
Véase también:
Ancud: mujer muere con COVID-19 en hospital y embarazada es nuevo caso confirmado.
Seremi ratifica que fallecido en Ancud tuvo PCR negativo e IgG positivo ¿qué significa?.
Ancud: Servicio de Salud Chiloé explica muerte de anciano en Catrumán ¿tuvo COVID-19?.
ANCUD (La Opinión de Chiloé) — Luego que se confirmara dentro de las estadísticas oficiales una nueva persona fallecida con la enfermedad por SARS-CoV-2 (COVID-19) en la comuna de Ancud, diversas especulaciones se han levantado sobre este caso al no existir mayores precisiones desde la Seremi de Salud de Los Lagos, más allá de generalidades.
Tal y como consignó La Opinión de Chiloé, esta defunción para la provincia de Chiloé se encuentra en la base de datos que liberó el Departamento de Estadísticas e Información en Salud (DEIS) del MINSAL durante este viernes, tratándose de una adulta mayor de 80 años de edad con residencia en la comuna y cuyo deceso se confirmó el 5 de septiembre pasado en el Hospital local.
A este respecto, cabe precisar que el reporte del organismo técnico en comento considera las defunciones inscritas en el Servicio de Registro Civil, e incorpora recursos adicionales para asignar la causa de muerte, proceso que sigue estándares internacionales, y que incluye los datos dispuestos en el certificado médico de defunción, datos de laboratorio y los registros existentes en la plataforma EPIVIGILA, entre otros.
Luego, en vista de la falta de información que debiera emanar desde la Autoridad Sanitaria, y que sólo se ha limitado a repetir los mismos datos que ya el DEIS difundió el viernes, La Opinión de Chiloé procedió a realizar diversas consultas con fuentes independientes para intentar despejar algunas dudas.
Se partió primero revisando varios documentos oficiales, para luego contactar a ciertos familiares directos de esta adulta mayor.
En primer lugar, La Opinión de Chiloé accedió a registros donde se consigna que en el Hospital San Carlos de Ancud fallecieron dos adultas mayores ese 5 de septiembre, a saber M.T.A.B. (75 años) y M.I.M.V. (80 años). La primera por un accidente cerebro vascular y la segunda por una insuficiencia respiratoria aguda, por lo que en virtud de la edad y causa de defunción, quedó descartada la primera persona (cuyas exequias, además, se realizaron en Lliuco, Quemchi).
Tras ello, el paso siguiente fue acceder a los registros de la plataforma EPIVIGILA, que no es otra cosa que el sistema electrónico de notificación de «Enfermedades de Notificación Obligatoria» del Ministerio de Salud, y que incluye dentro del listado de patologías al COVID-19.
Así las cosas, se buscó a M.I.M.V. (80 años), paciente femenina cuyo PCR positivo se remite al pasado 5 de mayo de 2020, y que formaría parte del clúster o grupo familiar de Catrumán —que llegó a tener un número significativo de contagios— y que obligó, incluso, a la instalación de una barrera (posterior aduana) sanitaria al ingreso de la Península de Lacuy.
Ya el 10 de mayo se encontraba internada en el Hospital Dr. Augusto Riffart de Castro luego que fuera trasladada de urgencia por complicaciones respiratorias, siendo conectada a ventilación mecánica posteriormente, situación en la que estuvo por alrededor de 49 días.
Tras presentar una mejoría progresiva, fue desconectada y el 13 de julio pasado salió del recinto de la capital provincial para alegría de sus familiares y del equipo de profesionales de la Unidad COVID-19.
Sin embargo, fuentes del ámbito de la salud consultadas por este medio refirieron que por su avanzada edad y lo invasivo que es el tipo de asistencia respiratoria que tuvo, era muy probable que se haya transformado en una paciente secuelada, por lo que aunque en los registros se la dio de alta como recuperada, lo cierto es que la ventilación mecánica nunca es inocua y genera trastornos.
