
ANCUD (La Opinión de Chiloé) — Un escándalo de proporciones sacude por estos días a todo el cuartel de la Policía de Investigaciones de Ancud, luego que dos funcionarias acusaran haber sufrido actos constitutivos de algún tipo de delito sexual, teniendo como eventual implicado a uno de sus colegas en calidad de autor, y a varios otros como potenciales encubridores.
De acuerdo a información preliminar recopilada por La Opinión de Chiloé, durante este domingo habría sido ingresada una denuncia por parte de una de las afectadas, indicando que los hechos habrían ocurrido en el marco de una convivencia social realizada este jueves en una residencia arrendada por el jefe de la unidad en pleno centro de la ciudad, actividad que habría sido planificada para despedir a una detective quien sería trasladada.
La dinámica de lo que pasó no está del todo clara por ahora dado que desde la PDI ancuditana se ha mantenido un férreo hermetismo sobre estos hechos que, de confirmarse, asentarían un duro golpe a la confianza pública en la institución.
Sin embargo, lo que ha trascendido hasta ahora es que en medio de la ingesta alcohólica, y en una hora no determinada aún, uno de los detectives —que sería íntimo amigo del dueño de casa—, se habría propasado con una de sus colegas, aparentemente usando la fuerza.
Se alude a tocaciones de índole sexual y trato libidinoso, que terminó en un forcejeo luego que el sujeto intentara quitarle la ropa a la mujer, quien se defendió y terminó escapando semidesnuda a la vista de varios de los asistentes, quienes no habrían hecho nada para auxiliarla.
Se indaga por ahora si dentro de los participantes en esa actividad social habían o no funcionarios de la Brigada Investigadora de Delitos Sexuales (Brisex), ya que la denuncia es extremadamente delicada y por varios días no se habría hecho nada para contener a la víctima.
Según fuentes independientes consultadas por La Opinión de Chiloé, inicialmente no se habría «oficializado» acción alguna para proteger a la afectada, a pesar que habría comunicado todo lo que pasó inmediatamente llegando a oídos de su jefatura.
En particular, no hay registros sobre alguna detención en flagrancia por ejemplo, diligencia que respecto a un ciudadano de a pie se habría realizado de inmediato. Sólo durante este domingo se habrían tomado algunas medidas menores como el retiro del armamento al imputado y el inicio de una investigación, que estaría desformalizada por ahora.
Eso sí, en medio de una indagatoria interna, apareció una segunda denunciante quien acusó haber sido víctima del mismo funcionario, alegando también que sufrió actos que podrían ser constitutivos de algún tipo de delito sexual, y cuyo tenor no ha sido explicitado.
Por ahora, las primeras informaciones indican que en su caso, también ocurrió en una reunión con colegas que se realizó en la misma vivienda arrendada por el jefe de la unidad, y que se registró el pasado 30 de diciembre de 2021. Vale decir, la dinámica se repite.
Sin embargo, esta segunda detective mantuvo silencio sobre los hechos por temor porque, como se viene diciendo, el presunto implicado tendría fuertes lazos de amistad con el jefe de la unidad policial. Tras conocer lo que le pasó a su compañera, decidió denunciar.
Con el correr de las horas, y luego que las afectadas decidieran interponer una denuncia directamente a Fiscalía, el caso comenzó a «generar» rápidos movimientos al interior del cuartel ancuditano ante el inminente escándalo que desataría, entre ellos, el inicio de un sumario administrativo para determinar responsabilidades.
Fuentes consultadas por La Opinión de Chiloé indicaron que sobre el escritorio del prefecto ya existiría un oficio donde se instruye la suspensión del denunciado con el objeto de asegurar el éxito de la investigación.
Este medio maneja varios de los nombres de los asistentes a las actividades sociales del jueves 20 de enero y del 30 de diciembre pasado, incluyendo a las afectadas, imputado y colegas, los que se mantendrán bajo reserva por ahora a la espera del levantamiento de mayores antecedentes.
Los que pasó se está trabajando con extremo sigilo, y ante la eventualidad de un posible conflicto de interés, se habría descartado que funcionarios de la Brisex de la PDI ancuditana abordaran las pesquisas del caso, esto en atención a que, de confirmarse la asistencia a alguna de las dos convivencias, se podría estar hablando de la presencia de eventuales cómplices o encubridores.
Así las cosas, fuentes independientes consultadas por La Opinión de Chiloé aludieron que debido a la complejidad de la indagatoria, una de las posibilidades que se maneja es que las diligencias sean abordadas por el Departamento OS-9 de la Prefectura Llanquihue, la principal rama de investigación criminal de Carabineros de Chile.

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