CASTRO (La Opinión de Chiloé) — Un horroroso caso de violencia intrafamiliar que conmocionó a la comunidad castreña y al país está pronto a llegar al Tribunal Oral en lo Penal de Castro luego que se fijara para el 12 de mayo el juicio en contra de Juan Antonio Vásquez Millaquén, sujeto acusado de practicar horrorosas vejaciones físicas y psicológicas en contra de su pequeño hijo desde que éste tenía 5 años.
De acuerdo a antecedentes de la causa que tuvo a la vista La Opinión de Chiloé, el acusado violentó al pequeño de diversas formas: lo mantuvo amarrado en una bodega desnudo, lo golpeaba con una manguera o practicaba sesiones extensas de correazos y golpes de puño, lo sometía a largos tiempos de hambruna, lo obligaba a comer basura de la casa, lo quemaba con cigarrillos, entre otras agresiones, todo a vista y paciencia de otras personas y la madre, cuya responsabilidad aún estaría en duda ya que cuando el caso estalló a mediados de 2014, familiares acusaron que también lo castigaba arrojándole agua fría, quemándole los pies, haciéndolo dormir en el patio desnudo, o sometiéndolo a castigos de hambre.
Las agresiones habrían ocurrido entre diciembre de 2012 y junio de 2014, y aunque parezca increíble, a pesar del largo historial de violencia, una y otra vez volvía a la misma vivienda sin protección. El niño estuvo en una casa de acogida por un año y ocho meses hasta que el SENAME decidió entregarlo en adopción, pero sus tíos obtuvieron la custodia temporal, estando al cuidado de ellos y su abuela hasta que de manera sorpresiva, el Tribunal de Familia decidió que era mejor entregarlo a sus padres biológicos comenzando la tortura que se extendió por casi 18 meses, sin que hasta el momento se revelen de manera pública las razones por las cuales el magistrado de esa época tomó tal determinación: no se realizó proceso de transición, de un día para otro el menor fue retirado de una casa confortable para ser instalado en un lugar con personas con quienes no tenía un vínculo afectivo y donde comenzaron a violentarlo.
Es más, en enero de 2014 habría sido ingresado a un recinto hospitalario debido a diversas lesiones en su cuerpo, pero no se sabe porqué en esa oportunidad no se tomaron medidas para protegerlo, aseverándose que el personal médico del CECOSF de Rilán no denunció; de hecho, las alarmas se prendieron sólo cuando volvió a ingresar a la Unidad de Pediatría del Hospital Augusto Riffart en estado crítico con severas lesiones, grave neumonía y profunda desnutrición, siendo trasladado a Puerto Montt.
El padre fue formalizado el 7 de agosto de 2014 por lesiones menos graves en contexto de violencia intrafamiliar, fijándose las medidas cautelares de firma quincenal, arraigo nacional y prohibición de acercarse al menor por todo por el plazo que dure la investigación; en esa oportunidad, salió protegido por otros pescadores y familiares sin emitir declaraciones. La causa fue apelada a la Corte de Apelaciones de Puerto Montt, pero se desechó el pedido porque el día de la audiencia, el abogado querellante no se presentó según un documento firmado por el relator ad hoc y ministro de fe del tribunal de alzada al que accedió La Opinión de Chiloé.
En Castro se inició un largo proceso para indagar porqué nadie socorrió al infante en la Escuela Rural de Rilán, establecimiento donde estudiaba el pequeño, o en el Centro Comunitario de Salud Familiar del mismo sector donde tenían que visitarlo cada 15 días, pero aparentemente no existen registros de que se haya realizado periódicamente, revelando una seria negligencia que hasta el momento no tiene responsables. Nunca se activó una investigación sumaria ni se indagó en las razones por las que personal docente ni médico no denunció antes de junio de 2014.
La fiscalía está pidiendo una pena de 5 años de presidio, aunque fuentes judiciales comentaron a La Opinión de Chiloé que es bien probable que sea condenado, pero que no cumpla pena efectiva ya que podría ser conmutada a libertad vigilada intensiva. Es más, podría incluso ocurrir que el sujeto y la madre vuelvan a pelear la custodia del menor, volviendo éste a la vivienda donde fue torturado.
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