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SANTIAGO (La Opinión de Chiloé) – Tras el revuelo causado por el caso de Daniela Belén Vargas Vargas (13 años), niña a cargo del Sename a través de un programa ambulatorio que falleció en 2015 días después que la Red de Salud UC Christus ligada a la iglesia católica le negara la posibilidad de ingresar a la lista de espera de trasplante cardíaco debido a su “precariedad familiar, social y personal”, la ministra de Salud, Carmen Castillo, instruyó una auditoría interna en la cartera para revisar todo el proceso.
En un comunicado, el Minsal señaló que «con el fin de aportar antecedentes, y continuar perfeccionando prácticas relativas al proceso de donación, la Ministra de Salud instruyó la realización de una auditoría de este caso». Castillo defendió los criterios que aplica la Coordinadora Nacional de Trasplantes, acotando que “el sistema que tenemos de trasplantes en Chile, es absolutamente transparente y cuenta con una coordinación muy precisa, para dar todas las oportunidades a todo aquel que lo requiera, sin distinción de sexo, edad, previsión, ni de condición social (…) aproximadamente el 80% de los trasplantes que realizamos en Chile, son efectuados a personas de FONASA».
En cuanto a los criterios de la Comisión Técnica respectiva que evalúa el cumplimiento de los protocolos para transplantes, afirmó: “son muy estrictos, tanto en Chile como también a nivel internacional, para cualquier cirugía de la complejidad de un trasplante de corazón”.
La titular de Salud volvió a reiterar que se hicieron las solicitudes en su momento a SENAME sobre las condiciones requeridas para la intervención, y cuando este servicio pudo dar garantías del cumplimiento de estas condiciones, se autorizó la incorporación de la niña a la lista de espera. “Cuando se dio ya el visto bueno por parte del SENAME, que dijo que sí contaba con estos aspectos, se aprobó (la incorporación) el 1 de abril del año 2015”.
En cuanto a las presuntas suspicacias por una eventual discriminación hacia niños con alta vulnerabilidad social bajo tutela del Estado, Castillo señaló: “en los registros que tenemos, hay 5 niños y niñas del Servicio Nacional de Menores que han sido trasplantados (en los últimos diez años) y hay dos que están en lista de espera por un trasplante”.
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