Castro: Corte rechaza liberar a imputados de homicidio. Revelan atroces detalles del crimen

Fotografía: Cristian Alejandro Ruíz Mansilla.
Véase también:
Castro: capturan a 2 sujetos tras escabroso homicidio. Joven fue maniatado y ahorcado.
Castro: prisión para imputados por macabro homicidio. Sorpresivas identidades.

PUERTO MONTT/CASTRO (La Opinión de Chiloé) — De manera unánime, durante este jueves la Corte de Apelaciones de Puerto Montt confirmó la prisión preventiva para los dos imputados sindicados como presuntos responsables de un brutal homicidio ocurrido en Castro Alto el sábado 16 de octubre de este año, y que quedó al descubierto cuando la víctima de 34 años de edad fue encontrada maniatada con un sinnúmero de lesiones en el cuerpo, incluyendo marcas de ahorcamiento.

Según información de la causa (RUC 2110047741-3 RIT O-3373-2021) a la que accedió La Opinión de Chiloé, durante la audiencia alegaron en representación de los imputados Francisco Javier Abarca Sosa (34 años) y Julio Andrés González Rojas (30 años) sus abogados defensores, quienes solicitaron que se revierta la medida cautelar (o en su defecto se cambie por una menos gravosa) alegando, por un lado, que era desproporcionada, y por la otra, que sus representados no tendrían responsabilidad en el crimen de Cristian Alejandro Ruiz Mansilla (34 años), ello en atención a que ambos se culparían mutuamente.

En representación del Ministerio Público en tanto, el fiscal Fernando Metzner alegó solicitando que se mantenga a los dos sujetos en prisión, reiterando grosso modo los mismos argumentos expuestos en el Juzgado de Garantía de Castro cuando ambos sujetos fueron formalizados, instancia donde se detalló el trato vejatorio y martirizante que sufrió el joven asesinado la madrugada del 16 de octubre pasado, y que se habría perpetrado por horas.

Se habla de una atroz golpiza de pies y puños en distintas partes del cuerpo, a las que se sumaron agresiones corto-punzantes y con elementos contundentes en el rostro, cabeza, tórax, espalda y extremidades.

A ello se suman marcas en pies y manos producto de las ataduras junto con lesiones circundantes a la zona retrofaringea producto de un estrangulamiento. Los delincuentes que lo atacaron usaron para ello cordones del calzado de la víctima, una correa sintética, un cable de red y otro cable electrónico; además, al momento de ser encontrado, su cabeza estaba tapada con una casaca y toalla.

Lo impactante del caso es que según el fiscal Luis Barría, en este robo con homicidio habría existido una especie de «dinámica de golpes controlada», con un nivel de frialdad y violencia extremadamente alta. Una de las hipótesis que se trabaja es que podría haber sido torturado para que diga las especies de valor con las que contaba en su casa.

Tras ello, el persecutor penal ha indicado que ambos habrían escapado con dinero, un celular, una mochila y el automóvil de Cristian Alejandro. Hay registros de un sinnúmero de cámaras de seguridad y de televigilancia que han sido recopiladas donde se divisarían a los encartados.

La víctima fue encontrada sin vida en el living de su domicilio ubicado en el pasaje Manuel Vidal Osorio de Villa Mirador, activándose de inmediato una frenética búsqueda de sus homicidas, lográndose la captura de los dos sospechosos casi 10 días después.

Al menos así lo señaló el persecutor penal Enrique Canales Briones, quien acotó que los detectives llevaron adelante varias acciones indagatorias «las que se desplegaron desde el mismo día en que se tuvo noticia de lo sucedido».

La autopsia del Servicio Médico Legal identificó al menos 46 lesiones de variada calificación, de las cuales existen registros gráficos en la carpeta investigativa.

Ambos sujetos quedaron en prisión preventiva tras ser formalizados en Castro como eventuales responsables de robo con homicidio, prescrito y sancionado en el artículo 433 n.°1 en relación al artículo 391 n.º 1 circunstancia cuarta (ensañamiento, aumentando deliberada e inhumanamente el dolor a la víctima), ambos del Código Penal, cabiéndole a los imputados una presunta participación de autores en los términos del artículo 14 n.º 1 y 15 n.° 1 del mismo cuerpo legal en grado de consumado.

