Tras casi tres semanas en paralización, los dirigentes nacionales de los funcionarios públicos anunciaron que depondrán la movilización y que a contar de mañana, todos retomarán sus labores. El coordinador de la Mesa, Carlos Inzunza, indicó que «cada organización en su propio sector va a tomar todas las medidas necesarias para superar las problemáticas que han ocurrido durante esta movilización y su extensión, de las cuales somos los primeros en darnos cuenta».
Los trabajadores culparon al Gobierno de todos los eventuales problemas que ocasionó la movilización y, además de agradecer la convocatoria de los empleados públicos, entregaron sus disculpas a la ciudadanía por mantenerlos sin servicios esenciales durante casi tres semanas.
Esteban Maturana, presidente de la Confusam, adelantó que para el 2017 se vienen nuevas movilizaciones acotando que «esta mesa ya está preparando movilizaciones y la negociación para el año 2017. El Gobierno tiene con los trabajadores del sistema público una deuda que vamos a cobrar el 2017». Sobre los estragos que ocasionó la no atención en los distintos centros de salud municipal, el dirigente indicó que «haremos nuestro mayor esfuerzo para a la brevedad superar los problemas de esta movilización, pero también decir que la responsabilidad no es nuestra. Quisimos negociar de principio a fin».
El reajuste
El Ministro de Hacienda Rodrigo Valdés detalló que el proyecto mantuvo el reajuste propuesto por el Gobierno del 3,2%. Además, se incluyó “un bono de $114 mil para rentas líquidas que sean hasta $550 mil en noviembre (…). Y hay un bono de $35 mil para aquellos que ganan entre $550 mil líquidos y $2 millones 345 mil brutos. Eso es 457 mil personas. Por lo tanto, estamos llegando casi a 950 mil funcionarios con estos bonos”. Explicó que el costo total del reajuste sería de $567 mil millones.
Los sueldos líquidos iguales o superiores a 4,4 millones quedaron congelados.
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