El reporte que alude a un total de 210 niños y adolescentes fallecidos en el sistema residencial del Servicio Nacional de Menores (SENAME) durante los últimos 11 años ha conmocionado a la opinión pública, cifra que se empina a 1.313 personas si se suman a los 427 fallecidos en programas ambulatorios (401 menores y 21 mayores de 18 años), 55 en el área de justicia juvenil cerrada (33 menores y 22 mayores de 18 años) y 406 en el área de justicia juvenil en medio libre (216 menores y 190 mayores de 18 años).
Dentro de las víctimas, un informe confidencial expuesto en la Cámara de Diputados que aún no es de conocimiento público ha desglosado por recinto las muertes, apareciendo de manera sorpresiva el CTD para lactantes y preescolares San Arnoldo de Puerto Varas, institución dependiente de la Fundación Verbo Divino, que contabiliza 5 decesos.
En esa residencia viven comúnmente 35 niños y niñas de 0 a 6 años, muchos de los cuales han sido retirados de sus familias por distintas causales y los demás por abandono. Hay algunos que ingresan con tres o cuatro días de vida a la espera de irse con su familia adoptiva, mientras que otros llegan en el marco de una medida de protección que busca protegerlos, precisamente de sus familias. La rotación anual ronda los 80 infantes según cifras de 2012 y 2013 consignadas en un documento remitido a la Cámara de Diputados en 2014 al que accedió La Opinión de Chiloé.
El centro, objeto de investigación durante los últimos días tras descubrirse el presunto abuso sexual de dos hermanas (de 4 y 6 años respectivamente), atiende a niños y niñas provenientes de la Provincia de Llanquihue y de la Provincia de Chiloé, los que son derivados por orden de los tribunales de familia de Ancud, Castro y Quellón. Se desconoce las identidades de cada uno de los menores que perdieron la vida en esas instalaciones, dado que las muertes se han tratado con extremo secretismo, por lo que tampoco se sabe si alguno de los decesos es de origen chilote.
Comentarios