QUINCHAO (La Opinión de Chiloé) — Más allá de toda dura razonable, y luego de la revisión de 65 medios probatorios presentados por casi una semana en el Tribunal de Juicio Oral en lo Penal de Castro, el trío de magistrados procedió a declarar la culpabilidad de un contumaz pederasta residente de la isla Quinchao, quien violó y abusó sexualmente de sus dos hijos, actos que quedaron al descubierto en el año 2017.
De acuerdo a información judicial que tuvo a la vista La Opinión de Chiloé, los hechos acreditados indican que el delincuente de 53 años violó de manera continuada a su propia hija entre el mes de diciembre de 2016 y junio de 2017, partiendo todo cuando ella tenía apenas 11 años de edad.
La dinámica de todo se daba en medio de un ambiente hostil en la vivienda, donde el sujeto mantenía sometida a la familia a través de amenazas, golpizas y diversos actos agresivos que incluso terminaron por «normalizar» las violaciones a la pequeña.
Además, en junio de 2017, ad portas de develarse todo, el pederasta decidió a tacar a su otro hijo, un adolescente de 15 años quien tiene una discapacidad mental. En su caso, se dio por acreditado que sufrió tocaciones de carácter impropio y de connotación sexual, todo también en el contexto de coacciones constantes y sometimientos vía golpizas y agresiones psicológicas.
La Brigada Investigadora de Delitos Sexuales y Menores (Brisexme) de la Policía de Investigaciones de Ancud asumió las indagatorias en este caso que permitieron la captura y prisión preventiva de este antisocial, quien aún está internado en el Centro de Detención Preventiva de Castro.
En particular, durante el juicio oral se comprobó que todos estos actos se habrían consumado en una evidente dinámica de violencia intrafamiliar donde las agresiones sexuales eran consideradas casi normales.
Así lo expusieron las propias víctimas en el tribunal. Mientras el adolescente declaró en una sala especial especial habilitada para eso, la niña lo hizo a través de prueba anticipada para garantizar la calidad de su testimonio y minimizar el riesgo de revictimización, presentándose en consecuencia registros de su relato.
El pederasta fue encontrado culpable como autor en grado de consumado de los delitos de violación impropia de menor de 14 años en carácter de continuado, ilícito descrito y sancionado en el artículo 362 del Código Penal, y abuso sexual propio o directo de mayor de 14 años, ilícito descrito y sancionado en el artículo 366 del mismo articulado.
Sus dos abogados particulares alegaron inocencia, pero la prueba expuesta ante el tribunal fue incuestionable.
El martes 17 de diciembre pasado se dictaminó el veredicto condenatorio, instancia donde la parte acusadora solicitó la imposición de una pena 20 años de presidio por el delito de violación y 5 años adicionales por el delito de abuso sexual. Invocan el concurso de la agravante del parentesco.
En tal marco, y en vísperas de Navidad, se realizó la audiencia de lectura de sentencia de primera instancia donde se le impuso 12 años de cárcel por el delito de violación impropia de menor de 14 años en carácter de continuado, y 4 años más por el delito de abuso sexual propio o directo de mayor de 14 años en carácter de reiterado.
Asimismo, el tribunal condenó al delincuente a las pena especiales de interdicción del derecho de ejercer la guarda y ser oído como pariente en los casos que la ley designa.
Se añade además la sujeción a la vigilancia de la autoridad durante los 10 años siguientes al cumplimiento de la pena principal, y la inhabilitación absoluta perpetua para cargos, empleos, oficios o profesiones ejercidos en ámbitos educacionales o que involucren una relación directa y habitual con personas menores de edad.
Una vez que el fallo quede ejecutoriado, el tribunal dispuso que se proceda a la toma de muestras biológicas del sentenciado para determinar su huella genética e inclusión en el registro nacional de ADN de condenados.
La defensa particular tiene hasta el 3 de enero de 2020 para ingresar un recurso de nulidad ante la Corte de Apelaciones de Puerto Montt.
NOTA DE LA REDACCIÓN: La identidad del delincuente se mantendrá en reserva a la espera de sentencia ejecutoriada y debido al parentesco con las víctimas.
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