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Chonchi suma 4ta muerte COVID-19: joven atleta con cáncer y registro de PCR positivo.
CHONCHI (La Opinión de Chiloé) — A través de una publicación en redes sociales, la familia de la que sería la cuarta fallecida vinculada a la enfermedad por SARS-CoV-2 en la comuna de Chonchi, salió a referirse a todo lo que rodeó la defunción de esta joven atleta de 39 años de edad, revelando graves antecedentes que han sido omitidos por el Hospital Dr. Augusto Riffart de Castro y por el Servicio de Salud Chiloé, y que podrían configurar una «falta de servicio».
Tal y como consignó La Opinión de Chiloé, la muerte fue constatada alrededor de las 09.40 horas de la mañana del martes 8 de diciembre, y desde la Seremi de Salud de Los Lagos se explicó que la causa básica de fallecimiento sería COVID-19. Tras la investigación epidemiológica preliminar, el Departamento de Estadísticas e Información de Salud (DEIS) del Ministerio de Salud la incluyó como víctima de la pandemia debido a la existencia de un testeo confirmatorio en la plataforma EPIVIGILA.
Sin embargo, en el certificado de defunción oficial al que accedió este medio no aparece referencia a la pandemia, y en la revelación hecha por la familia se detallan una serie de situaciones que podrían ser calificadas como graves, y que implicarían, incluso, algún tipo de responsabilidad penal por un eventual cuasidelito de homicidio y/o falta de servicio a nivel civil.
En particular, ellos indican que la información otorgada por Seremi de Salud «es de total desconocimiento por nuestra familia», arguyendo que «es contradictorio al certificado médico de Defunción por Dr. Iriarte (08/12/2020 09:40 hrs.): Choque Cardiogénico, Falla orgánica Múltiple, Carcinoma escamoso moderadamente diferenciado».
Luego, exponen una serie de antecedentes cronológicos vividos por la víctima en la red de salud pública, indicando que «todo comienza en el mes de julio del presente año siendo hospitalizada en el Servicio de Cirugía del Hospital de Castro. Luego, es llevada al Hospital de Osorno para toma de biopsia donde más tarde nos enteramos que fue mal tomada no arrojando un diagnóstico claro».
Continúan diciendo que «en el mes de septiembre fue ingresada al Comité oncológico del Hospital de Castro, con un diagnóstico de Sarcoma de origen desconocido en su muslo derecho, atendida por Dr. Flores. siendo hospitalizada el día 1 de septiembre hasta 17 de septiembre, posteriormente hace ingreso al Servicio de Medicina el día 26 de septiembre por septicemia (infección), motivo por el cual agravó su situación».
«Al mismo tiempo, estábamos a la espera de una evaluación oncológica en el Hospital de Puerto Montt, pasaron los días!! semanas!!… [recién el] 6 de noviembre fue agendada la citación para su evaluación!!», dijeron.
Mientras el cáncer avanzaba, expusieron que un día antes, el 5 de noviembre, les avisan a altas horas de la noche «que se suspende citación por capacitación que tendría la especialista (Dra. Valencia) no pudiéndose realizar el traslado». Detallan que «después de tanta insistencia», le reagendaron la hora para el día 13 de diciembre, sin embargo, no pudo asistir porque fue diagnosticada como portadora del virus SARS-CoV-2.
Precisaron que el resultado del PCR habría sido entregado el 11 de diciembre, indicando que «[este] resultado nos indigna por el hecho que ella se contagió estando hospitalizada en el Servicio de Cirugía (Hospital de Castro) siendo paciente oncológica en aislamiento». Añadieron que «la explicación que nos dieron fue que se transmitió por otra paciente que estaba en la misma sala de hospitalizado».
Agregan que «así fue llevada a servicio hospitalizados COVID-19, donde el Dr. Héctor Moreno nos informa que no nos preocupemos porque era paciente asintomática». Estuvo 24 días hospitalizada en esa unidad, mientras que el día 4 de diciembre fue llevada al Servicio de Cirugía donde comenzó a empeorar falleciendo el día martes 8 de diciembre.
