La organización ambientalista Greenpeace expuso durante este domingo en Ancud las principales conclusiones preliminares de un informe donde analiza la crisis socio-ambiental que afectó a la Región de Los Lagos, y particularmente, a Chiloé. Para dicho estudio, tomó como fuentes de información la revisión de literatura, tomas de muestras realizadas en terreno durante 3 días, revisión de datos de la NASA, imágenes satelitales, información oficial del gobierno y revisión de testimonios.
Dentro de lo expuesto en el informe al que accedió La Opinión de Chiloé, el grupo aseveró que “si bien la evidencia permite afirmar que la zona ya estaba afectada por blooms de algas, la autorización por parte del gobierno de verter casi 5 mil toneladas de salmones actuó como un ‘fertilizante’ potenciador de la marea roja, aumentando su magnitud, intensidad y alcance, lo que desencadenó en la crisis social y ambiental que vimos en Chiloé. Una medida del gobierno tomada apresuradamente, desconociendo la regulación nacional y violando los compromisos internacionales sobre la materia».
En base a Imágenes Satelitales de Temperatura (SST), el informe señala que podría ser posible que ocurriera el fenómeno de surgencia costera durante el período de vertimiento, vale decir, que las aguas profundas subieran hacia la superficie; luego, aunque no mostró evidencias científicas explícitas, aseveró que «esto podría determinar que si la mortandad de salmones fue precipitando hacia mayores profundidades, la surgencia pudo eventualmente devolver los nutrientes a aguas superficiales. (…) Esta eventual surgencia puede estar también suministrando más nutrientes al Bloom algal que se encontraba cubriendo caso toda la zona de estudio».
Respecto a las velocidades superficiales del movimiento de las masas de agua en el punto de vertimiento, aunque el informe no señala expresamente que las aguas se hayan desplazado 140 kilómetros a las costas de Chiloé, si indica que las del punto donde se dejaron los salmones descompuestos lo hicieron en dirección sur arguyendo que «es posible inferir que estas velocidades hayan actuado sobre cualquier vertimiento que se haya realizado en dicha área, haciendo circular lo vertido en la dirección que los vectores indican. En otras palabras, el patrón de circulación del vertido y los tiempos de residencia de éste se pudieron ver afectados, generando que estuviesen disponibles como alimentos de las microalgas«.
Sobre la influencia de la corriente de El Niño, y en base a gráficos de Internet (NOAA), afirma que «es posible determinar que no existen antecedentes oceanográficos suficientes para determinar que la crisis vivida en Chiloé y la intensidad de la marea roja, fueron sólo producidas por el fenómeno del niño y el cambio climático».
En cuanto a las muestras de aguas tomadas en el mar exterior e interior de Chiloé, el texto no menciona directamente alguna correlación entre el vertimiento y los resultados de las muestras, pero si señala que «en el mar exterior de Chiloé el Bloom es 5 veces más intenso que en el mar interior. Fueron encontrados más de 30 tipos distintos de microalgas, 5 de ellas potencialmente tóxicas, como Alexandrium Catenella. El análisis de muestras da cuenta que, si bien Alexandrium Catenella está presente, es muy posible que no haya sido un solo gran Bloom de esta especie como se indicó durante la crisis, sino varios Bloom diferentes».
NOTA 1. El trabajo liberado por Greenpeace tiene resultados preliminares, por lo que no expone toda la bibliografía citada para sus conclusiones, no describe la metodología utilizada, no indica la lista de autores ni las dependencias donde participa cada uno (por ejemplo, departamento, laboratorio), tampoco expone el nombre de los centros que realizaron los análisis de las muestras tomadas el 21, 22 y 23 de mayo. Se sabe que en el trabajo participó al menos Ernesto Molina, Biólogo Marino y Doctor en Oceanografía, Francisco Ther, Doctor en Antropología Social, y Estefanía González, Geógrafa.
El texto de Greenpeace se encuentra acá.
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