DALCAHUE (La Opinión de Chiloé) — Un procedimiento indagatorio silencioso llevaron adelante funcionarios policiales en la comuna de Dalcahue para determinar la veracidad de una denuncia que alertaba sobre la posible manipulación de un arma de fuego por parte de un número indeterminado de menores de edad, y que levantó las alarmas del Liceo Bicentenario local.
De acuerdo a información judicial que tuvo a la vista La Opinión de Chiloé, el caso estuvo en manos del Ministerio Público por varios meses luego que en marzo de este año se realizara una denuncia proveniente del establecimiento educacional en comento que, como se viene diciendo, estuvo casi nueve meses en el escritorio del persecutor penal y se trabajó en completo hermetismo.
En particular, los hechos se remiten al 22 de marzo de este año cuando se ventiló una denuncia con la encargada de Convivencia Escolar del Liceo Bicentenario de Excelencia de Dalcahue (ex Polivalente), luego que a través de redes sociales se constatara que al menos un estudiante de un sector rural habría estado manipulando lo que aparentaba ser un arma de fuego, activándose los protocolos de rigor.
Para precisar, se trataba de una fotografía donde se puede visualizar a dos estudiantes de este liceo, uno de género masculino que sostiene una presunta arma de fuego, y una de género femenino que lo acompañaba.
Posterior a eso, habría sido la niña quien habría posteado la fotografía a través de Instagram, añadiéndole aseveraciones vulgares, soeces y amenazantes, sin perjuicio de otras alumnas del mismo establecimiento que compartieron la imagen en sus perfiles, aparentemente, «celebrando» las amenazas y el arma de fuego.
Así las cosas, rápidamente se procedió a identificar a quienes estarían detrás, en particular al alumno en cuestión, confirmándose que se trataría de un adolescente de primer año medio de este liceo, quien según pudo cotejar La Opinión de Chiloé, previamente ya por redes sociales publicaba «soy fanático de las armas» mientras estudiaba en la Escuela Básica de Dalcahue.
Los hechos no se tomaron a la ligera debido al tono de la publicación amenazante, y más aún por los diversos incidentes de violencia escolar que se han visto en varios liceos de la provincia (que han incluido incluso, ataques con arma blanca), por lo que siguiendo los protocolos descritos en el Plan de Gestión de la Convivencia Escolar 2022-2023 de ese establecimiento, se procedió a realizar la denuncia respectiva para que la Fiscalía tome parte en el asunto y determine si se estaba ante un potencial ilícito.
En este sentido, la causa penal fue caratulada como el eventual delito de posesión, tenencia o porte de armas sujetas a control, prescrito y sancionado en el artículo 9 inciso 1 de la ley n.º17779, sin perjuicio de alguna otra calificación penal que pudiere existir dependiendo de los resultados de las diligencias encargadas por el persecutor penal.
El procedimiento fue relativamente lento, con varios meses sin diligencias conocidas más allá de incautarse la supuesta arma para ser peritada, junto con la individualización e identificación de los partícipes de la publicación reseñada.
Luego, el resultado de la indagatoria determinó que el arma usada en la imagen viralizada por el menor se trataba de una de fantasía, por lo que no no se configuraba en la especie ningún tipo de ilícito penal, desestimándose la denuncia.
En consecuencia, el Ministerio público solicitó al Juzgado de Garantía de Castro el sobreseimiento definitivo de la causa alegando lo descrito en la letra a) del artículo 250 del Código Procesal Penal, toda vez que dada la naturaleza del hecho investigado y los antecedentes aportados, no se pudo acreditar en este caso ilícito penal alguno más allá de las preocupaciones de parte de la comunidad escolar.
Así las cosas, la juez de turno Jesica Yáñez Sanhueza dio por cerrada la causa, quedando como un mero «anecdotario» la imagen y las amenazas.
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