CASTRO (La Opinión de Chiloé) — Suman y siguen los casos de eventuales negligencias médicas ocurridas en el Hospital Augusto Riffart de Castro que se están ventilando en los tribunales, teniendo esta vez como protagonista a un pequeño de un año de edad que terminó falleciendo tras un incidente en la Unidad de Cuidados Especiales Pediátricos donde habría quedado solo luego que las profesionales a cargo abandonaran sus puestos.
El pequeño ancuditano Walther nació el 14 de enero de 2015 en el Hospital de Ancud. A poco de su llegada, fue diagnosticado con el síndrome Pierre Robin que lo mantuvo hospitalizado en el Servicio de Neonatología del Hospital de Castro, con visitas puntuales al Hospital de Puerto Montt y al Hospital Luis Calvo Mackenna en Santiago.
Dada la naturaleza de su enfermedad, mantenía una traqueotomía que requería monitoreo permanente y cuidados las 24 horas del día; ello no era al azar ya que el 1 de junio de 2015 había sufrido una decanulación accidental produciéndose un paro cardiorespiratorio, pero tras aplicar los procedimientos estándar, se recuperó hasta el punto de comportarse como cualquier pequeño de su edad antes de cumplir un año: gatear constantemente y aprender a caminar.
El día nefasto
El día 17 de enero de 2016, el niño se encontraba hospitalizado en la Unidad de Cuidados Especiales Pediátricos del recinto castreño en buenas condiciones generales, completamente activo y sin antecedentes que aludieran a algún problema (distintos a los justificables por el síndrome), existiendo como registro un control alrededor de las 15.00 horas sin novedad. Junto a él, había otro paciente internado, siendo ambos atendidos de manera exclusiva por una enfermera y una paramédico.
Sin embargo, tras ese último control, la enfermera Karina Redondo Beltrán se habría dirigido a otra dependencia del hospital alrededor de las 15.59 horas, dejando como vigilante a la paramédico Paola Paredes Guenchumán, quien a su vez, se retiró de su puesto, quedando los dos niños totalmente solos. 16 minutos después, un enfermero de otra unidad pediátrica avisa a la paramédico que estaba sonando una alarma en la sala que se suponía, debía estar vigilando, encontrando al pequeño Walther inconsciente y en paro respiratorio por una presunta decanulación accidental.
Inmediatamente se activaron los protocolos de reanimación, concurriendo personal paramédico y de enfermería pediátrica, avisándole además al médico de turno que estaba en otra unidad y a la enfermera de turno que debía estar pero que se encontraba en otro lugar del hospital, arribando ésta a la sala a las 16.34 horas. Tras 15 minutos de trabajo, el menor volvió a respirar, pero quedó con daños psicomotores irreparables: estado vegetativo, lo que finalmente se tradujo en su fallecimiento el 31 de diciembre de 2016. Vale decir, prácticamente agonizó durante 1 año.
Sanciones administrativas
El mismo día en que las dos profesionales dejaron a los niños solos (con el consiguiente incidente de Walther), el Directorio del Hospital decidió iniciar un Sumario Administrativo.
Karina fue sancionada «por haber incumplido su obligación funcionaria, habiendo abandonado su puesto de trabajo de enfermera turnante el día referido (…) quebrantando el deber de vigilancia permanente que exige un paciente de intermedio pediátrico (…), determinándose, además, que con su falta de vigilancia infringió la guía clínica de organización y funcionamiento de unidades de pacientes críticos».
Paola fue sancionada «por haber abandonado su puesto de trabajo, esto es, la estación de enfermería y/o sala de intermedio pediátrico del Hospital de Castro, estando en conocimiento de la ausencia física de la única profesional de enfermería turnante de la misma unidad (…) incumpliendo su deber de vigilancia permanente (…), infringiéndose, además, la guía clínica de organización y funcionamiento de unidades de pacientes críticos del Hospital de Castro».
La demanda contra el Hospital y la respuesta de éste
El día 25 de mayo, los padres decidieron ingresar una demanda ordinaria de indemnización de perjuicios en contra del Servicio de Salud Chiloé – Hospital de Castro, pidiendo la suma de $300.000.000.- (trescientos millones de pesos) exponiendo lo que habría ocurrido.
El 11 de julio de 2017, la abogada que representa al recinto de salud procedió a replicar, y aunque no negó ni explicó en ninguna parte el abandono que Walther sufrió por las dos profesionales reseñadas, aseveró que la literatura en general advierte que las traqueotomías son riesgosas, y más aún en niños, por lo que existía la posibilidad de que el pequeño sufriera una decanulación accidental.
Además, agrega que fue atendido en los primeros 30 segundos después que se constató el incidente, aunque no procedió a detallar mayores antecedentes de quién, cómo y cuándo fue tal constatación ni menos expuso qué implicancias sobre la recomendación médica de «monitoreo permanente y cuidados las 24 horas del día» tuvo la ausencia de Karina y Paola, aunque si negó que el abandono tuviera alguna relación causa-efecto en lo que le pasó a Walther.
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