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CASTRO (La Opinión de Chiloé) — A la espera de exámenes confirmatorios se encuentra actualmente una menor al interior del Hospital Dr. Augusto Riffart de Castro luego que arribara con algunos síntomas clínicos atribuidos al Síndrome Inflamatorio Multisistémico o PIMS por sus siglas en inglés (Pediatric Inflamatory Multisistemic Syndrome) que, de confirmarse, sería el primero en la Provincia.
De acuerdo a información preliminar recopilada por La Opinión de Chiloé, la paciente de 9 años de edad y con un PCR positivo en los registros de EPIVIGILA fue internada este martes bajo serias sospechas de presentar esta patología.
Así lo indicó el subdirector médico del nosocomio castreño, el médico Arturo Cerda, quien aseguró que «el día de ayer ingresó una menor de 9 años que está con alta sospecha de tener este síndrome; la verdad es que en este momento está en evaluación».
Agregó que «se confirmó con un par de exámenes que sí, cumpliría con los criterios, y además ha tenido un par de manifestaciones que nos hicieron sospechar o nos hacen sospechar que esto se tenga. (…) [Hay] un 70% de posibilidades [de que tenga este diagnóstico], en base a la opinión de los referentes de pediatría que están en comunicación con un inmunólogo del Hospital Base de Puerto Montt».
De confirmarse, sería «uno de los primeros pacientes diagnosticados con PIMS dentro de la provincia», aseguró.
Este síndrome comparte características comunes con otras afecciones inflamatorias pediátricas que incluyen: enfermedad de Kawasaki, síndromes de shock tóxico por estafilococos y estreptococos, sepsis bacteriana y síndromes de activación de macrófagos. También puede presentarse con síntomas abdominales inusuales con marcadores inflamatorios excesivos.
Stephania Passalacqua, médico especialista en pediatría e infectología pediátrica que es académica de la Universidad Austral de Chile del campus Osorno y miembro de Consejo Asesor para la estrategia de vacuna COVID-19 del Minsal explica que «este síndrome se debe a una respuesta inmune de la persona, que se gatilla de forma exagerada después de la infección. El cuerpo reacciona con una serie de síntomas que pueden ser bastante variados y que se traducen en un estado inflamatorio generalizado».
Indica que «con el paso de los meses, hemos visto cómo el virus está generando distintos síntomas además de los respiratorios. Los digestivos también están siendo bastante frecuentes, por eso nuestro nivel de alerta está al máximo, para no descartar que exista el riesgo de un infección por coronavirus».
De acuerdo a la médico Cecilia Méndez, inmunóloga infantil y miembro de la Urgencia Pediátrica de Clínica Universidad de Los Andes, «en estos casos, se ha podido demostrar una asociación con enfermedad Covid-19 previa, con antecedente de contacto estrecho con enfermos confirmados o evidencia de infección asintomática en las 4 a 6 semanas anteriores al inicio del cuadro. Una minoría se presentó con síntomas de enfermedad aguda y PCR COVID (+). Los datos a la fecha no permiten decir cuántos de los niños expuestos al virus van a desarrollar esta evolución grave».
En un artículo publicado en la revista científica Circulation en 2020, los niños, niñas y adolescentes que son diagnosticados con PIMS a menudo tienen uno o varios de estos síntomas:
- Disfunción cardíaca del ventrículo izquierdo, encontrada en el 100% de los pacientes. Esto incluye: shock (68%), uso de asistencia venoarterial o V-A ECMO (28,6%), dilatación coronaria (17%) y pericarditis (8%).
- Fiebre que dura más de 4 días, en el 100% de los casos.
- Fatiga extrema y debilidad (astenia), en el 100% de los casos.
- Inflamación del ojo (conjuntivitis bulbar), en el 89% de los casos.
- Problemas digestivos, náuseas o diarrea, en el 83% de los casos.
- Ganglios linfáticos inflamados en el cuello y el abdomen (adenopatías cervicales y mesentéricas), en el 60% de los casos.
- Erupción cutánea, en el 57% de los casos.
- Labios rojos y agrietados, en el 54% de los casos.
- Síntomas neurológicos, en el 31% de los casos.
Los pacientes tienen una rápida recuperación siempre que el tratamiento se aplique lo más pronto posible, el que incluye una terapia inmunomoduladora basada en inmunoglobulina intravenosa (IGIV) y esteroides, todo con el objetivo de reducir el cuadro inflamatorio.
También se recomienda el uso de aspirina debido a la preocupación por la afectación coronaria, además de antibióticos ante la posibilidad de sepsis bacteriana.
La evolución de los pacientes al tratamiento dependerá de las condiciones especiales de presentación del cuadro en cada menor.
El Ministerio de Salud recomienda evaluar los siguientes exámenes en todos los pacientes que cumplen con los criterios diagnóstico de este síndrome, incluso ante la menor sospecha:
- Hemograma con recuento diferencial de linfocitos.
- Función hepática: transaminasas, fosfatasas alcalinas, albúmina, triglicéridos.
- Gases venosos, Electrolitos plasmáticos, ácido láctico.
- Proteína C Reactiva (PCR), Velocidad de Sedimentación eritrocitaria (VHS).
- Función renal: creatinina, nitrógeno uréico (BUN).
- Función cardiaca: Creatinquinasa (CK) y Creatinquinasa miocárdica (CK-MB), troponinas.
- Amilasa, lipasa.
- Radiografía de tórax.
- Ecocardiograma, Electrocardiograma.
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