A poco más de 46 años de la misteriosa desaparición de un avión en plena selva chilota del ahora Parque Nacional Chiloé, un sorpresivo hallazgo realizado el día de hoy podría dar por cerrado un largo ciclo en varias familias chilotas ya que se habría dado con el paradero de los restos de una avioneta extraviada en 1970.
De acuerdo a antecedentes históricos, el 26 de febrero de 1970 la prensa de la época reportaba la desaparición de la avioneta Cessna CC-SNA 172, del Club Aéreo de Ancud, en una zona denominada Huella de Abtao, entre medio del enorme bosque chilote virgen que se suponía sería talado por el Proyecto Astillas Chiloé, pero que hoy forma parte del Parque Nacional Chiloé. La aeronave había despegado desde el aeródromo de Castro con destino a la zona de San Pedro, desapareciendo misteriosamente.
El vuelo era piloteado por Francisco Díaz Oyarzo (25 años), quien iba en compañía de Julio Kompatzki Hörneckel (48 años) de Ancud y Luis Guerrero Moena (21 años). La búsqueda nunca se cerró oficialmente por los familiares, hasta el día de hoy eventualmente, y siempre se creyó que podría haber caído en el sector comprendido entre Pid-Pid, Castro, y la desembocadura del río Abtao incluyendo parte de la Cordillera de Piuchué, vale decir, una enorme área casi imposible de sondear sin erogar enormes recursos.
La información no ha sido confirmada oficialmente, no se tiene certeza si es la aeronave desaparecida, sin embargo, fuentes ligadas al hallazgo aseveraron a La Opinión de Chiloé que existe una enorme probabilidad de que sea la misma nave desaparecida esa tarde, hace 46 años. Familiares se encontrarían en el Club Aéreo de Ancud a la espera de mayores detalles, aunque ellos aseverarían que se trata de esa avioneta; desde la FACh en tanto, serían más cautos y estarían planificando ir al lugar del hallazgo para confirmar la patente in situ.
Fotografía: ONG Red de Emergencia Zona Austral.
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