REPÚBLICA DEMOCRÁTICA DEL CONGO (La Opinión de Chiloé) — No sólo los incidentes violentos de Venezuela mantienen ocupados por estos días a diversos equipos adscritos a la oficina de la Alta Comisionada de Naciones Unidas por los Derechos Humanos luego que se develara una investigación preliminar de la ONU sobre una masacre llevada a cabo en el oeste de la República Democrática del Congo (RDC), y que reveló que «al menos 535 civiles murieron en cuatro ataques» dijo el miércoles la Misión de la ONU en el país, MONUSCO.
Fue a mediados de enero cuando la Alta Comisionada de Naciones Unidas por los Derechos Humanos, Michelle Bachelet, se refirió a las indagatorias al afirmar que según «informes creíbles», cientos de aldeanos de las cuatro comunidades de Yumbi habían muerto durante enfrentamientos interétnicos entre las comunidades de Banunu y Batende, durante varios días y que partieron el pasado 16 de diciembre. «Es crucial que esta violencia impactante sea investigada prontamente, a fondo y que los responsables sean llevados ante la justicia», dijo Bachelet, agregando que «esto es esencial para garantizar la justicia para las víctimas de estos horribles ataques, pero también para prevenir nuevos episodios de conflictos intercomunales, y para abordar la ira y los sentimientos de injusticia grave que de otro modo podrían conducir a ciclos repetidos de violencia entre comunidades» dijo.
La investigación inicial realizada por la Oficina Conjunta de Derechos Humanos de la ONU (UNJHRO), adjunta a la misión, concluyó que además de los muertos, otros 111 aldeanos resultaron heridos. No se ha confirmado exactamente quién cometió los asesinatos, pero la misión dijo que «los ataques se llevaron a cabo de manera organizada y planificada, y fueron extremadamente violentos y rápidos, lo que dejó poco tiempo para que las poblaciones huyeran».
Lo ocurrido en el país africano, que se había mantenido en las sombras para el mundo e incluso para la misma República Democrática del Congo, fue supuestamente provocada por una disputa relacionada al entierro del jefe consuetudinario de la comunidad Banunu.
«El equipo identificó un total de 59 fosas comunes en dos de las ciudades atacadas, pero no descarta la existencia de más sitios», dijo el miércoles un comunicado de la MONUSCO, agregando que «además, 967 propiedades, incluidas iglesias, escuelas y centros de salud fueron saqueadas o destruidas, y al menos 363 embarcaciones fueron destruidas».
Se calcula que unas 16.000 personas huyeron de Yumbi y sus alrededores a diferentes lugares, entre ellos “unas 7.000 personas que, según el Alto Comisionado de las Naciones Unidas para los Refugiados (ACNUR), buscaron refugio al cruzar el río hacia la República del Congo. La Misión informa que la situación de seguridad actualmente está relativamente tranquila, con fuerzas de seguridad nacionales desplegadas en el área».
El jefe de la UNJHRO ha informado que cada fosa común descubierta hasta ahora, según se informa, fue excavada inicialmente por los trabajadores locales de la Cruz Roja y los familiares que retornaron tras huir; éstas probablemente contenían docenas de cadáveres. Más de 40 tumbas individuales en tanto fueron desenterradas por la misión conjunta de investigación junto con las autoridades locales.
El estallido de violencia interétnica en diciembre tuvo lugar apenas unas semanas antes de las cruciales elecciones presidenciales que se habían retrasado durante dos años. Los votantes en Yumbi no pudieron emitir sus votos, ya que el edificio de la Comisión Electoral estaba entre los totalmente destruidos.
Comentarios