PUQUELDÓN (La Opinión de Chiloé) — Alrededor de las 19.00 horas de este domingo se activó un procedimiento de traslado desde el Centro de Salud Familiar de Puqueldón hasta el Hospital Dr. Augusto Riffart de Castro de una joven que habría sido víctima de la picadura de un cnidario, presumiéndose que se trataría de una fragata portuguesa (Physalia physalis) cuya neurotoxina puede provocar problemas respiratorios y cardíacos.
De acuerdo a información preliminar recopilada por La Opinión de Chiloé, la paciente de 24 años llegó al Servicio de Urgencia del Cesfam de isla Lemuy refiriendo un fuerte dolor tipo quemadura y enrojecimiento de la piel, explicando que habría sido picada en circunstancias no precisadas.
Tras ser evaluada inicialmente por un médico, se solicitó al centro coordinador del Servicio de Atención Médica de Urgencia (Samu) su traslado, concretándose en horas de la tarde-noche.
Dentro de la sintomatología que habría presentado en medio de este proceso se encontrarían problemas respiratorios, requiriendo apoyo de oxígeno antes de ser ingresada en el Servicio de Urgencia del nosocomio castreño, donde quedó en observación.
Por ahora no ha sido posible confirmar con certeza que la picadura fuera de una Physalia physalis ya que la paciente no capturó al cnidario, aunque si identificó algunas características que serían atribuibles a una carabela portuguesa.
La picadura de esta especie podría resultar mortal para un niño y para un adulto con problemas crónicos de salud, mientras que para un paciente sin patologías de base y peso normal, no debería resultar dañina en extremo y sus efectos pasarían en unas cuantas horas.
La carabela pica como un mecanismo de defensa automático cuando se siente amenazada. En cada centímetro cuadrado de sus tentáculos hay más de un millón de elementos urticantes, es decir, que provocan en el o la paciente una reacción de tipo alérgica.
Lo más habitual (de ahí el nombre de falsa medusa) es el escozor y el ardor en la zona donde haya inoculado el veneno. Esta es la sintomatología más leve.
La picadura provoca dolores fuertes, mientras que por tras el contacto local puede aparecer edema, pápulas eritematosas, ampollas, descamación, cambios isquémicos, neuropraxia, adenopatía regional y reacciones cutáneas a distancia.
Su veneno es muy peligroso y permanece activo incluso cuando el ejemplar no está vivo o ha sido retirado de la arena.
Excepcionalmente puede producir afectación sistémica: cardiovascular (vasoespasmo, miopatía, insuficiencia cardiaca, arritmias, colapso cardiovascular), respiratoria (edema laríngeo, broncoespasmo, edema pulmonar, insuficiencia respiratoria), neurológica (parálisis espástica, cefalea, agitación, ataxia), gastrointestinal (náuseas, vómitos, necrosis hepática), renal (glomerulonefritis) y hematológica/inmunológica (reacción de hipersensibilidad).
También pueden producirse reacciones tardías y a largo plazo tales como: ulceración, celulitis, necrosis y gangrena. También estrías pigmentadas, queloides, liquenificación por rascado frecuente, granuloma, atrofia grasa o cicatrices.
En el sitio original de la picadura, secundarias a respuestas inmunológicas intracutáneas, se pueden producir reacciones recurrentes sin que se repita la exposición inducidas por antígenos secuestrados.
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