Sus defensas recurrieron a la Corte de Apelaciones, y de acuerdo a la resolución judicial que tuvo a la vista La Opinión de Chiloé, la medida cautelar se mantuvo dada la gravedad del ilícito en comento y las penas a las que se enfrentarían ambos, que podría llegar a presidio perpetuo calificado.

La resolución del tribunal de alzada indicó que «el mérito de los antecedentes, lo expuesto por los intervinientes en esta audiencia, teniendo presente que en esta etapa procesal existen antecedentes suficientes para estimar concurrentes los requisitos de las letras a y b del artículo 140 del Código Procesal Penal, esto es, la existencia material del ilícito investigado y la participación que en aquel se le atribuye a los imputados; y en cuanto a la necesidad de cautela: que la libertad de los imputados constituye un peligro para la seguridad de la sociedad, atendida la gravedad de la pena asignada al delito que se investiga y su eventual forma de cumplimiento; además de las circunstancias de comisión y el hecho de haber actuado en grupo o pandilla, se confirma la resolución en alzada de fecha 27 de octubre del 2021, dictada por doña Alejandra Varas Cuevas Jueza del Juzgado de Garantía de Castro, que decretó la medida cautelar de prisión preventiva para los imputados Francisco Abarca Sosa y Julio González Rojas».

Las diligencias siguen a cargo de la Brigada de Homicidios (BH) y del Laboratorio de Criminalística (Lacrim) de la Policía de Investigaciones de Puerto Montt, quienes han tenido la colaboración de sus colegas de la Brigada de Investigación Criminal (Bicrim) de la PDI de Castro.

En el sitio del suceso, se extrajeron diversos medios probatorios, entre ellas huellas plantares desde el suelo, las que se preservaron dado que los asesinos pisaron la sangre derramada de la víctima. Se añadió una huella dactilar de una lata de cerveza que sería de uno de los imputados, y otras dos huellas dactilares de la guitarra de la víctima que corresponderían a la del otro imputado.

Vale decir, las huellas Francisco Javier Abarca Sosa y Julio Andrés González Rojas los sitúan en el sitio del suceso, mientras que en sus relatos los dos le echan la culpa al otro. El primero, que es oriundo de Independencia en la Región Metropolitana, acusa que no lo mató ni le robó nada a la víctima, atribuyéndole la responsabilidad al oriundo de Concepción en la Región del Biobío, mientras que éste otro, habría declarado lo mismo pero culpando a su «amigo».

En este sentido, el fiscal Canales dijo que «con la recopilación de diversos medios probatorios, particularmente un análisis de cámaras de seguridad tanto en la ciudad de Castro como hasta el lugar donde fue encontrado el vehículo de la víctima abandonado, en la Ruta 5 a la altura del kilómetro 700 [de Pitrufquén en La Araucanía], es que se pudo imputar a ambas personas su participación en calidad de autores del mismo ilícito».

Acotó que el tribunal de Castro fijó un plazo de investigación de 120 días, y que la prisión preventiva de Abarca Sosa y González Rojas estaba justificada por constituir «su libertad es un peligro para la seguridad de la sociedad», dijo.

Canales aseveró que la medida cautelar más gravosa es la apropiada dado que «la peligrosidad [de los imputados] estuvo fundada en la naturaleza de este delito, la gravedad que acarrea la pena que puede llegar hasta el presidio perpetuo, y también las circunstancias particulares en que se cometió el delito donde, de acuerdo a las pericias realizadas, se causó y se infringió a la víctima un sufrimiento extremo».

Sobre las diligencias, el subprefecto Enrique Zamora, de la Brigada de Homicidios de la PDI de Puerto Montt, secundó las declaraciones emanadas desde los persecutores del Ministerio Público de Castro, detallando que en conjunto con el Laboratorio de Criminalística de la PDI, además de las huellas plantares y trozos de huellas dactilares, entre otros medios probatorios, se recopilaron «imágenes de cámaras de vídeo en distintos sectores de Castro, también empadronamientos que se hicieron en distintos sectores, recogimos también declaraciones y en fin, pudimos determinar la dinámica en que ocurrieron estos hechos».

Aseguró que «con el trabajo en el sitio del suceso, el análisis del mismo y otros medios de prueba, se logró establecer fehacientemente la participación de estas personas en el homicidio investigado».

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