
QUELLÓN (La Opinión de Chiloé) — Un nuevo escándalo de proporciones al interior de una sucursal de Correos de Chile en Chiloé es el que actualmente indaga de manera desformalizada un fiscal del Ministerio Público de Quellón luego que la repartición pública en comento detectara —otra vez— una curiosa «desaparición» de dineros que se había mantenido en secreto ante la comunidad hasta hoy, cuando La Opinión de Chiloé pasa a revelarla.
En efecto, y replicando otros hechos de similares características ocurridos en la provincia dentro de las oficinas de esta empresa estatal, de nuevo habrían descubierto a una encargada de sucursal apropiándose indebidamente de dineros, algo que como ha sido la tónica en otras comunas (como Ancud por ejemplo), salió a la luz tras una auditoría de la Jefatura Regional de Sucursales, Región de Los Lagos, al mando de Paola Emhardt Soto.
¿Qué está pasando en las unidades chilotas de Correos de Chile? ¿Por qué estos casos se siguen repitiendo? ¿falta fiscalización o alguien no está realizando su trabajo como se debe para detectar estas anomalías? ¿Qué procedimientos de reclutamiento y selección de personal se aplican en esta empresa estatal que incitan a la llegada de presuntos ladrones? Todas son preguntas que siguen sin respuesta, a pesar que varios de esos casos han pasado por los juzgados locales teniendo a más de algún condenado.
El caso de marras ocurrido en Quellón se descubrió el 25 de septiembre de 2019 cuando la Jefa Regional se apersonó en la Sucursal con el objetivo de realizar un simple arqueo de caja.
Todo rutinario supuestamente, hasta que finalizado el procedimiento, se pudo observar un faltante de $32.950.-; hasta ahí nada tan «extraño» por lo que la referida procedió a pedir explicaciones a la encargada comunal según pudo corroborar La Opinión de Chiloé.
Lo que se discutió en esa conversación es un secreto bien guardado, aunque si se sabe que la mujer, de manera algo inverosímil, habría inventado una historia señalando que el dinero faltante se explicaría por un paquete por pagar que se entregó un día antes por un monto aproximado de $30.000.-, y que «se había» olvidado hacer el cobro.
En términos simples, la funcionaria de Correos alegó que entregó una encomienda por pagar gratis, olvidándose de los procedimientos que durante años debía aplicar y/o que enseñó a otros.
Al escuchar el relato, Emhardt Soto solicitó la prueba de entrega o guía del paquete para verificar dicha información, a lo que la encargada comunal procedió a informar que no la tendría porque el cliente se habría llevado todo. Vale decir, rompiendo todos los protocolos, arguyó una serie de violaciones flagrantes a la ley vigente y a las políticas internas, algo extremadamente grave que levantó sospechas.
En consecuencia, oídas las inconsistencias en las respuestas entregadas por I.B.Y., se decidió iniciar una revisión de las transacciones y cierre de caja del día 24 de septiembre de 2019, la que se encontraba a cargo precisamente de la Jefa de Sucursal.
Aquélla, no arrojó alguna transacción por el valor indicado, vale decir, quedó en evidencia que el supuesto paquete por pagar era imaginario.
Luego, develada la farsa, se amplió el arqueo a la otra caja de la Sucursal de Quellón que también se encontraba a cargo de la misma funcionaria, encontrándose un faltante por $14.934.-, activándose la alerta respecto a que podría estarse configurando algo similar a un «robo hormiga», y que la potencial ladrona podría ser la mismísima encargada de sucursal.
Con estos antecedentes, Emhardt Soto decidió revisar los registros de Giros MoneyGram de la Sucursal (envíos y recepción de dineros de clientes) durante los días 24 y 25 de septiembre de 2019, todo ante la preocupante percepción de que se estaba frente a alguna ladrona o ladrón.
Lo anterior trajo una enorme sorpresa ya que ese mismo 25 de septiembre se detectó un giro «brujo» por $200.000.-, el que por supuesto no se encontraba registrado en el sistema de ventas. Las explicaciones a esas alturas eran irrelevantes al ver una flagrante «desaparición» de dinero.
Vistas todas las irregularidades mencionadas, se procedió a un arqueo general tanto del saldo que no se depositó en caja mayor como de las ventas totales del día 25 de septiembre, la que arrojó un faltante total por $597.992.-, vale decir, en sólo un día la encargada de la Sucursal en Quellón fue incapaz de explicar como se hizo «desaparecer» casi seiscientos mil pesos.
¿Dónde estaba la plata? no se sabe aún, pero ese mismo día la funcionaria pública quedó en la mira de la compañía estatal pero, como no era una empresa privada, no fue despedida inmediatamente y se tuvo que dar explicaciones en distintas instancias para lograr que fuera desvinculada. Eso se concretó meses después.
Lo anterior es normal con los trabajadores del sector público; es más, incluso en casos donde hay condenas, muchos no pueden ser expulsados o simplemente «renuncian» para después volver con prontuario, y casos hay de sobra (especialmente en municipios donde actualmente hay condenados por estafa, tráfico de drogas, violencia intrafamiliar u otros delitos similares).
Sin embargo, con la salida de la ahora exencargada comunal, los hechos de gravedad no terminaron ahí. ¿Por qué? La Opinión de Chiloé confirmó que el 16 de diciembre de 2019 se procedió a revisar los lockers utilizados por la susodicha, encontrando escondidas 8 kilos de cartas con datas de los años 2014 al 2017.
Se desconoce por ahora las razones por las que tal correspondencia se encontraba ahí, y no se ha revelado su contenido por restricciones que impone la Ley. No se ha descartado que correspondan a sobres donde clientes enviaban dinero; como éstos últimos nunca recibieron las cartas, nadie ha reclamado.
Tal acción configuraría un delito sancionado a nivel penal y que implica penas de cárcel de hasta 540 días de presidio, sin considerar las penas por la potencial apropiación indebida de dinero, el fraude al fisco u otros ilícitos, que sumados podrían alcanzar los 10 años de cárcel.
Hay que recordar que La Opinión de Chiloé ha informado de dos casos antes de desaparición de dineros donde estarían involucrados Jefes de Sucursal.
Específicamente en Ancud, actualmente Y.R.M.B. está siendo indagada tras reconocer que se quedó con alrededor de seis millones de pesos, mientras que Cristian Alejandro Almonacid Ojeda tiene una condena como autor en grado de consumado del delito de Malversación de caudales públicos, delito previsto y sancionado en el artículo 233 n.°3 del Código Penal, luego que se descubriera que entre los meses de julio de 2011 a junio de 2012, el otrora Jefe de Sucursal de Correos de Chile en Ancud se habría quedado con casi siete millones de pesos pertenecientes a la empresa.
NOTA DE LA REDACCIÓN: El uso de comillas en el titular debe entenderse según lo descrito en el punto 3.4.8.2.1 de la Ortografía de la lengua española (2010).
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