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Salud Chiloé: listas de espera 2019 «logró» negro récord con 23.225 solicitudes pendientes.
VALPARAÍSO (La Opinión de Chiloé) — Tras decretarse en febrero pasado la Alerta Sanitaria a nivel país por la inminente llegada de la pandemia de COVID-19, que al 28 de mayo ya contabiliza 86.943 personas contagiadas y 890 muertos, una serie de medidas se comenzaron a implementar en la red pública de salud gracias a las facultades especiales que otorgó dicho decreto.
En tal marco, se facilitó la rápida provisión de recursos y la toma de medidas extraordinarias que sean necesarias para enfrentar lo que en ese momento era un eventual brote de coronavirus, el que días después tuvo su primer caso: el 3 de marzo un médico que visitó varios países en Asia con motivo de vacaciones dio positivo en Talca (ver nota relacionada), sumándose luego de manera sostenida otros pacientes que retornaban al país en similares circunstancias hasta que se entró en la fase de contagio comunitario.
Pues bien, la red asistencial comenzó a adaptarse a lo que se venía, por lo que se inició la reasignación de servicios clínicos y unidades de apoyo y/o suspender cirugías que no sean de urgencia, con el objetivo de liberar capacidad de camas para acoger a eventuales pacientes graves de COVID-19.
Lo anterior, eso sí, fue progresivo (no de inmediato) y con distinto grado de avance; de hecho para Chiloé por ejemplo, incuso al día de hoy aún no se habilitan al 100% las camas críticas anunciadas para Ancud (faltan ventiladores) a pesar que supuestamente hace más de un mes ya debieron haber estado funcionando. En los hospitales de Achao, Queilen o Quellón en tanto, aquellas no existen pero sí se han adquirido insumos de protección personal para pesquisar casos y se han preparado ante el arribo de pacientes con SARS-CoV-2.
Castro en tanto, sumó más camas críticas y reorganizó sus actividades y equipos clínicos, incluyendo además una brusca baja en el número de cirugías, decisión que por cierto se replica en los otros cuatro hospitales de la red isleña. Lo mismo pasa con las atenciones a público, que también han caído fuertemente.
Acá se debe mencionar el decreto n.°11 que apareció en el diario oficial el 8 de abril, y que suspendió por el plazo de 30 días «la obligatoriedad para el Fondo Nacional de Salud y las Instituciones de Salud Previsional (Isapres) el cumplimiento de la Garantía de oportunidad», salvo las prestaciones que implicaran riesgo vital para el paciente, entrega de medicamentos, fármacos o drogas que deben entregarse en la etapa de tratamiento de las 85 patologías, atenciones relacionadas a diagnóstico y/o confirmación de varios cánceres, entre otras, incluyendo la suspensión de cirugías lectivas y tratamientos no ligados a la pandemia.
A la espera de las cifras que están por venir dentro de las próximas semanas, La Opinión de Chiloé indagó en las listas de espera para intervenciones quirúrgicas en toda la provincia antes del susodicho decreto, encontrando cifras poco alentadoras y que no consideran aún los efectos de la pandemia porque aquellos, recién se podrían conocer el segundo semestre.
Vale decir, se accedió a las estadísticas del Sistema de Gestión de Tiempos de Espera (SIGTE) al 31 de marzo de 2020 para Chiloé, con sombríos resultados. A esa fecha, Castro ya presentaba los dos primeros casos de SARS-CoV-2 (actualmente no tiene ningún paciente activo, o sea, están todos recuperados).
Los datos en comento fueron remitidos en un informe por la Subsecretaría de Redes Asistenciales a la Comisión Especial Mixta de Presupuesto del Congreso el 11 de mayo según pudo verificar La Opinión de Chiloé en el ORD. C16 n.°1369 firmado por Arturo Zúñiga Jory, siendo también recepcionada por la Contraloría General de la República, las Comisiones de Salud del Senado y de la Cámara de Diputados, entre otros, por lo que es información irrebatible.
