (UPC) con seis camas intensivas, mientras que las restantes se adicionarán a las ocho ya existentes en Castro.
¿Es suficiente? El Presidente Sebastián Piñera indicó hace aproximadamente diez días que el gobierno ha evaluado distintos escenarios, siendo el más grave para el que están preparados aquél que indicaría la existencia de 100.000 enfermos similtáneamente, 16.000 de ellos hospitalizados y de esos, 8.000 en tratamiento intensivo en camas críticas y 4.000 con «algún tipo de ayuda o ventilación artificial».
Una simple extrapolación para la Provincia de Chiloé indicaría que en el peor de los casos, alrededor de 76 personas podrían llegar a requerir tratamiento intensivo usando camas críticas y de esos, 38 pacientes podrían requerir ventilación mecánica.
Luego, emitido el certificado de disponibilidad presupuestaria este viernes, se decidió emanar la Orden de Compra n.°1077380-1-SE20 para adquirir 5 unidades por un monto total de $232.080.345.-
Se desconoce por ahora cuándo se adquirirán los restantes para cumplir con el anuncio de 24 camas críticas, o si en realidad sólo se estaba considerado dejar operativas 13 camas intensivas en Chiloé (con ventilador), ergo, ¿las restantes serán camas intermedias?.
¿Por qué son importantes los ventiladores? En el caso de pacientes con CODIV-19 más graves, generalmente sus pulmones colapsan por una neumonía viral siendo necesario conectarlos a estos aparatos para apoyar el trabajo de los órganos en cuestión. No hay que confundirla con la neumonía de origen bacteriano que puede tratarse con antibióticos y cuya evolución puede predecirse con cierta certeza.
La decisión de conectar al paciente a un apoyo respiratorio de este tipo dependerá tanto de sus signos vitales como de sus niveles de saturación de oxígeno (y la velocidad con que éstos comienzan a deteriorarse). En ciertos casos, especialmente cuando el paciente es de avanzada edad, la decisión de intubar o no será de la familia (con fue el caso de la primera fallecida por COVID-19 en Chile).
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