ISLA DE CHILOÉ (La Opinión de Chiloé) — El 25 de marzo de 2020, la autoridad sanitaria de Los Lagos confirmaba el primer caso de un paciente con la enfermedad por SARS-CoV-2 (COVID-19) en la provincia de Chiloé, tratándose de un varón de 49 años que consultó en el Centro de Salud Familiar René Tapia de Castro por un cuadro de tos, fiebre y cefalea, siendo derivado al Hospital Dr. Augusto Riffart donde se le tomó la muestra que terminó por dar positivo.
Más allá del impacto de este caso y las subsecuentes pesquisas en la red de salud que hasta el día de hoy contabilizarían 167 casos acumulados en toda la Provincia de Chiloé (116 en Ancud, 14 en Curaco de Vélez, 14 en Quemchi, 7 en Dalcahue, 10 en Castro, 4 en Quellón y 2 en Quinchao), con dos muertos y otros nueve probables, un fenómeno sin precedentes también llegó al archipiélago con el nuevo coronavirus, y que se repite también en el resto del país: la brusca caída en la demanda de atenciones de urgencia. La Opinión de Chiloé indagó en estas cifras poco conocidas en las diez comunas, encontrando datos sopresivos.
Existe consenso tanto en la ciudadanía como en los directivos de los centros de salud que los servicios de urgencia están recibiendo una afluencia de pacientes significativamente menor a la habitual a estas alturas del año, con salas de espera vacías, personal «haciendo nada» y potenciales pacientes que muchas veces han optado por evitar acercarse a los establecimientos de salud.
Ya el ex Ministro Jaime Mañalich mostraba preocupación por la caída en las atenciones en general, asegurando que «estamos enfrentando una situación sin precedentes y es que la demanda por servicios de salud que no tienen que ver con COVID prácticamente se ha derrumbado», mientras que a nivel de las visitas a urgencia, varios especialistas han referido como potencial causal al temor a contagiarse de SARS-CoV-2, mejores medidas de autocuidado y mayor higiene, aunque también otros factores influirían.
Las cifras son decidoras. Entre enero y junio de 2020, las consultas en los servicios de urgencia de todo Chiloé cayeron estrepitosamente un 33,5%, algo que nunca se había observado. Si en 2019, en este primer semestre habían concurrido 101.621 pacientes, este 2020 consultaron 67.532 personas.
Luego, agrupados por las principales causales de consulta en las diez comunas chilotas, se observa una caída en todos los ítemes, aunque llama la atención aquellas relacionadas al sistema respiratorio (menos casos de Influenza, menos Neumonías, menos Bronquitis/Bronquiolitis Aguda, menos Crisis Obstructiva Bronquial, entre otras), observándose una baja profunda del 54,7%.
(Consultas de urgencia entre el 1 de enero al 27 de junio, años 2019 y 2020).
Si entre el 1 de enero al 27 de junio de 2019 existieron 3.133 hospitalizaciones derivadas de consultas en urgencia, durante el mismo período de este 2020 la cifra bajó a 2.695 hospitalizaciones, vale decir, una baja del 14,0%.
Aquellas hospitalizaciones asociadas a consultas por problemas respiratorios cayeron un 46,6% en lo que va de 2020 respecto del mismo período del año pasado, mientras que las vinculadas a patologías del sistema circulatorio también se redujeron en un 5%. La baja ayuda también a alimentar el mito de cierto segmento de ciudadanos que alega que «ahora todo es coronavirus» y que el resto de enfermedades «ya no existen», cuando en realidad lo que está pasando es que hay menos gente yendo a urgencias.
Es más, una mirada más detallada de los datos permite apreciar que a partir de la semana epidemiológica 13 (desde el 22 de marzo de 2020) cuando se detectó el primer PCR positivo en la isla, la caída se hizo más pronunciada.
En efecto, desde esa fecha hasta la semana epidemiológica 26 (que finalizó el 27 de junio), la concurrencia de potenciales pacientes de urgencia a los centros de salud bajó un 55,7% en comparación al mismo período del año pasado.
A modo ilustrativo, una muestra. En la semana epidemiológica 25 (14 al 20 de junio de 2020) concurrieron a cualquier servicio de urgencia de Chiloé un total de 1.874 personas; en contraste, en la misma semana epidemiológica de 2019, asistieron 3.943 personas. O sea, sólo en esa semana, un 52,5% menos de pacientes asistieron a consultas de urgencia en toda la red.
El caso más «dramático» se da en el SAPU de Castro, donde la caída desde el 22 de marzo al 27 de junio de este año es del 83,8% respecto a igual período del año pasado. Le sigue el Servicio de Urgencia Rural de Chacao (SUR) con una caída del 64,5%, el Hospital San Carlos de Ancud con una disminución del 62,0%, el SUR de Dalcahue con el 55,2%, el Hospital Dr. Augusto Riffart de Castro con el 52,8%. y el SUR de Chonchi con el 50,6%.
El detalle por recinto de salud con servicio de urgencia es el siguiente para el período comprendido entre el 22 de marzo al 27 de junio de 2019 y 2020 respectivamente:
(Consultas de urgencia entre el 22 de marzo al 27 de junio, años 2019 y 2020).
Las cifras son elocuentes ya que han disminuido las consultas de urgencia en todos los tipos. Si se mira la evolución de las consultas de las primeras 26 semanas epidemiológicas durante los últimos ocho años, el cambio es histórico, y el gráfico a continuación lo demuestra:
(Consultas de urgencia entre el 1 de enero al 27 de junio, período 2013-2020).
La disminución de pacientes no necesariamente es una buena noticia para la red de salud ya que si la gente no consulta por miedo, ello puede generar que no se descubran patologías existentes, se agraven otras o que las descompensaciones por falta de atención aumenten en el mediano plazo. En diversa literatura especializada ya se habla de «un efecto de rebote» ¿cuándo llegará a Chiloé?. Y eso sin mencionar a los policonsultantes, aquellos que asisten a las urgencias sin requerir atención de urgencia, valga la redundancia, y que volverán con más fuerza.
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