
ANCUD (La Opinión de Chiloé) — Una carrera contra el tiempo se está llevando a cabo al interior del Hospital San Carlos de Ancud para reiniciar, a la brevedad, las intervenciones quirúrgicas que, durante las últimas horas, fueron suspendidas a completitud tras un problema de carácter técnico presuntamente previsible que obligó a cerrar todos los pabellones, los que por cierto, al menos hasta la semana pasada, trabajaban de manera parcial.
De acuerdo a información preliminar recopilada por La Opinión de Chiloé, el cierre —que pareciera ser temporal— obligó a reprogramar todas las cirugías planificadas sin perjuicio de activarse un protocolo para derivar, en caso de emergencia, a los pacientes que presenten urgencias en las comunas de Ancud y Quemchi hacia el Hospital Dr. Augusto Riffart de Castro, todo en medio de crecientes dudas hacia la plana directiva del nosocomio ancuditano que habría tenido las primeras alertas durante el mes de abril.
En particular, el problema se habría presentado en las denominadas unidades manejadoras de aire (UMA) de los dos pabellones que estaban activos; mientras que en uno se realizaban cirugías programadas, en el otro se practicaban las derivadas de urgencia, y aunque inicialmente uno de ellos había sido cerrado, durante esta semana se confirmó que el segundo también dejó de entregar prestaciones quirúrgicas.
Si bien el problema se ha tratado en algunas reuniones recientes, fuentes internas aseguran que al menos desde la última semana de abril ya se venían observando algunos inconvenientes, obligando a clausurar temporalmente uno de los quirófanos, mientras que el segundo ya no está operativo al menos desde esta semana.
Lo ocurrido sería grave, toda vez que al fallar las UMA, se genera una alta propensión a infecciones intrahospitalarias, sin que se puedan eliminar a cabalidad contaminantes biológicos tales como virus, bacterias y hongos, además de polvos y otros residuos, redundando en una merma de la seguridad tanto para los pacientes como para los profesionales de la salud.
Fuentes consultadas por La Opinión de Chiloé indicaron que aparentemente, la clausura temporal se debió a un posible problema con el sistema de retención de partículas volátiles presentes en el aire de los pabellones, vale decir, alguien innominado se habría olvidado cambiar los filtros HEPA que se utilizan como fuente de seguridad y suministro de aire limpio para mantener el ambiente esterilizado y desinfectado, generándose así polvo en suspensión en las dos áreas destinadas a cirugías tanto lectivas como de urgencia.
Además, curiosamente se inició recién un proceso de limpieza profunda de ductos; se sospecha que debido a problemas de gestión, sorpresivamente no se habrían estado realizando con la regularidad y/o extensión necesaria, sin que hasta ahora se haya develado el cumplimiento del cronograma previo al cierre (de existir) de los quirófanos y su cumplimiento efectivo.
Se desconocen hasta el momento las acciones que habría estado realizando, durante el último tiempo, la empresa externa a cargo de las mantenciones preventivas, pero sea como fuere, se habría solicitado que concurra al centro asistencial e inicie una serie de mantenciones de tipo correctivas para rehabilitar los pabellones, teniéndose como fecha tentativa de reapertura potencial para fines de esta semana.
¿Qué son los filtros HEPA? De sus siglas en inglés High Efficiency Particulate Air, son un sistema de retención de partículas presentes en el aire, una especie de malla fabricada generalmente en fibra de vidrio que retiene polvo, ácaros, virus, bacterias y partículas finas inferiores a 0,01 milímetro.
Tiene la capacidad de filtrar todas las partículas capaces de portar carga viral o bacteriana, eliminando microorganismos extremadamente pequeños, ya que estos son transportados sobre partículas, reduciendo su propagación y contagio por el aire de manera significativa.
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