Una curiosa frase lanzó este sábado en el programa radial «Mejillón de Chile» financiado por el Gobierno el presidente de la Asociación de Mitilicultores de Chile AG (AmiChile) Rodrigo Rosales Carreño, ingeniero pesquero de la Pontificia Universidad Católica de Valparaíso y directivo de SudMaris Chile S.A., al referirse a los efectos que tuvieron las movilizaciones al interior de la isla de Chiloé: «nosotros fuimos afectados por los afectados de la marea roja«.
Para el dirigente gremial de los empresarios que agrupa a productores e industriales tales como BlueShell, Cataluña, Toralla, AgroMar, SudMaris, entre otras, las compañías sufrieron los embates de los bloqueos de carreteras el pasado mes de mayo debido al aislamiento en que quedó la Isla de Chiloé «básicamente porque las plantas no podían desocupar las cámaras que estaban llenas de productos, las cosechas no podían llegar… digamos… a los centros de procesamiento, las plantas no podían movilizar a su personal, y eso fue lo que desató la paralización de 10 o 12 plantas en Chiloé».
Rosales Carreño aseguró que los bloqueos ocurridos en la provincia derivaron en una paralización de plantas e industriales la primera semana de mayo; en particular indicó: «de no haber mediado eso, es probable que la industria habría podido seguir procesando prácticamente durante todo el mes de mayo». Agregó que «en un momento determinado hubo que abordar las plantas paralizadas, cada planta con 300 a 400 personas sin tener nada que hacer, y se produjo irremediablemente una pérdida de empleos que afortunadamente fue temporal«; de hecho, aseveró que una vez finalizados los bloqueos, la industria miticultora «fue capaz de retomar los procesos y recontratar gente que había perdido su empleo producto de las paralizaciones».
René Medina en tanto, de la Asociación de Productores de Mitílidos de Chiloé AG, concordó con que se vieron afectados por la gente movilizada añadiendo que los coletazos «del bloqueo, de la marea roja, evidentemente fue muy agresivo para nosotros, como productores (…) en áreas que estaban completamente abiertas, que estaban con un rendimiento de carne, que estaba cosechable [y] bueno para vender, completamente no lo podíamos sacar (…) evidentemente fue catastrófico».
Al comenzar las protestas, un 60% de las áreas donde se ubicaban centros de cultivo de mitílidos dentro de la isla de Chiloé estaban abiertas, por lo que el flujo de materia prima era estable en las plantas de proceso; sin embargo, la generalización de los cortes de carreteras y el subsecuente cierre preventivo para la extracción decretado por la Autoridad Sanitaria terminó por afectar a las ‘fábricas’ por lo que comenzaron a cerrar de manera provisoria y despedir gente, varias de las cuales fueron consignadas por La Opinión de Chiloé, especialmente en Ancud, Quemchi, Chonchi y Dalcahue.
Luego de una serie de reuniones con SERNAPESCA y la Seremi de Salud de Los Lagos que tuvieron representantes de los empresarios, paulatinamente se comenzaron a acelerar los muestreos y análisis, con la consecuente apertura progresiva de áreas y la normalización de las faenas en las plantas. Varios despedidos actualmente recuperaron sus trabajos.
No hay cifras aún respecto a las eventuales pérdidas que tuvieron los industriales y productores en la Provincia de Chiloé derivados de los bloqueos, ni los efectos financieros reales que la crisis les ocasionó. Eso se sabrá el próximo año, con la publicación de los Estados Financieros.
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