En tal marco, y tras problemas respiratorios severos, fue trasladada por familiares nuevamente al Hospital San Carlos de Ancud donde se transformó en una nueva víctima fatal de coronavirus tras constatarse su deceso alrededor de las 8.30 horas de la mañana del 5 de septiembre.
La noticia difundida por La Opinión de Chiloé el día de ayer causó sorpresa en algunos familiares, ya que aunque no se identificó directamente a la persona, el contexto de su fallecimiento y la costumbre cultural chilota de notas necrológicas o avisos radiales la hicieron fácilmente reconocible entre sus vecinos y parientes sobre quien se trataba.
Algo que se volvía a repetir con la misma familia luego que en el mes de mayo, el DEIS ingresara a otro de sus parientes (un adulto mayor de 88 años) como muerte atribuida al COVID-19 (aplica criterio U07.2 CIE-10). Tras fallecer el 3 de mayo, las dudas sobre este paciente aún hoy no permiten descartarlo al 100% como víctima de la pandemia, y hasta el mismo Subdirector Médico del Servicio de Salud Chiloé, Luis Ferrada Christie, lo reconoció al explicar que «el paciente tenía un examen que nos hace pensar que tuvo en algún momento contacto con el virus (…) probablemente hace 15 o más días atrás, pero esa es una estimación de acuerdo al examen de anticuerpos».
En efecto, en ese caso, se pudo detectar la presencia de anticuerpos anti-SARS-Cov-2 a través de una prueba serológica (IgM, IgG o ambos). Luego, Ferrada Christie había agregado que él «no se recuperó porque también es importante entender que en las personas que tienen alguna condición [de riesgo] como la edad, diabetes, obesidad mórbida y otras, el virus genera mucho daño en el organismo, y eso crea una condición basal para que otras enfermedades (…) puedan alojarse en el pulmón y generar el fallecimiento».
Volviendo al caso de la mujer, lo que había dicho en esa oportunidad el directivo del Servicio de Salud Chiloé se vuelve bastante atinente al caso de M.I.M.V. (80 años), ya que a diferencia de su pariente fallecido el 3 de mayo, ella sí tenía como antecedente un examen PCR positivo, ergo, sí tenía como antecedente que fue tratada por coronavirus y aún es más, de manera bastante invasiva por varias semanas.
En consecuencia, ella está ingresada en las estadísticas oficiales como fallecimiento con la enfermedad por SAR-CoV-2 aplicando el criterio U07.1 CIE-10, siendo la segunda muerte con PCR positivo tras el fallecimiento de otro adulto mayor (78 años) en junio pasado, y que habría adquirido el virus de su propia hija quien no respetó su cuarentena al arribar desde Santiago (ver nota relacionada).
Eso sí, en el certificado de defunción del Servicio Civil e Identificación que tuvo a la vista La Opinión de Chiloé se explica que la causa inmediata de muerte de M.I.M.V. (80 años), que se refiere a la enfermedad o condición que produjo directamente la muerte, fue insuficiencia respiratoria aguda; en cuanto a la causa originaria, o sea, enfermedades, lesiones, tipos de accidentes u otro que haya ocasionado la causa inmediata, se menciona la existencia de una acidosis respiratoria; mientras que como segunda causa originaria, apartado disponible para otros motivos de este tipo, se menciona la existencia de un tromboembolismo pulmonar.
Entonces, el DEIS la incluyó dentro de las víctimas de la pandemia debido a los registros que existen en EPIVIGILA y su historial médico de tratamiento invasivo ocurrido en el Hospital Dr. Augusto Riffart de Castro.
En cuanto a las consultas a familiares realizadas por La Opinión de Chiloé, uno descartó referirse al tema y el otro aseguró que trasladaron a su pariente hacia el hospital por otras razones, aunque al preguntarle si se les había explicado las potenciales secuelas que podría haber tenido producto de las semanas que estuvo con apoyo respiratorio, declinó responder.
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