Una pionera investigación publicada recientemente en la prestigiosa revista científica Estuaries and Coasts de Estados Unidos se abocó a estudiar la distribución de óxido de nitrógeno (N2O, popularmente conocido como gas de la risa) en el mar interior de Chiloé y el estuario de Reloncaví. Los científicos participantes, que provinieron de la Universidad de Concepción y de la Universidad de Chile, tomaron una serie de muestras de agua discretas por triplicado para N2O y nutrientes (es decir, NO3−, NO2−, PO4−3, Si(OH)4) a lo largo de siete profundidades (0, 5, 10, 25 , 50, 75, 100 y 200 m de profundidad) en varios puntos del océano durante el mes de julio de 2013 a bordo de la nave científica de la Armada AGS 61 Cabo de Hornos.
Para los investigadores, las aguas del Estuario de Reloncaví y del mar interior de Chiloé están situadas en una región donde el impacto de las actividades humanas son relativamente bajas gracias a la poca densidad poblacional, por lo que es posible utilizar esta zona para identificar fuentes naturales y sumideros involucrados en el ciclo del N2O. Sin embargo, los científicos también precisan que a partir de la década de 1980 se ha producido un explosivo aumento de actividades productivas ligadas a la acuicultura (miticultura, alguicultura y salmonicultura), notando que la dinámica biogeoquímica marina sigue siendo poco estudiada.
El artículo que tuvo a la vista La Opinión de Chiloé titulado Spatial Distribution of Nitrous Oxide (N2O) in the Reloncaví Estuary–Sound and Adjacent Sea (41°–43° S), Chilean Patagonia buscó analizar los niveles de este tipo de gas de efecto invernadero y las relaciones entre variables ambientales (temperatura, densidad, salinidad, nutrientes) en las costas sureñas.
Los niveles de concentración de gas de la risa en la costa chilota alcanzaron una media de 12.6 ± 2.36 nM a una profundidad de 0–200 metros, observándose los niveles más altos frente a la costa este de Quellón con ~21,1 nM. Para los científicos, las aguas del mar interior presentaron altos niveles de óxido de nitrógeno y nitrato inorgánico (NO3−) probablemente proveniente de fuentes marinas y/o producción in situ en la columna de agua mediante nitrificación, dada la condición de oxigenación de las muestras recolectadas.
Además, encontraron que los flujos de óxido de nitrógeno son variables (desde los sumideros hasta la fuente), y que el contenido de N2O refleja hasta el 60% de lo que se advierte en el agua subantártica que fluye desde el océano abierto hasta el mar interior. Para los investigadores, la nitrificación parece ser el proceso más viable que explicaría la producción de este gas ligeramente tóxico, principalmente en las capas subsuperficiales del mar.
Efectos en el medioambiente
¿Qué implicancias tiene este hallazgo? El óxido de nitrógeno tiene el potencial de impactar al calentamiento global en 310 veces más que el dióxido de carbono, y según un estudio publicado en la revista Environmental Science & Technology de mayo de 2012 al que accedió La Opinión de Chiloé, se sugiere que la acuicultura puede ser una importante fuente antropogénica de emisión, estimándose que si la industria mantiene sus niveles de crecimiento actuales, podría ser responsable del 5,72% de la emisión antrópica de N2O-N al año 2030 en todo el mundo, algo de relevancia para la zona considerando que Chile (y Chiloé particularmente) es uno de los principales productores a nivel internacional de varias especies acuícolas.
Dos investigadores del Max Planck Institut für Chemie de Alemania en tanto, aseguraban en la revista Nature en 2010 que el óxido de nitrógeno proveniente de la acuicultura representa el 3,2% de todo este gas tóxico que se genera en el océano, mientras que a 2030 podría alcanzar el 17%.
Ahora bien, el reciente estudio en las cosas chilotas y del Reloncaví acusa a la nitrificación como uno de los causantes de los altos niveles observados de este gas en la zona, proceso que según el Doctor Claude E. Boyd de la Universidad Auburn de Estados Unidos genera nitrito (NO2−), compuesto que normalmente se acumula en lugares donde se desarrollan actividades vinculadas a la acuicultura, pudiendo alcanzar niveles tóxicos para peces y otros organismos marinos, especialmente nativos.
Por otro lado, existen varios estudios que señalan que altas tasas del gas de la risa en el agua podrían estar vinculadas a eventos de bloom de algas, algo que particularmente atacó (severamente) a la industria acuícola el 2016; cabe preguntarse entonces ¿estos resultados extraídos de muestras en 2013 ya no daban una alerta temprana sobre la crisis productiva que se venía para la Región de Los Lagos este año?
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