ANCUD (La Opinión de Chiloé) — En medio de la crisis financiera que atraviesa la Corporación Municipal de Educación, Salud y Atención al Menor de Ancud, y que tendría entre sus principales causas una gestión deficiente, una sobredotación de personal y una sostenida caída de alumnos, nuevas cifras sobre la situación actual del número de matriculados tiene con dolor de cabeza a sus directivos, ya que se espera que el déficit que actualmente existe empeore, todo en medio del paro que lleva adelante la denominada Mesa de la Educación desde hace un mes.
De acuerdo a información que tuvo a la vista La Opinión de Chiloé, previo al inicio del período escolar, el Sistema de Admisión Escolar reportaba un total de 2.241 estudiantes (pre)matriculados en alguno de los establecimientos educacionales municipales, representando una caída del 4,6% respecto del total que había existido en el año 2022, cuando se llegaba a 2.350 estudiantes matriculados. Eso sí, entre marzo y abril de 2023, ha existido un creciente éxodo de estudiantes hacia el sector particular subvencionado, empeorando la situación.
En efecto, las cifras disponibles antes del inicio de clases eran preocupantes, existiendo (otra vez) una baja importante de interesados en la red de establecimientos educacionales municipalizados de Ancud.
A modo ilustrativo, al cierre temporal de las escuelas Cumbre de Lecam, Pugueñún y Cogomó, se sumó el cierre técnico de la escuela Fátima por fusión (que tenía apenas 47 alumnos en 2022), mientas que la escuela Pudeto (que también estaba en peligro de desaparecer por fusión) otra vez vio mermado el número de estudiantes, esta vez en un 6,8% respecto del año pasado.
Lo anterior es sin tomar en consideración lo que está pasando en el área preescolar, con escuelas que tienen poquísimos alumnos en prekinder o kinder, con un alto riesgo de que los padres decidan irse del sector municipal. Los datos son bastante decidores: hay niveles con incluso 1 sólo alumno (en la escuela de Villa Chacao), por lo que ante cualquier eventualidad, simplemente la sala quedaría vacía.
Además, y de manera alarmante, la escuela Anexa vio un fuerte deterioro en las cifras de padres optando porque sus hijos/as estudien ahí, cayendo el total de matriculados en al menos un 25% para llegar a sólo 303 estudiantes este 2023.
Luego, en general este deterioro sigue siendo sostenido a través del tiempo, y la evolución a través de los años es significativa. En 2014 se estimaba que el total de matriculados en los establecimientos educacionales municipales de la comuna era de 3.276, pero para 2023, esa cifra preliminar llegó a 2.241 previo al inicio de las actividades lectivas.
En consecuencia, se observaba una caída del 31,6% en estos ocho años, pero tal indicador se disparó durante los primeros dos meses de clases, por lo que sólo entre 2022 y 2023, la caída alcanzaría el 13,6% si las cifras disponibles se mantienen.
Esto ha repercutido y repercutirá, directamente, en los ingresos que transfiere el Ministerio de Educación hacia el Municipio, situación que como es de suponer, está empeorando mes a mes este 2023.
¿La razón? El sistema municipal no ha mostrado la capacidad suficiente para atraer y/o retener a sus matriculados a través del Sistema de Admisión Escolar, agravado por la incertidumbre constante respecto una interrogante fundamental: ¿habrá clases o una nueva movilización por los problemas del sostenedor?
Muchos padres, que son de alta vulnerabilidad social y sin capacidad de pagarle a un tercero para que «se haga cargo» de sus hijos cuando no hay clases, simplemente han preferido sacar a sus pupilos/as y colocarlos en un establecimiento donde les aseguren continuidad en el servicio educativo.
En efecto, durante el período de admisión, se reportó una baja de 109 alumnos que dejaron el sector municipal en Ancud, mientras que entre marzo y abril de 2023, alrededor de 210 estudiantes optaron por abandonar las escuelas que tienen como sostenedor a la Corporación, siendo trasladados por sus padres a otros establecimientos educacionales de la comuna, vale decir, se han ido al sector subvencionado.
