Sorpresivo fue para un psicólogo del Centro de Atención Integral para Adolescentes del Centro de Salud Familiar de Quellón escuchar de una de sus pacientes, diagnosticada con una profunda depresión y bulimia, que fue víctima de violencia sexual por parte de su progenitor durante su infancia, y cuyos recuerdos los mantenía bloqueados hasta que se revelaron en terapia.
De acuerdo a antecedentes recopilados por La Opinión de Chiloé, en esa oportunidad la adolescente se atrevió a relatar recuerdos de un hombre acostándose con ella cuando era una pequeña niña para manosearla y fotografiarla desnuda, develándose en el transcurso de la sesión que era su padre, un sujeto oriundo de Osorno con sendos antecedentes de violencia intrafamiliar. Tras ello, el profesional procedió a estampar la denuncia correspondiente iniciándose un proceso investigativo que culminó con un reciente juicio en la capital provincial.
Así, y más allá de toda duda razonable, los magistrados del Tribunal Oral en lo Penal de Castro encontraron culpable de abuso sexual infantil al sujeto, comprobándose que los hechos ocurrieron en fechas indeterminadas entre los años 2006 y 2007 cuando la víctima tenía ocho años.
Por este delito, el ahora culpable podría recibir una pena de hasta 5 años de presidio, aunque fuentes judiciales comentaron a La Opinión de Chiloé que podría terminar con libertad vigilada intensiva, una pena similar a la que recibió, por ejemplo, Pedro Mauricio Álvarez Ojeda quien fue protagonista de un connotado caso de abuso sexual infantil en Quellón que también llegó a juicio en junio pasado. Sin embargo, si los jueces sopesan la existencia de un parentesco filio-parental, es posible que se le imponga una poco probable pena de cárcel efectiva.
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