Equivocación en Castro: operaron a niña de apendicitis cuando sólo requería un antibiótico

Fotografía de contexto.

CASTRO (La Opinión de Chiloé) — En plena etapa de término probatorio se encuentra actualmente una millonaria demanda por indemnización de perjuicios en contra del Servicio de Salud Chiloé por un error cometido en contra de una pequeña niña de 7 años, que fue operada de apendicectomía en el Hospital Dr. Augusto Riffart de Castro cuando lo que tenía se trataba con simples antibióticos (o con nada).

Los hechos se remiten a la tarde del 28 de septiembre de 2016 cuando la pequeña llegó al Servicio de Urgencia del Hospital de Quellón con un fuerte dolor abdominal y alta fiebre, establecimiento en el cual es evaluada clínicamente por la médico Gloria Arroyo Barría disponiéndose —de acuerdo con lo que se consigna en el dato de urgencia— una serie de exámenes de laboratorio que arrojaron como resultado probable un cuadro de Abdomen Agudo, siendo derivada al Hospital de Castro para evaluación por especialistas en Pediatría y Cirugía Infantil.

Ahora bien, dado que el pediatra llegó varias horas después, en ese recinto fue examinada por un médico general quien ordenó una radiografía de Abdomen Simple y una radiografía de Tórax. Tres horas después de haber llegado a Castro, es atendida por el pediatra quien la ingresó a hospitalización a la espera de la llegada del cirujano Jaime Fischer Camadro, que terminó por ordenar una apendicectomía. Así, y ya en plena cirugía, se descubrió que la pequeña no tenía apendicitis, sino que una adenitis mesentérica y signos sugerentes de tiflitis según la Epicrisis a la que accedió La Opinión de Chiloé.

La adenitis mesentérica puede observarse con simples exámenes de sangre o coprológico para analizarlos por bacterias, virus o parásitos, aunque en algunos casos se requiere una ecografía o un TAC; usualmente este tipo de inflamación desaparece solo, aunque en algunos casos se recetan antibióticos. En el caso de niños menores de 12 años, en alrededor del 28% a 57% de los casos se puede errar el diagnóstico clínico inicial en Apendicitis Aguda, estando entre los principales diagnósticos intraoperatorios la adenitis mesentérica, pero en la batalla judicial que se está realizando en el Juzgado de Letras de Castro no se menciona que dadas esas enormes tasas potenciales de error en el diagnóstico, se haya decidido hacer exámenes de sangre o coprológico buscando tal patología, o exámenes de imagenología adicionales.

La tiflitis en tanto, es una infección aguda bacteriana de la mucosa del ciego generalmente causada por Clostridiumsepticum (ocasionalmente Clostridium tertium, Clostridium sporogenes, Clostridium sordellii o Clostridium tertiumo neumococos, y que podría haberse detectado con imagenología complementaria. Su tratamiento es antibióticos.

Según consigna la epicrisis del 4 de octubre de 2016 a la que accedió La Opinión de Chiloé, textualmente el diagnóstico médico de egreso era «adenitis mesentérica».

El Servicio de Salud de Chiloé, en nombre del Hospital de Castro, se defiende indicando que «la paciente fue objeto de todas las atenciones medica y quirúrgicas que su situación de salud requería, que al día de hoy se encuentra en perfecto estado de salud, que esa es la labor fundamental de este Servicio de Salud, cautelar la vida de los pacientes fuera de todo de otro tipo de consideraciones, que nos asiste el absoluto convencimiento clínico, ético y legal de haber procedido como correspondía, en la situación planteada, con una respuesta eficiente y eficaz de los facultativos de salud. Desde su ingreso en el Hospital de Quellón la paciente fue correctamente atendida, habiéndose realizado allí exámenes para encontrar o descartar anticuerpos virales más frecuentes productores de fiebre: Adenovirus, citomegalovirus, Influenza entre otros, para diagnóstico diferencial de infecciones como Hemograma con Leucocitos, PCR y Ex de Orina además de cultivo de Orina, interviniendo al menos 4 profesionales médicos en su seguimiento, derivación y resolución. Como ya se señaló, el diagnóstico es eminentemente clínico, frecuentemente el paciente evoluciona con un cuadro con síntomas poco relevantes y no consulta o bien lo hace tardíamente, ingresando con un plastrón apendicular establecido; por lo que el tratamiento de la dolencia debe ser perentorio».

La familia pide que sea indemnizada con cincuenta millones de pesos.

NOTA DE LA REDACCIÓN: La información genérica de las patologías fueron consultadas por La Opinión de Chiloé en Gastrointestinal Radiology: A Pattern Approach de Ronald L. Eisenberg (2003), A Clinical Guide to Pediatric Infectious Disease de Donald Janner (2005), Paediatric Emergencies: A Practical Guide to Acute Paediatrics de Thomas Lissauer (2012) y Issues in the Design and Evaluation of Medical Trials de J.W. Weiner (2012), entre otros.

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