Castro: imputado por macabro homicidio muere en cárcel de Puerto Montt

Fotografía: PDI Los Lagos.
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CASTRO (La Opinión de Chiloé) — De manera sorpresiva, durante las últimas horas Gendarmería de Chile confirmó la muerte de uno de los principales imputados de un brutal robo con homicidio ocurrido en Castro el 16 de octubre de 2021, y que tuvo como víctima al joven Cristian Alejandro Ruíz Mansilla (34 años).

De acuerdo a información preliminar que tuvo a la vista La Opinión de Chiloé, el fallecido sería Julio Andrés González Rojas (31 años), quien se encontraba en prisión preventiva al interior del Centro Penitenciario de Alto Bonito de Puerto Montt desde el 27 de octubre de 2021, cuando se le formalizó junto a Francisco Javier Abarca Sosa por este violento crimen, según antecedentes disponibles en la causa RUC 2110047741-3 RIT O-3373-2021 seguida ante el Juzgado de Garantía de Castro.

Las causas de su muerte deberán ser determinadas por el peritaje tanatológico encargado al Servicio Médico Legal, no descartándose por ahora alguna patología de base no tratada.

Según indicó la Directora Regional de Gendarmería Los Lagos, la coronel Angélica Briones, «producto de un paro cardiorrespiratorio, la noche del sábado falleció el imputado que se encontraba en prisión preventiva por orden del Juzgado de Garantía de Castro».

Indicó que se está realizando una investigación interna para determinar los protocolos que se siguieron en este caso, aseverando eso sí que «pese a que recibió oportuna atención médica de parte de los funcionarios del área de salud de la unidad penal y luego del personal del SAMU, que aplicó maniobras de reanimación, se constató su deceso».

El aludido, junto al otro coimputado, estaba formalizado como eventual responsable de un robo con homicidio, prescrito y sancionado en el artículo 433 n.°1 en relación al artículo 391 n.º 1 circunstancia cuarta (ensañamiento, aumentando deliberada e inhumanamente el dolor a la víctima), ambos del Código Penal.

La víctima habría sido sometida a un trato vejatorio y martirizante durante la madrugada del 16 de octubre de 2021. Se habla de una atroz golpiza de pies y puños en distintas partes del cuerpo, a las que se sumaron agresiones corto-punzantes y con elementos contundentes en el rostro, cabeza, tórax, espalda y extremidades.

La autopsia del Servicio Médico Legal identificó al menos 46 lesiones de variada calificación, de las cuales existen registros gráficos en la carpeta investigativa.

A ello se suman marcas en pies y manos producto de las ataduras junto con lesiones circundantes a la zona retrofaringea producto de lo que sería un estrangulamiento. Los delincuentes que lo atacaron usaron para ello cordones del calzado de la víctima, una correa sintética, un cable de red y otro cable electrónico; además, al momento de ser encontrado, su cabeza estaba tapada con una casaca y toalla.

Según el fiscal Luis Barría, en el crimen habría existido una especie de «dinámica de golpes controlada», con un nivel de frialdad y violencia extremadamente alta. Una de las hipótesis que se trabaja es que podría haber sido torturado para que diga la ubicación de las especies de valor con las que contaba en su casa.

Tras ello, desde el Ministerio Público se cree que ambos habrían escapado con dinero, un celular, una mochila y el automóvil de Cristian Alejandro. Hay registros de un sinnúmero de cámaras de seguridad y de televigilancia que han sido recopiladas donde se divisarían a los encartados.

La víctima fue encontrada sin vida en el living de su domicilio ubicado en el pasaje Manuel Vidal Osorio de Villa Mirador, activándose de inmediato una frenética búsqueda de sus homicidas, lográndose la captura de los dos sospechosos casi 10 días después.

Las diligencias siguen a cargo de la Brigada de Homicidios (BH) y del Laboratorio de Criminalística (Lacrim) de la Policía de Investigaciones de Puerto Montt, quienes han tenido la colaboración de sus colegas de la Brigada de Investigación Criminal (Bicrim) de la PDI de Castro.

En el sitio del suceso, se extrajeron diversos medios probatorios, entre ellas huellas plantares desde el suelo, las que se preservaron dado que los asesinos pisaron la sangre derramada de la víctima.

Se añadió una huella dactilar de una lata de cerveza que sería de uno de los imputados, y otras dos huellas dactilares de la guitarra de la víctima que corresponderían a la del otro imputado.

Vale decir, las huellas Francisco Javier Abarca Sosa y Julio Andrés González Rojas los situarían en el sitio del suceso, mientras que en sus relatos los dos le echan la culpa al otro.

El primero, que es oriundo de Independencia en la Región Metropolitana, acusa que no lo mató ni le robó nada a la víctima, atribuyéndole la responsabilidad al oriundo de Concepción en la Región del Biobío, mientras que éste otro, habría declarado lo mismo pero culpando a su «amigo».

Luego de esta noticia, la causa en contra de éste último imputado debiera ser sobreseída a la brevedad, ya que tras confirmarse su fallecimiento este sábado, su responsabilidad penal se extinguió.

En cuanto al otro sujeto, la diligencias aún continúan. Sigue en prinsión preventiva, no descartándose que dentro de los próximos días, su defensa recurra ante el Juzgado de Garantía de Castro para solicitar la modificación de la medida cautelar, tras el cambio de situación que traerá aparejada la muerte de González Rojas.

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