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Ancud: confirman la presencia de parásito intracelular que causa mortal tipo de tifus.
En enero de 2015 una dueña de casa identificada como S.Y.B.A. (38 años) fue hospitalizada en el Hospital San Carlos de Ancud con fiebre y erupciones cutáneas en todo el cuerpo, luego de haber concurrido tres veces al Servicio de Urgencia y ser derivada a su casa. Gracias a una serie de exámenes que dieron pie a una reciente publicación en la revista especializada New England Journal of Medicine, se pudo constatar que tuvo tifus de los matorrales, una patología que sin tratamiento puede llegar a provocar la muerte y que según Reuters, es causante de al menos 140.000 decesos al año en la región del Asia-Pacífico.
Se creía que tal enfermedad estaba limitada al denominado “triangulo Tsutsugamushi” que va desde Pakistán en el oeste, al lejano oriente de Rusia y la costa norte de Australia; sin embargo, académicos de la Universidad de Oxford, la Pontificia Universidad Católica de Chile y la Universidad del Desarrollo indagaron sobre su presencia en la isla con tres pacientes pesquizados en Ancud (una mujer y dos varones) y afirmaron que el parásito intracelular que lo ocasiona (Orientia tsutsugamushi) está presente, probablemente de manera endémica.
La mujer habló con La Opinión de Chiloé sobre lo que le pasó, señalando que todo partió con la mordedura de un ácaro después de recoger leña en las inmediaciones de un bosque, en el sector de Palomar, Ancud (camino a Castro); eso le provocó una erupción que le causó picazón transitoria en el abdomen que desapareció con tratamiento antialérgico tópico, con la excepción de una mancha indolora de color rojo que tenía bajo su ombligo, que creció en tamaño y se convirtió en una escara necrótica.
Al comenzar con dolor abdominal, erupciones rojizas en el tórax, fiebre alta repentina (hasta 40°C), mialgia intensa especialmente en las pantorrillas, y confusión, además de conjuntivitis bilateral, concurrió a Urgencia varias veces sin respuestas certeras:
«(…) cuando fui la tercera vez el médico no sabia qué hacer (…) ya que cuando fui las tres veces estaba el mismo. Lo que hizo fue darme una interconsulta para la dermatóloga que [yo] ni sabía cuando me iban a llamar, [pero] por esas casualidades de la vida mi hermana la conocía, así es que fuimos muy temprano a hablar con ella y me vio (…) yo ya no caminaba, era una masa».
Esa última vez en Urgencia la fuente aseveró que llegó con 39°C y que la medicaban sólo para bajar la fiebre; además, le realizaban exámenes de sangre cuyos resultados indicaban que su hígado estaba cada vez peor, «pero aún así me enviaban a la casa (…) yo parecía un monstruo, mi cara [estaba] llena de ronchas». Al consultarle lo que le recetaban, señaló: Paracetamol. La mujer añadió: «doy las gracias a Marina Pereira, dermatóloga (…) por ella estoy viva y sana gracias a Dios (…) los médicos no tenían idea, bien poco era lo que podían hacer».
Su hospitalización duró cuatro días, le realizaron varios exámenes de sangre y una biopsia en la escara necrótica cerca del ombligo. Le recetaron doxiciclina vía oral, y a las 24 horas la fiebre bajó y se recuperó rápidamente.
Tras esa experiencia, la ex paciente agregó a La Opinión de Chiloé que:
«(…) el año pasado vinieron los científicos a la casa para visitar el lugar donde supuestamente fui picada, pero el tiempo les jugó en contra ya que estuvo lloviendo y los bichos se esconden. (…) Según el infectólogo, es un bicho muy chiquitito como la pulga y es rojo difícil de ver ya que cuando a mi me picó [bajo el ombligo] pensé que era una pulga».
«Según los científicos que vinieron probablemente los ratones los portan, y cuando te pican no es que te dé fiebre al tiro, ya que eso desaparece, y después de 15 a 20 días brota en toda su magnitud (…) ya que en ese lapso incuba la bacteria».
El caso, que se mantuvo prácticamente en secreto, fue mencionado de manera pública en el V Congreso Latinoamericano de Enfermedades Rickettsiales que se llevó a cabo el 23, 24 y 25 de septiembre de 2015 en México; en parte de la presentación que tuvo a la vista La Opinión de Chiloé, se menciona que estudiaron a 232 personas de las que un 2,6% habría tenido el tifus de los matorrales. Además, hay un caso que fue pesquisado en el Hospital de Puerto Montt, aparentemente proveniente de la isla.
Hace pocos días en tanto, el artículo titulado “Endemic Scrub Typhus in South America” del New England Journal of Medicine abordó el caso de S.Y.B.A. junto a otros dos varones de Ancud, sugiriendo que la presencia de este patógeno en la isla “puede ser endémica en esta parte de Sudamérica» (ver nota relacionada).
Fotografías: caso en el Hospital de Ancud, New England Journal of Medicine.
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