Tuberculosis en Chiloé: confirman un muerto en medio de complejo escenario por pandemia

DALCAHUE (La Opinión de Chiloé) — El mundo enfrenta una pandemia con millones de infectados, pronosticándose que este 2020 se registrarán alrededor de 10 millones de contagios, de los cuales aproximadamente 3 millones no serán pesquisados (por lo que no tendrán acceso a atenciones de salud), y más de un millón morirá, principalmente entre los más vulnerables.

No, no es el COVID-19, es la tuberculosis (TBC), cuya transmisión comunitaria continua y sostenida es incuestionable según el último Informe mundial de esta patología elaborado por la OMS.

En tal marco, los equipos de salud han enfrentado un complejo y preocupante escenario derivado de una brusca disminución de potenciales pacientes asistiendo a los centros de salud, un retraso en el diagnóstico y como consecuencia, en el tratamiento. La Opinión de Chiloé indagó sobre este tema en la provincia encontrando datos bastante interesantes.

La tuberculosis es una enfermedad infecciosa causada por varias cepas de micobacterias, siendo la más común la Mycobacterium tuberculosis. Puede afectar cualquier parte del cuerpo humano, pero comúnmente ataca a los pulmones. 

Un tercio de la población mundial actual ha sido infectada por Mycobacterium tuberculosis, mientras que entre el 5% y 10% de estos contagiados puede presentar la enfermedad que, si no se trata, mata al 50% de sus víctimas. 

A pesar de lo que se cree, esta patología nunca ha sido erradicada en Chile. En particular, la tasa de morbilidad en el país ha aumentado: si en 2014 era 12,3 por cada 100.000 habitantes, en 2019 llegó a 15,2 por cada 100.000 habitantes según el último Informe de Situación Epidemiológica y Operacional del Programa Nacional de Tuberculosis del Ministerio de Salud. Causas hay muchas, siendo una de las principales la inmunodeficiencia como resultado de la coinfección por VIH o, con menos frecuencia, los tratamientos inmunosupresores como la quimioterapia o los corticosteroides; se debe mencionar también algunos seguidores minoritarios contra las vacunas.

Para la Provincia, datos del Instituto de Salud Pública indican que en 2019 el índice de pesquisa llegó a 17,9 baciloscopías por cada 1.000 consultas, mientras que la positividad de los exámenes llegó al 0,3%. Respecto a la tasa de morbilidad, para 2019 llegó a 10,5 por cada 100.000 habitantes.

Además, según el Registro Nacional del Programa de Tuberculosis e Instituto de Salud Pública, dentro del conjunto de casos que se diagnosticaron el año pasado en Chiloé, al menos dos personas presentaron monorresistencia a la isoniazida (monorresistencia o resistencia a más de un fármaco excluyendo la rifampicina).

En cuanto a quienes estuvieron hospitalizados, se reportaron 7 casos en 2019 (dos con meningitis tuberculosa), con un promedio de estadía de 12,4 días. Tres estuvieron en Ancud, tres en Castro y uno en Quellón. Sobre los muertos, se registraron dos, un varón en el hospital de Ancud y una mujer en la comuna de Chonchi, aunque no hay datos sobre concurrencia a un recinto asistencial.

Durante este 2020 en tanto, se ha observado una enorme caída en el número de personas diagnosticadas, ya que a la fecha se registran siete pacientes en la red. Augusto Canales Villegas, médico encargado del Programa TBC del Servicio de Salud, indicó a La Opinión de Chiloé que «este año la pesquisa ha sido diferente debido a la pandemia del coronavirus», precisando que «la búsqueda de pacientes se ha limitado a personas consultantes».

«Esto es porque los equipos no pueden salir a realizar pesquisa de personas fuera de los establecimientos [de salud] que presenten tos con expectoración por más de dos semanas. A la fecha tenemos diagnosticados 7 pacientes, a diferencia del año pasado que a esta misma fecha teníamos 14 pacientes diagnosticados y en tratamiento, es decir hoy tenemos un 50% menos», agregó la fuente.

En este contexto, fuentes independientes señalaron a La Opinión de Chiloé que el pasado 21 de julio se registró el deceso de un varón de 74 años con TBC, que estuvo en el Hospital Dr. Augusto Riffart de Castro en estado de extrema gravedad por varios días.

El deceso de J.A.B.B. se constituyó como el primero de la temporada invernal 2020 con tuberculosis, dato confirmado por el Departamento de Estadísticas e Información en Salud (DEIS) del MINSAL. El adulto mayor tenía otras patologías de base, y aunque estaba en tratamiento, sufrió un shock séptico con punto de partida pulmonar probablemente por Mycobacterium tuberculosis.

Luego de sus funerales en Quetalco, Dalcahue, fue ingresado al registro nacional de defunciones por TBC, a casi un año del último fallecido por esta enfermedad en Chiloé, ello luego que el 29 de julio de 2019 muriera un varón de 47 años con residencia en Quemchi que estuvo en estado crítico por casi 35 días en el Hospital San Carlos de Ancud según pudo confirmar con fuentes independientes La Opinión de Chiloé.

