
MOSCÚ (La Opinión de Chiloé) — El presidente ruso, Vladimir Putin, anunció, a través de cadena nacional, el inicio de una operación militar en la región de Donbas, en el este de Ucrania, instando a las fuerzas de ese país a deponer las armas y regresar a sus hogares, diciendo que toda la responsabilidad por un posible derramamiento de sangre recaerá completamente en la conciencia del gobierno ucraniano.
«Nuestros planes no son ocupar Ucrania, no planeamos imponernos a nadie», dijo, mientras decenas de miles de tropas cruzaban las fronteras. La región de Donbas contiene las regiones Donetsk y Luhansk controladas por separatistas, y que Putin reconoció como independientes el lunes.
Tras el discurso del presidente ruso, el presidente de Estados Unidos, Joe Biden, emitió un comunicado en el que dijo que Rusia había lanzado «un ataque no provocado e injustificado» contra el pueblo ucraniano.
Fuentes periodísticas en el país han reportado explosiones, posiblemente vinculadas a misiles en Kiev, Kharkiv, Kramatorsk, Dnipro, Mariupol, Odessa, Zaporizhzhia y Belgorod.
El embajador ruso ante las Naciones Unidas, Vasily Alekseevich Nebenzya, defendió la decisión de su país para la operación militar durante una reunión de emergencia del Consejo de Seguridad de la ONU.
«La raíz de la crisis actual en torno a Ucrania son las acciones de la propia Ucrania, que durante muchos años sabotearon sus obligaciones en virtud del (acuerdo de Minsk)», dijo.
Aseguró que la operación rusa tenía como objetivo proteger a los residentes en las regiones separatistas pro-Moscú del este de Ucrania, «que durante ocho años se han estado acobardando ante los bombardeos de Ucrania».
Afirmó que «la provocación ucraniana contra aquellos en Donbas no solo no se ha detenido sino que se ha intensificado», aseverando que los líderes separatistas en las regiones de Luhansk y Donetsk habrían solicitado ayuda a Rusia.
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