
Véase también:
Obispo de Ancud —y defensor de Barros— pone su cargo a disposición, pero… ¿será removido?
Obispo de Ancud justifica su defensa del Obispo de Osorno: “el Papa nos [lo] pedía”.
SANTIAGO (La Opinión de Chiloé) — Mediante un comunicado, la Conferencia Episcopal de Chile informó este lunes que el Papa Francisco aceptó la renuncia de tres obispos: Juan Barros Madrid, Cristián Caro Cordero y Gonzalo Duarte.
La medida se tomó tras el escándalo de proporciones que vive actualmente la Iglesia Católica de Chile sumida en denuncias crecientes de abusos sexuales y eventuales acciones de encubrimiento por parte del clero; hay que recordar que todos los obispos chilenos habrían puesto su cargo a disposición tras reunirse con el Papa el mes pasado, quien expuso que habría tomado conocimiento de “una serie de hechos absolutamente reprobables que han ocurrido en la Iglesia chilena en relación a los inaceptables abusos de poder, de conciencia y sexuales, y que han llevado a que ella haya disminuido el vigor profético que lo caracterizaba”.
Así, y en medio del complejo ministerio del Obispo de Osorno Juan Barros Madrid, hoy es removido de su cargo. El prelado ha sido sindicado por años como presunto encubridor de los abusos sexuales cometidos por el pederasta Fernando Karadima Fariña aunque este lo ha negado en varias ocasiones señalando “nunca supe nada, ni nunca imaginé, los serios abusos que ese sacerdote cometió contra las víctimas; nunca he aprobado ni participado en actos tan serios y deshonestos, y nunca he sido condenado por ningún tribunal por tales cosas”. María Olivia Monckeberg, en su libro Karadina: El señor de los infiernos, relata que Karadima fue director espiritual del aludido durante cuatro décadas y que cuando estalló el escándalo, Barros se convirtió en el principal defensor público del pederasta pidiendo en varias oportunidades la ayuda de otros religiosos, junto con respaldarlo ante la opinión pública (no fue el único).
Además, junto los obispos Horacio Valenzuela, Tomislav Koljatic y Andrés Arteaga, fue parte de la notoria despedida a Karadima en 2006, luego que el cardenal Francisco Javier Errázuriz lo apartara de la cabeza de la parroquia de El Bosque en medio de una investigación “en suspenso” abierta en 2004 por sus abusos. Todos asistieron en apoyo al abusador sexual de menores.
En cuanto al arzobispo Cristian Caro Cordero de Puerto Montt, su renuncia se habría dado por razones de edad, contradiciendo en consecuencia las razones esgrimidas tras la visita a Roma en mayo pasado cuando se anunció que fue parte de los que dejaron su cargo a disposición del Papa tras el escándalo ¿se mintió a los fieles del Arzobispado de Puerto Montt?. Hay que mencionar eso sí que según la Organización de Laicos y Laicas de Osorno, el aludido junto con el Obispo Juan María Agurto de Ancud, viajaba frecuentemente a conversar con el clero osornino que pedía respuestas sobre el actuar de Barros. Por lo tanto, gran parte del apoyo que Caro otorgaba a Barros le habría pasado la cuenta para ser apartado de sus funciones.
Caro aseveró mediante una carta: “naturalmente que acepto con fe la decisión del Pastor universal, la cual llega en un momento crítico de la Iglesia en Chile, por la pérdida de la fuerza profética de la evangelización y la ‘cultura del abuso y el encubrimiento’ (palabras del Papa) que ha causado daños a muchas personas y ha debilitado la credibilidad de la Iglesia”.
Sobre Gonzalo Duarte de Valparaíso, pesan sobre él varias denuncias por abuso de poder y de conciencia con connotaciones sexuales, y un presunto encubrimiento por parte de las altas esferas de la Iglesia. Lo insólito es que el Departamento de Comunicaciones de la Diócesis de Valparaíso ha negado reiteradamente que existan tales denuncias, a pesar que éstas serían de conocimiento de la Iglesia desde el año 2008 y que incluso, actualmente son públicas y han sido cubiertas ampliamente por la prensa.
Comentarios