Si bien es cierto no se ha revelado el impacto financiero que tendrá este éxodo de educandos, un simple ejercicio permite mostrar lo que ocurrirá con la Corporación Municipal.
En particular, si se considera que la principal fuente de financiamiento es la denominada subvención base, el que es un monto mensual por alumno/a atendido, el cual dependerá del nivel y modalidad de enseñanza, y de si funciona con o sin Jornada Escolar Completa, entonces es de esperar que se dejen de percibir más de 330 millones de pesos.
La fórmula de cálculo es bien simple y depende de tres elementos: la asistencia media promedio registrada por curso en los tres meses precedentes al pago, el factor USE (tipo de establecimiento) y el valor de la USE vigente (monto que el Estado provee).
Por ejemplo, por un alumno que asiste a alguna escuela municipal en prebásica o enseñanza básica, el Estado transfiere al mes un monto base de hasta $88.636,84.-, el que aumenta hasta un máximo de $139.670,49.- si asiste a algún liceo municipal o hasta $260.797,84.- si asiste a la escuela especial. Todos estos montos, por alumno, deben considerar un aumento adicional por zona y ruralidad, de proceder.
Luego, asumiendo que todos son del área básica, la salida de esos 210 alumnos entre marzo y abril de este año implicaría que los ingresos anualizados por subvención base disminuyan por lo menos $223.364.837.-, sin considerar pagos por zona, Ley SEP u otros beneficios como por ejemplo, la denominada subvención especial de »piso rural» para algunas escuelas.
A esto, se debe agregar el monto de los 109 alumnos que no participaron en el Sistema de Admisión Escolar, equivalentes a una merma de los ingresos anualizados por subvención base de por lo menos $115.936.987.-, nuevamente sin considerar pagos por zona, Ley SEP u otros beneficios como por ejemplo, la denominada subvención especial de »piso rural» para algunas escuelas.
Vale decir, la pérdida estimada anualizada en ingresos alcanzaría, como mínimo, a un total de $339.301.824.-, sólo por concepto de educandos que abandonaron el sector municipal.
Para poner en perspectiva, el monto en comento son equivalentes a las remuneraciones aproximadas de casi una veintena de profesores durante un año (asumiendo el pago de una remuneración bruta anualizada de alrededor de 1,5 millones de pesos al mes).
Nótese que, como se viene diciendo, el monto que se entrega es conservador al asumir que esos 319 estudiantes que se fueron eran del área básica, porque si se desglosara por nivel real, el monto de pérdida de ingresos podría llegar a superar los 400 millones de pesos al año.
La fragilidad en varias escuelas es patente. Por ejemplo, en el cuarto básico de la Escuela Pudeto se contabilizaban al inicio de año sólo 2 matriculados, por lo que ante la eventualidad de que los padres decidan retirarlos, entonces el curso desaparecerá (y el docente a cargo deberá ser desvinculado).
Otro caso particular es la escuela de Villa Chacao, cuyos primeros y segundos básicos con suerte superaban el promedio de 5 alumnos, evaluándose fusionar cursos (lo que implicaría que otros dos docentes a cargo deberán ser desvinculados) ya que el dinero recibido por la subvención no alcanza para pagar cursos separados.
Luego, si el cierre temporal de las escuelas Cumbre de Lecam, Pugueñún y Cogomó no fuera suficiente, al borde de tal medida están las escuelas de Nal, Huelden, Caipulli o El Quilar, que tienen entre 3 y 5 alumnos.
A este respecto, cabe mencionar que se está trabajando en el cierre técnico de la escuela Pudeto por fusión con el Liceo Bicentenario, siendo este último el de mayor cantidad de matriculados en la comuna con 586 estudiantes.
En este sentido, este liceo es uno de los pocos, sino el único establecimiento educacional municipal, que presenta «buena salud», dado que casi todos sus cursos están a plena capacidad, existiendo cierto nivel de necesidad de infraestructura que se pudiera solucionar con la fusión.
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