PUERTO MONTT (La Opinión de Chiloé) — Luego que se revelara públicamente el número de pacientes diagnosticados a nivel país con el PIMS (Síndrome Inflamatorio Multisistémico), enfermedad asociada al COVID-19 y que afecta a personas menores de 20 años, desde el Servicio de Salud del Reloncaví —que está a cargo de la Unidad de Gestión de Camas Centralizada (UGCC) a nivel de toda la región— se dio a conocer el total de casos detectados en la zona.
De acuerdo a información recopilada por La Opinión de Chiloé, a nivel nacional al menos se han registrado 212 hospitalizaciones por esta patología, de los cuales al menos cinco casos son de la región de Los Lagos, incluyendo la primera muerte del país acaecida en Puerto Montt, y que afectó a Emilio Rocha Navarrete (16 años). Otras dos defunciones se añaden a la de este joven, pero en otras regiones.
La subsecretaria de Salud Pública, Paula Daza, sostuvo que «hace casi un año, a mediados de julio del año pasado cuando comenzaron a aparecer los primeros casos a nivel mundial, como Minsal y en conjunto con la Sociedad Chilena de infectología y Pediatría sacamos un protocolo».
«Este protocolo está difundido en la red de atención primaria, en los hospitales se han hecho capacitaciones», manifestó, asegurando que actualmente se está realizando una vigilancia activa de los casos que vayan apareciendo, y que esperaba que los médicos que atiendan a pacientes con este síndrome lo notifiquen.
Agregó que esta enfermedad «generalmente, se manifiesta entre 4 y 6 semanas posteriores al contagio, donde la mayoría de los niños son asintomáticos (…) Por eso, es necesario que los médicos estemos alertas a estos síntomas».
Los primeros casos reportados a nivel internacional surgieron entre fines de abril y principios de mayo de 2020, reportándose en esa ocasión que venía en forma de un síndrome inflamatorio multisistémico pediátrico, que incluía características similares a la enfermedad de Kawasaki. El primer paciente documentado estuvo en el Reino Unido y posteriormente en Nueva York y otras partes de Estados Unidos.
Según la Clínica Las Condes, el Síndrome Inflamatorio Multisistémico o PIMS por sus siglas en inglés (Pediatric Inflamatory Multisistemic Syndrome), es un síndrome que afecta a niños de edades variables, pero habitualmente a mayores de 5 años.
Aseguran que se manifiesta entre 2 a 6 semanas luego de haber estado contagiados con el virus SARS-CoV-2, hayan o no presentado COVID-19 (sintomatología), difiriendo de lo asegurado por la Subsecretaria de Salud quien aseguraba que era entre 4 a 6 semanas.
Este síndrome es poco común, y comparte características comunes con otras afecciones inflamatorias pediátricas como la mencionada enfermedad de Kawasaki, además de los síndromes de shock tóxico estafilocócico y estreptocócico, sepsis bacteriana y síndromes de activación de macrófagos. También puede presentarse con síntomas abdominales inusuales con marcadores inflamatorios excesivos.
De acuerdo con un artículo publicado en la revista científica Circulation en 2020, los niños, niñas y adolescentes que son diagnosticados con PIMS a menudo tienen uno o varios de estos síntomas:
- Disfunción cardíaca del ventrículo izquierdo, encontrada en el 100% de los pacientes. Esto incluye: shock (68%), uso de asistencia venoarterial o V-A ECMO (28,6%), dilatación coronaria (17%) y pericarditis (8%).
- Fiebre que dura más de 4 días, en el 100% de los casos.
- Fatiga extrema y debilidad (astenia), en el 100% de los casos.
- Inflamación del ojo (conjuntivitis bulbar), en el 89% de los casos.
- Problemas digestivos, náuseas o diarrea, en el 83% de los casos.
- Ganglios linfáticos inflamados en el cuello y el abdomen (adenopatías cervicales y mesentéricas), en el 60% de los casos.
- Erupción cutánea, en el 57% de los casos.
- Labios rojos y agrietados, en el 54% de los casos.
- Síntomas neurológicos, en el 31% de los casos.
Los pacientes tienen una rápida recuperación siempre que el tratamiento se aplique lo más pronto posible, el que incluye una terapia inmunomoduladora basada en inmunoglobulina intravenosa (IGIV) y esteroides, todo con el objetivo de reducir el cuadro inflamatorio.
También se recomienda el uso de aspirina debido a la preocupación por la afectación coronaria, además de antibióticos ante la posibilidad de sepsis bacteriana.
La evolución de los pacientes al tratamiento dependerá de las condiciones especiales de presentación del cuadro en cada menor.
El Ministerio de Salud recomienda evaluar los siguientes exámenes en todos los pacientes que cumplen con los criterios diagnóstico de este síndrome, incluso ante la menor sospecha:
- Hemograma con recuento diferencial de linfocitos.
- Función hepática: transaminasas, fosfatasas alcalinas, albúmina, triglicéridos.
- Gases venosos, Electrolitos plasmáticos, ácido láctico.
- Proteína C Reactiva (PCR), Velocidad de Sedimentación eritrocitaria (VHS).
- Función renal: creatinina, nitrógeno uréico (BUN).
- Función cardiaca: Creatinquinasa (CK) y Creatinquinasa miocárdica (CK-MB), troponinas.
- Amilasa, lipasa.
- Radiografía de tórax.
- Ecocardiograma, Electrocardiograma.
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