Sobre los diagnosticados a esta fecha, Canales Villegas aseguró que «muchos de estos pacientes están recibiendo sus tratamientos en forma supervisada y gracias al esfuerzo de algunos equipos locales hay pacientes que están recibiendo sus medicamentos en sus domicilios». Detalló también que dado el COVID-19, «se ha reforzado la bioseguridad del personal como también de los pacientes realizando controles a distancia, cuando la ocasión lo amerita. Hemos hecho hincapié en la pesquisa intramural en los Servicios de Urgencia hospitalaria, SAPU, CESFAM y CECOF».

«A los cercanos de los pacientes diagnosticados se les ha realizado el estudio de contacto respectivo, y los controles correspondiente a los diagnosticado según la normativa vigente. Cabe destacar la centralización del estudio de laboratorio de las muestras obtenidas, utilizando el método de Reacción en Cadena de la Polimerasa (PCR), siguiendo las recomendaciones de la Organización Mundial de la Salud y de esta manera aceleramos la respuesta de estos exámenes», aseguró.

En conversación con La Opinión de Chiloé, el tecnólogo médico del equipo del programa de Tuberculosis del Servicio Salud Chiloé, Guillermo Márquez, reconoció que «ha sido una época compleja. En el Programa de TBC los equipos de salud pesquisan entre los consultantes y/o salen a buscar los posibles casos (personas que tosen y tienen flemas por más de dos semanas). Cómo las atenciones han disminuido en todos los niveles la pesquisa claramente se ha visto alterada y con ello el número de casos encontrados. Actualmente, la búsqueda se ha limitado a los casos con alta sospecha de la enfermedad (consultantes con clínica compatible de TB)».

«Esta disminución en la cantidad de casos nos deja el gran desafío de localizar a esas personas sin diagnosticar y cortar la cadena de transmisión apenas sea posible. Es y será una problemática mundial, mientras todos los esfuerzos están enfocados en contener la COVID-19, la baja en la pesquisa significa que hay personas que no son diagnosticadas, que no se tratan, siguen contagiando y mantienen la enfermedad en nuestras comunidades. De hecho hay organismos que señalan que esto puede significar un retroceso de 5 a 8 años de esfuerzos en contener esta otra pandemia», dijo.

Debido al COVID-19, aseguró que se han debido adaptar reforzando actividades fundamentales del programa, vale decir, «administración supervisada en CESFAM, CECOSF, postas o domicilio del tratamiento a todos los pacientes diagnosticados, realización de los correspondientes estudios de contactos, controles médicos de acuerdo a la normativa (presenciales o teleatenciones cuando es posible), administración de las quimioprofilaxis a quienes corresponde».

«Desde la red de laboratorios hemos centralizado el análisis de todas las muestras en el Hospital de Castro, privilegiando el uso de métodos moleculares (PCR) como es recomendado por la OMS, sabiendo también que el personal de los laboratorios de la red ha tenido cambios de turnos/horarios de trabajo y no podemos retrasar los tiempos de respuesta de estos exámenes» agregó.

En cuanto a la detección e individualización de casos, dijo que «a pesar de que los esfuerzos estén limitados solo a los consultantes sintomáticos, hemos sugerido a los equipos de cada establecimiento de la red poder reactivar y/o reforzar la pesquisa en las urgencias (Hospitalarias, SUR, SAR). Así es que estamos trabajando en eso actualmente».

La baja concurrencia a los centros de salud es una realidad en Chiloé. Sólo a modo ilustrativo, si se miran los datos respecto a las atenciones de urgencia solamente, se puede observar que a partir de la semana epidemiológica 13 (desde el 22 de marzo de 2020) cuando se detectó el primer PCR positivo del nuevo coronavirus en la isla, la concurrencia de potenciales pacientes para el resto de enfermedades bajó un 50,8% en comparación al mismo período del año pasado según información a la que accedió La Opinión de Chiloé.

Bajo este contexto, Márquez aseguró que «lo complejo de esto es que la relación en la baja de consultas y aumento de contagios con posibles fallecimientos podría ser una realidad en un futuro, por lo tanto de a poco estamos reactivando la pesquisa paulatinamente para no encontrarnos en ese escenario».

Reconoció que es complejo saber el impacto que tendrá la pandemia del COVID-19 en la pandemia de la Tuberculosis en Chiloé; «hay varios factores que pueden influir en la aparición de casos (no solo el hacinamiento como puede ocurrir con el confinamiento). Solo tenemos apreciaciones y modelos de predicción que nos dicen que efectivamente podemos tener un aumento de pacientes y esperemos entre ellos no tener fallecidos donde la TBC sea la causa directa de la muerte».

«Entendemos que esta es una situación excepcional para nuestra generación y las consecuencias no estarán solo en la lucha contra la TBC sino que para otras patologías también. La recomendación más importante a los lectores [de La Opinión de Chiloé] es la que siempre hemos dado: cualquier tos con flemas que dura más de dos semanas debería ser investigada para tuberculosis por lo que en estos casos el llamado es a contactar a su centro de salud más cercano (posta, CECOSF, CESFAM) para realizar el examen de manera gratuita», acotó.

NOTA DE LA REDACCIÓN: Este artículo fue elaborado por el Director y Editor General de La Opinión de Chiloé, Juan Miguel Vera, gracias a datos del Instituto de Salud Pública, del Departamento de Estadísticas e Información de Salud (DEIS) del Ministerio de Salud, del Servicio de Salud Chiloé, del Hospital San Carlos de Ancud, Hospital Dr. Augusto Riffart de Castro y del Servicio de Registro Civil e Identificación.
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