Obispo de Ancud —y defensor de Barros— pone su cargo a disposición, pero… ¿será removido?

Fotografía: Comunicaciones Obispado de Ancud.
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ANCUD (La Opinión de Chiloé) — La Iglesia Católica chilena vive días cruciales y de potenciales cambios (que están por verse) tras una fuerte crisis que obligó al Papa Francisco a citar a todos los obispos chilenos a Roma con el objetivo de abordar con ellos varios antecedentes que existirían sobre abusos de poder, escándalos sexuales y ocultamiento de información. Luego de la cita que duró tres días, todos los obispos chilenos habrían puesto su cargo a disposición. El jefe del Estado Vaticano está evaluando cargo por cargo.

En este contexto, y mediante un comunicado que tuvo a la vista La Opinión de Chiloé, la Conferencia Episcopal de Chile expuso que el sumo pontífice habría tomado conocimiento de «una serie de hechos absolutamente reprobables que han ocurrido en la Iglesia chilena en relación a los inaceptables abusos de poder, de conciencia y sexuales, y que han llevado a que ella haya disminuido el vigor profético que lo caracterizaba», reconociendo que hay una crisis.

Agrega que «en este contexto de diálogo y discernimiento, se fueron presentando varias sugerencias de medidas a adoptar para enfrentar esta gran crisis, así como también fue madurando la idea de que, para estar en mayor sintonía con la voluntad del Santo Padre, era conveniente declarar nuestra más absoluta disponibilidad para poner nuestros cargos pastorales en las manos del Papa».

Así, para el caso del Obispo de Ancud, Juan María Florindo Agurto Muñoz, no sería la excepción aunque seguirá en su puesto a la espera de la determinación que se tome en Roma según confirmó la Conferencia Episcopal. A su arribo a Santiago, afirmó sobre los escándalos sexuales que inundan a la iglesia que “tanto el Papa Benedicto como el Papa Francisco han recibido a las víctimas de estos hechos. Recordemos que (Francisco) lo hizo acá también en Chile, así que de todo el planteamiento que el Papa ha recogido lo escucharemos y juntos discerniremos como pastores sobre cómo tenemos que seguir caminando”. Eso sí, no se refirió al caso de abuso sexual hacia un menor por parte de un diácono que fue confirmado en un tribunal durante su ministerio, ya que aparentemente «pasó al olvido».

Las polémicas de la Iglesia en Chiloé y Palena

Para nadie es un secreto que desde que renunció Juan Luis Ysern de Arce, el Obispado de Ancud ha visto perder su influencia no sólo a nivel nacional, sino que también en la zona sur-austral, por lo que es bien probable que Agurto sea ratificado en su cargo salvo si su cercanía a Barros es tomada en cuenta; ¿un obispo que no hace ruido pasa desapercibido? habrá que ver la decisión del Vaticano. Una de las fotos oficiales lo dice todo.

Fotografía: DPA.

Desde que asumió en 2005, el Obispo ha enfrentado algunos escándalos de proporciones que ha sabido sortear guardando silencio, aunque ha sido contraproducente dado que en conflictos relevantes se ha transformado en una figura con poco poder convocante e incluso, algo intrascendente.

Tras tomar las riendas del Obispado de Ancud, tuvo su primera prueba de fuego a poco de asumir cuando estalló el caso de los abusos sexuales contra un menor perpetrados por el diácono José Miguel Narváez Valenzuela al interior de un dormitorio en el mismísimo Obispado; en esa época, se emitió un escueto comunicado donde no se expresó ninguna medida a tomar para evitar futuros casos más allá de lamentar el hecho (ver acá), y lo ocurrido rápidamente se quiso olvidar. Hoy, en medio de las crecientes denuncias de abusos hacia menores en la iglesia, ni se menciona.

En tal contexto, jamás se refirió a las informaciones que circularon años después que aludían a presuntas gestiones de la jerarquía católica para comprar una casa en Chiloé a la madre de Narváez con el objetivo de que lo pudiera visitar so pena de que se revelarían varios secretos vinculados al exsacerdote Alfredo Soiza-Piñeyro de quien fue sacristán, y que por la misma época enfrentaba también acusaciones de abuso sexual (recién en 2010 llegarían a la justicia); incluso, se aseveraba que saldrían otros secretos a la luz, pero todo decantó cuando Soiza-Pïñeyro atentó contra su vida.

Por otro lado, se alude que ha sido parte del círculo cercano del polémico Obispo de Osorno, Juan Barros, llegándose incluso a aseverar que ha ido hasta esa diócesis junto al Arzobispo de Puerto Montt a reunirse con el clero para exhortarlos a que lo obedezcan, todo luego que éste comenzó a ser sindicado como encubridor de abusos sexuales, algo que él niega. En esta materia, mantiene fuertes diferencias con el Premio Nacional por la Defensa de los Derechos Humanos 1995 y actual Obispo Emérito de Ancud, Ysern de Arce, que de manera pública ha criticado a Barros.

En otro ámbito, en 2011 tuvo que afrontar una demanda colectiva en contra del Obispado de Ancud que como sostenedor del colegio Seminario Conciliar se negaba a pagar el bono de subvención adicional especial (bono SAE) descrito en la ley n.°19.410 y restablecida en las leyes n.°19.933 y n.°20.158, salvo hasta que la Corte Suprema la obligó a desembolsar los dineros que el Estado había destinado a mejorar las remuneraciones de los profesores. Juan María Agurto Muñoz dijo en tribunales que el establecimiento había “pagado de acuerdo a los cálculos que exigen las leyes involucradas”, algo que el máximo tribunal del país confirmó era falso. El Seminario pagó una fuerte suma por violar la legislación y el Obispo nunca hizo un mea culpa por sus dichos en la corte que fueron desechados por diversos magistrados.

Respecto al patrimonio, bajo su mando se desarmó la antigua Sede del Partido Conservador y Nacional de Ancud construida a principios de 1900 (frente a la feria justo en la esquina), y que era la única edificación revestida en Cancagua que aún quedaba en pie y que además sobrevivió al incendio del cine Splendid; tal edificio era propiedad del Obispado. A ello se suma la pérdida irrecuperable para la ciudad de la antigua Casa de Huérfanas mandada a construir por el obispo Ramón Ángel Jara a comienzos del siglo XX; este quedó a cargo de las Hermanas de la Caridad, transformándose en el Hospital tras el incendio de 1941 y luego en parte del Colegio El Pilar que finalmente la demolió sin intervención alguna del Obispado para intentar salvar parte importante de la historia de Chiloé. Aunque se han anexado varias iglesias al listado de Monumentos Nacionales desde que asumió el mando de la iglesia de Chiloé y Palena, cabe indicar que en realidad aquello es fruto del esfuerzo de la Fundación Amigos de las Iglesias de Chiloé, creada por Ysern de Arce, y que tiene cierto nivel de autonomía.

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