PUQUELDÓN (La Opinión de Chiloé) — Más allá de toda duda razonable, y luego de la revisión de diversos medios probatorios presentados durante varios días en el Tribunal de Juicio Oral en lo Penal de Castro, el trío de magistrados procedió a declarar la culpabilidad de un contumaz pederasta residente de la isla Lemuy, quien violó y abusó sexualmente de dos de sus sobrinos, actos que quedaron al descubierto en el año 2020.
De acuerdo a información judicial que tuvo a la vista La Opinión de Chiloé, los hechos acreditados indican que el delincuente de 34 años violó de manera continuada y abusó sexualmente de manera reiterada de su sobrino durante al menos cuatro años, mientras que respecto de su sobrina, esta sufrió abuso sexual continuado durante al menos ocho años.
Los hechos quedaron al descubierto en junio de 2020 cuando el menor, de 14 años de edad, se atrevió a contarle lo que le pasó a su hermana, detallándole que su tío venía ultrajándolo al menos desde los 10 años de edad. Ambos compartían dormitorio, instancia que era aprovechada por el delincuente para perpetrar los ataques.
Esta revelación envalentonó a la adolescente quien decidió contarle a su padre lo que estaba ocurriendo (él vivía en otra vivienda), agregando además que ella también fue violentada en su indemnidad sexual por su tío por varios años, lo que sólo habría terminado cuando ella simplemente «creció».
En su caso, las agresiones ocurrieron en fechas indeterminadas entre los años 2006 y 2014, algo que fue acreditado en juicio.
Así las cosas, se ingresó la denuncia respectiva lo que activó las indagatorias que fueron asumidas por la Brigada Investigadora de Delitos Sexuales (Brisex) de la Policía de Investigaciones de Ancud.
En ambos casos se recopilaron una serie de antecedentes que indicaron a priori la efectividad de los hechos, lo que a la postre permitió la captura y posterior formalización de este sujeto, diligencia que se concretó en septiembre de 2020.
La decisión que se tomó en el Juzgado de Garantía de Castro fue imponer la prisión preventiva de este antisocial, quien a la fecha del juicio realizado recientemente aún estaba internado en el Centro de Detención Preventiva de la capital provincial.
En particular, durante el juicio oral se comprobó que todos estos actos se habrían consumado bajo una evidente dinámica de confianza familiar, además de una tácita «normalización» de los ultrajes que sólo pararon cuando el menor de los hermanos decidió defenderse en uno de los últimos ataques, contándolo.
Así lo expusieron las propias víctimas en el tribunal, relatos que se complementaron con otros medios probatorios como los exámenes psicológicos y sexológicos del Servicio Médico Legal, junto con las declaraciones de testigos y familiares.
El pederasta fue encontrado culpable como autor en grado de consumado de los delitos de violación impropia de menor de 14 años en carácter de continuado, ilícito descrito y sancionado en el artículo 362 del Código Penal, y abuso sexual propio o directo de menor de 14 años en carácter de reiterado, ilícito descrito y sancionado en el artículo 366 bis del mismo articulado, ambos respecto de su sobrino.
En cuanto a la otra afectada, quien actualmente es adulta, el sujeto fue encontrado culpable como autor en grado de consumado del delito y abuso sexual propio o directo de menor de 14 años en carácter de continuado, ilícito descrito y sancionado en el artículo 366 bis del mismo articulado, ambos respecto de su sobrino.
Si bien es cierto su abogado defensor alegó inocencia por la presunta existencia de contradicciones en las declaraciones y/o que las pruebas no serían suficientes para acreditar culpabilidad, el trío de magistrados concluyó que la prueba expuesta ante el tribunal era incuestionable.
Luego que se dictaminara el veredicto condenatorio, la parte acusadora solicitó la imposición de una pena total de 15 años de presidio, lo que fue secundado por el abogado querellante de la Corporación de Asistencia Judicial. Invocan el concurso de la agravante del parentesco.
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