
QUELLÓN (La Opinión de Chiloé) — Un amplio operativo policial en la comuna de Quellón se concretó durante las últimas horas, todo tras una orden amplia de investigar del Ministerio Público de la ciudad puerto por eventuales ilícitos vinculados a drogas.
De acuerdo a información judicial que tuvo a la vista La Opinión de Chiloé, todo se gestó luego de la recepción de la denuncia de una vecina que acusaba que un grupo de sujetos desconocidos habría ingresado a una vivienda que tenía a su cuidado emplazada entre las calles Pedro Montt y Jorge Vivar.
Así las cosas, una patrulla de la 6ª Comisaría de Carabineros de Quellón concurrió al lugar para realizar una inspección ante la eventual existencia de un delito en flagrancia, y que inicialmente se caratuló como una presunta violación de morada.
Tras entrevistarse con la denunciante, ésta indicó que fue avisada por uno de sus vecinos respecto a que alrededor de cinco personas habrían procedido a forzar la entrada de dicha vivienda y que habrían decidido ingresar, desconociendo si aún estaban en el interior.
Luego, previa autorización de la aludida, y tras encontrar algunos indicios de daños en una de las ventanas que hacían presumir el ingreso de alguien desconocido, funcionarios policiales se aprestaron a revisar el lugar.
Así las cosas, tras una revisión ocular del recinto, se percataron que en el segundo piso habían dos piezas especialmente acondicionadas para el cultivo de Cannabis Sativa, encontrando un alto número de plantas en crecimiento.
En particular, se informó que existía un sistema artesanal indoor que incluía un una forma especial de ventilación, iluminación y aislamiento térmico en cada habitación.
En consecuencia, el caso de recaratuló inmediatamente como un presunto delito de cultivo de especies vegetales del género cannabis, previsto y sancionado en el artículo 8º de la Ley n.º20.000 de Drogas, por lo que informado el Ministerio Público, concurrió personal de la Sección de Investigaciones Policiales (SIP) dependiente de la 6ª Comisaría local.
Según el reporte policíaco, se contabilizaron alrededor de 158 tallos en crecimiento con su respectivo macetero, presentando una altura que variaba entre los 10 y 40 centímetros de alto.
Adicionalmente, se indicó que la vivienda estaba sin moradores ya que previo al arribo de la patrulla, los que habrían ingresado alcanzaron a huir.
La información fue confirmada por el mayor Iván Ulloa, jefe de la 6ª Comisaría de Carabineros de Quellón, indicando que por ahora, las diligencias están plenamente activas, sin que se haya determinado aún quién o quiénes estarían detrás de este cultivo indoor.
A este respecto, se desconoce si los sujetos que habían ingresado lo hicieron para sustraer aquellas plantas de mayor tamaño o para «inspeccionar» el cultivo que podría ser de su propiedad o mandatados por terceros que conocían de la existencia del lugar con plantas en su interior.
Por ahora, la hipótesis más plausible indicaría que, probablemente, los aludidos entraron para sustraer Cannabis dado que existirían indicios de entrada forzada.
Desde la Fiscalía local se indicó que no hay detenidos que reportar, mientras que las indagatorias siguen activas para individualizar e identificar a quienes ingresaron y quienes estarían detrás del ilícito de marras.
Hay que mencionar que el artículo 8º de la Ley n.º20.000 de Drogas indica que «el que, careciendo de la debida autorización, siembre, plante, cultive o coseche especies vegetales del género cannabis u otras productoras de sustancias estupefacientes o sicotrópicas, incurrirá en la pena de presidio menor en su grado máximo a presidio mayor en su grado mínimo y multa de cuarenta a cuatrocientas unidades tributarias mensuales, a menos que justifique que están destinadas a su uso o consumo personal exclusivo y próximo en el tiempo, caso en el cual sólo se aplicarán las sanciones de los artículos 50 y siguientes. Según la gravedad del hecho y las circunstancias personales del responsable, la pena podrá rebajarse en un grado».
En este sentido, para el Ministerio Público el número de plantas incautadas en cultivo no estaban, inequívocamente, al servicio del potencial uso o consumo personal y próximo en el tiempo, por lo que a priori se confirmaría cualquier eventual presunción contraria, esto es, de posible circulación entre otros consumidores finales de marihuana, vale decir, tráfico.
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