Dicen que «desde el 26 de septiembre que estuvo hospitalizada hasta su fallecimiento, hubo procedimientos que no fueron comunicados [a la familia] como toma de biopsia, escasa empatía y ética profesional de algunos funcionarios del Hospital de Castro, hasta el día de hoy estamos esperando ser atendidos por Dr. Álvarez (Médico Jefe de Cirugía) para poder solicitar auditoría médica, el cual indica por medio de su secretaria de manera telefónica que no tiene tiempo para atendernos».
Por último, indican que el día 9 de diciembre, un día después de fallecida, «finalmente fue agendada su hora para evaluación oncológica por telemedicina en el Hospital de Puerto Montt». O sea, a pesar de estar en los registros del Ministerio de Salud como víctima fatal de la pandemia, avisaron que luego de meses de espera llegaba su hora para hipotéticamente ver el estado de su cáncer: ya estaba sepultada. En definitiva, expresan que esta atleta «falleció esperando una evaluación oncológica en Puerto Montt, esperando con muchas ansías quimioterapias paliativas para mejorar su calidad de vida, que le permitiera disfrutar de su hija de 4 años, hijo, papá, hermanos y demás familiares».
«Así como Mariela hay muchas personas que han pasado por lo mismo, solo compartir con ustedes lo ocurrido, esperar que algún día mejore la salud pública y no jugar con la desesperación de la familia otorgando calmantes», aseguraron.
Fuentes consultadas por La Opinión de Chiloé indicaron que más allá de las distintas patologías que podría haber tenido esta paciente, sí podría darse una relación causal entre su deceso y el dilatar indiscriminadamente el cuadro clínico por cáncer sin tratamiento que presentaba, debilitando el estado de salud de esta joven mujer. A ello se sumaría una eventual falta de prolijidad y potencial negligencia manifiesta en los cuidados dentro del centro de salud, algo que está dentro de la propia esfera de resguardo médico para evitar un agravamiento de la paciente.
En efecto, existe amplia jurisprudencia donde se ha determinado que el personal médico tiene la obligación técnica y ética para evitar situaciones negligentes, las que se darían acá. En otros casos, ya el Hospital de Castro ha sido encontrado responsable por un actuar inoportuno y negligente en la muerte de pacientes, y por la cual ha sido condenada a millonarias sanciones. Acá, podría darse un caso similar por falta de servicio, de conformidad a lo previsto en el artículo 2314 del Código Civil, artículos 1, 6 y 38 de la Constitución Política de la República, Ley N° 18.575 y Ley N° 19.966.
Adicional a aquello, en ese caso el proceder podría revelar un actuar culposo del personal médico que atendió a la paciente, pues no resulta coherente afirmar que se siguieron los protocolos médicos que evitaran el contagio por COVID-19 que resultó ser la causa básica de muerte, y menos en cuanto a la realización de exámenes y tratamiento por su cáncer. Ello salpicaría al Servicio de Salud Chiloé, ya que sería razón suficiente para potencialmente responsabilizarla por un actuar negligente debido a su falta de servicio oportuno y adecuado.
Todos los antecedentes anteriores han sido ocultados u omitidos por el Servicio de Salud Chiloé a la comunidad, dado que el origen de este contagio y toda la cronología de hechos que vivió esta paciente sólo se conocen tras la decisión de la familia de exponerlo. Durante el período en que ella esperaba hora oncológica, tal repartición estaba bajo el mando de Erik Poblete Torres, quien de trabajar en una empresa de golosinas y en Fashion’s Park, pasó a ocupar (en subrogancia) el cargo de director del Servicio de Salud Chiloé, con indicadores que empeoraron mes a mes según diversa documentación que la Subsecretaría de Redes Asistenciales envía trimestralmente a la Comisión Especial Mixta de Presupuesto del Congreso Nacional.
Según información a la que accedió La Opinión de Chiloé, este es un nuevo caso que muestra el complejo escenario que están viviendo miles de personas en toda la Provincia de Chiloé desde antes del comienzo de la pandemia, y que se vincula a los largos tiempos de espera por diversas patologías sin que se les haya dado resolutividad, con más de 25.000 solicitudes de interconsultas o cirugías que aún no son atendidas por la red de salud. Es más, se estima que alrededor de un 42% de los pacientes esperando por hora a especialista se encuentran en esa situación hace un año o más.

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