Ésta aún no ha sido transparentada a la comunidad por el Director del Servicio de Salud Chiloé, Erik Poblete Torres (el mismo que dio por cierto un supuesto operativo de «rescate» de pacientes en la residencia sanitaria de Ancud, el que nunca ocurrió), a pesar que durante el último tiempo ha aparecido reiteradamente en diversos espacios exponiendo, quizás selectivamente, parte de la gestión del organismo.
Luego, la información fue extraída el 14 de abril desde el SIGTE, pudiéndose apreciar que siguen existiendo mediocres resultados en la gestión de resolutividad en este ítem para los chilotes, y que aparentemente nada ha mejorado durante los últimos 12 meses.
Los datos duros son incuestionables. De acuerdo al reporte que tuvo a la vista La Opinión de Chiloé, la lista de espera quirúrgica total alcanzó a 3.978 requerimientos al 31 de marzo de 2020, de los cuales 588 son para menores de 15 años, 2.571 para aquellos entre 15 y 64 años, y 819 para los mayores o iguales a 65 años.
Ello representa un alza del 27,8% respecto al mismo mes de año pasado cuando llegó a 3.112, y un leve incremento del 1,1% respecto al mes de diciembre de 2019 cuando llegó a 3.926.
Por rango de edad, todos los grupos vieron crecer las solicitudes de cirugía pendientes. Para los menores de 15 años el total creció 7,5%, para aquellos que tienen entre 15 y 64 años un 26,2%, y para los que tienen 65 años o más la lista de espera subió un sorprendente 55,1% en 12 meses.
Acá ni siquiera se mencionan los denominados «egresos administrativos», o sea, aquellos pacientes que fueron eliminados de la lista de espera sin haber recibido la prestación, y que de acuerdo a datos históricos disponibles, representan alrededor de un 20% en la provincia de Chiloé. O sea, a esos 3.978 se les podrían sumar otras 1.000 solicitudes de cirugía que simplemente se borraron por causa diversa como un esperable agravamiento del paciente, el surgimiento de patologías que complican el cuadro clínico o porque han muerto esperando, entre otras razones.
Al 31 de marzo de este año, en promedio un chilote esperaba por una cirugía 262 días, aumentando en sólo tres meses un 6,1% ya que al 31 de diciembre de 2019 la espera promedio era de 247 días.
Tristemente, entre enero y marzo se sumaron 84 pedidos al grupo que lleva esperando entre dos y tres años por una hora para pabellón, por lo que ahora hay 243 requerimientos en tal calidad. Otros 33 más se añadieron el primer trimestre a aquellos que están esperando entre 18 meses y dos años, alcanzando un total de 353 solicitudes.
La mayoría de los pacientes que están en los registros fueron derivados desde los consultorios a los cinco hospitales de Chiloé para ser vistos por un médico especialista que evaluaría sus casos, aunque en fecha incierta, y después de eso se programaría la operación.
Con la llegada del COVID-19, la reorganización de algunas áreas de servicios hospitalarios, la reconversión de camas e implementación de otras medidas para responder a la contingencia sanitaria de mejor manera, se proyecta que las cifras sobre pacientes esperando cirugías van a incrementarse significativamente.
Hay que mencionar que el alza en Chiloé del 27,8% durante los últimos 12 meses supera con creces al indicador nacional que mostró un aumento del 18,3%.
Salud #Chiloé: listas de espera 2019 «logró» negro récord con 23.225 solicitudes pendientes, el peor indicador interanual de su historia. En cuenta pública no se transparentó esta realidad, ocultándose tales mediocres resultados | La Opinión de Chiloé https://t.co/89LBeaQwDM pic.twitter.com/7kTrqRrPrj
— La Opinión de Chiloé (@opinionchiloe) May 28, 2020
#Castro #Chiloé: las ocultas cifras de la lista de espera quirúrgica en el hospital; 25% fue sacado sin cirugía. De 3.702 egresos, 922 correspondieron a salidas administrativos, vale decir, 1 de cada 4 cirugías no se hizo | La Opinión de Chiloé https://t.co/6GmmJgiAaH pic.twitter.com/U5wfPYZj68
— La Opinión de Chiloé (@opinionchiloe) November 20, 2019
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